Persecución

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Los amigos de Hansung se dispusieron a seguir al hombre vestido de aldeano, pero nada más salir vieron que Hoseok volvía a hablar con el extraño y estos se escondieron tras un carro con pajas.


-Mi señor, por favor, regrese a palacio, no está en condiciones de andar por la aldea. -dijo Hoseok.

-¿Oís lo que dicen? -pregunto Joon.

-Creo que dijo algo de regresar a palacio. -dijo Jeongguk.

-Hoseok, contare hasta 3. Como no desaparezca de mi vista en ese tiempo te cortaré las manos aquí mismo. -lo amenazó el rey apoyando su mano en la espada.

-Lo siento mi señor pero no me iré. -dijo Hoseok firme.

-¿Cómo te atreves a desobedecerme? - se abalanzó el rey sobre Hoseok.

-¡Oh dios mío, hagamos algo! -dijo Min asustado.

-Espera Min, vas a hacer que nos descubran. -dijo Joon cogiéndole del brazo.

-Mi rey, se que todo esto es por Hansung. No se que se trae con él pero no está pensando las cosas con claridad. Se contradice a usted mismo. Empezó con las notas, luego con la espada, luego ya no quería saber nada de él y por último lo hizo convocar. Usted jamás haría esas cosas si no hay un motivo oculto por detrás. Como su mano debería de informarme. -dijo Hoseok desesperado.


El rey lo miró fijamente a los ojos y acto seguido le arrancó la insignia que tenía en el pecho.


-Ya no lo eres.


El rey lo empujo y huyó del lugar dejando a Hoseok totalmente hundido. ¿M-me ha quitado la insignia? Mi rey...

Los chicos al ver marchar al extraño se acercaron hasta su entrenador.


-¡Entrenador! ¿Qué ha ocurrido? ¿Quién es ese tipo? -dijo Min.

-¿Se puede saber qué hacéis fuera de palacio? -dijo Hoseok sorprendido.

-Esto... Íbamos a seguir al tipo... Min tuvo la corazonada de que él sabe dónde se encuentra Hansung. -dijo Joon.

-¿Qué? No os acerquéis a él ¿me oís? -les advirtió Hoseok.

-Pero... -dijo Jeongguk.

-Ni peros, ni peras, no tenéis ni idea de lo que es capaz de haceros si le seguís. -dijo Hoseok alterado.

-Entrenador... Su insignia... -dijo Joon fijándose que había sido arrancada.


Hoseok hiperventilado tocó su pecho, justo en el lugar donde había tenido la insignia como mano del rey.


-Tengo la sensación de que nos hemos estado perdiendo de muchas cosas. -dijo Seokjin.

-¿Por qué dices eso hyung? -pregunto Jeongguk.

-Desde que vi a ese tipo con Hansung aquel día, él ya no ha vuelto a ser el mismo ¿O no os habéis percatado? Siempre en las nubes, ausentándose en nuestras quedadas... Y encima lo ocurrido el otro día con el rey, Hansung no nos quiso decir por que lo convocó...

-Tienes razón... -dijo Min. -Por favor entrenador, díganos quién es ese hombre. -dijo desesperado.

-... Os ayudaré a encontrar a Hansung. -dijo ignorando a Min.

-¿De verdad? -dijo Min emocionado. Hoseok asintió. -Pues sigamos al tipo.

-Espera Min ¿por qué habríamos de seguirlo? Es muy peligroso... -susurro Hoseok esto último.

-Como dijo Joon, tuve una corazonada y nunca me fallan. Él nos llevará hasta Hansung, estoy seguro. -dijo Min muy seguro de sus palabras.


Hoseok tras escuchar sus palabras estuvo por un rato pensando en si sería lo correcto. ¿Deberíamos seguirlo? Quizás Min no se equivoque... Como sea he de solucionar todo esto aunque ya no sea la mano del rey.


-Esta bien. Sigámoslo. Pero estar atentos en todo momento, quizás tengamos que poner en práctica todo lo que os estuve enseñando. -dijo Hoseok. Todos asintieron.


*

Por otro lado, el rey llevaba un buen rato andando por las calles escuchando los cotilleos de sus aldeanos.

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-¿Lo oísteis? El rey el otro día convocó a un hwarang al trono, pero salió ileso. Es un milagro. -dijo una aldeana.

-Si lo escuche, pero creía que era una invención, el rey jamás ha dejado con vida a nadie que se haya presentado ante el trono. -contesto su amiga.

-¿Y si las cosas empiezan a cambiar? Quizás deje de ser tan atroz.

-Ojalá tengas razón. -dijo la amiga esperanzada.


El rey tras oírlo cogió un jarrón y se lo tiró a las aldeanas a la cabeza y salió corriendo.


-¡Oh dios mío! ¡Oiga! ¿Qué está loco o que? -dijo un aldeano corriendo a socorrer a las aldeanas.


Al rato Hoseok, junto a los amigos de Hansung escucharon revuelo en una de las calles y se acercaron a ver que estaba ocurriendo. Al llegar vieron a dos mujeres sentadas con paños ensangrentados en la cabeza.


-¿Qué ha ocurrido aquí? -dijo Hoseok preocupado.

-Un loco les tiró unos jarrones a la cabeza y salió corriendo hacia la colina. -dijo un aldeano.

-Dígame señor ¿Cómo iba vestido? -pregunto Min.

-Llevaba un sombrero de paja y ropas holgadas, pero que importara. Pobres mujeres...

-¡Es él! Vayamos hacia las colinas entrenador. -señaló Min.

-¿Entrenador? -dijo el aldeano viéndolos marchar. - ¿Espere no es usted la mano del rey?


Los chicos y Hoseok abandonaron a paso veloz el lugar hacia la colina. Hoseok solo con ver lo ocurrido temía por sus pupilos y la vida de Hansung. Como de verdad nos lleve hasta él... Me temo lo peor... Pensó Hoseok.



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El Temible Agust D - Taegi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora