Hansung aprendiz de hwarang vive una vida tranquila y feliz junto a sus amigos, pero un día un extraño se le acerca y le da una nota. Hansung no le dio importancia hasta que volvió a recibir otra. A partir de ese día su vida cambiará . ¿Hansung logr...
Ya habían pasado siete años desde la gran guerra con China. El reino de Silla, gobernado por el gran y temido rey Agust D, ya se encontraba totalmente recuperada. Recientemente habían iniciado las clases de entrenamiento de los nuevos hwarangs dirigidas por la mano del rey Hoseok.
Hansung un chico de carácter alegre, había comenzado sus clases días atrás. Él, junto sus mejores amigos, estaban aprendiendo a usar la espada. Se mantenía concentrado hasta que notó que alguien le observaba desde las alturas del palacio. Giró levemente la cabeza y miró hacía uno de los balcones. Pudo ver una sombra alejándose, pero no logro distinguir que era ya que el sol le cegó.
-¡Hansung! ¡Presta atención! -dijo Hoseok levantando la voz.
-Si ¡Si señor! -dijo Hansung sobresaltado.
¿Qué o quién habría sido esa sombra la cuál distrajo a Hansung?
Agust D había salido de su alcoba para observar a los nuevos Hwarangs. Siempre lo hacía con mucho cuidado ya que mantenía su imagen en secreto. Había un joven que llevaba llamándole la atención unos días. Se asomó con disimulo en uno de sus balcones y busco entre los aprendices. Allí estaba, practicando con la espada, la cual sujetado firmemente. Parecía que al rey le había cautivado su gran belleza y tenacidad con la espada. De un momento a otro notó cómo el joven se giraba y se retiró de nuevo a su alcoba.
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