IX

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—Los ojos de la pelirroja se abrieron cuanto era posible al escuchar a Julia, no con la emoción que lo hubiera hecho posiblemente cuando tenía diecinueve y estaba iniciando el segundo año de lo que sería y era una larga carrera de medicina. Era eso, sorpresa en estado puro, por lo inesperada que resultaba la idea de volver a ver a ese chico —debía ser un hombre ya—, y cuando ellas estaban de vacaciones. Alguna vez pensó que podía cruzarlo en las calles neoyorquinas a pesar de lo caóticas y pobladas que estuvieran, ¿pero Los Ángeles?, ¿habría sido ese su destino después de dejar la universidad?, ¿era él? Lo fuera o no, se estaba reencontrando con recuerdos de su primer año y medio en Estados Unidos, una versión más joven de ella misma que no sabía si podía reflejarse en la mujer de veinticinco años que era en la actualidad—. Hablas en serio, ¿verdad? —indaga sin apartar la mirada de la azulina de Julia, sintiéndose examinada por la misma.

—¿Podría ser de otra forma? —contrarresta con suavidad, inclinando el torso hacia sus rodillas y deslizando la mirada en dirección a la figura masculina, efectivamente se trataba de Mike.

—No, creo que no —titubea, más con sorpresa que duda en la palabra de la morena.

—Hey —con tono animado, pero sin saber exactamente que decir, saluda a las chicas, recibiendo también la atención visual de la pelirroja mientras cambia de postura, quedando sentada junto a la morena, Julia, si mal no recordaba. Ahora, en caso de que ellas no tuvieran presente, se conocieron algunos años atrás, quedaría como un completo idiota.

—Mike —murmura con suavidad, sin poder suprimir la sorpresa en su tono de voz. Observando al moreno, cubierto parcialmente por neopreno, el cabello húmedo y esa estúpida sonrisa surcando sus labios. En realidad de estúpida no tenía nada, pero era lo que había provocado, pusiera su atención en él. Tenía una sonrisa amplia, vislumbraba una perfecta dentadura y guardaba un deje de inocencia. Encantadora en su momento, al igual que ahora.

—Hola —saluda amable la morena, sin perder detalle de la escena, como si ella estuviera fuera de la misma.

—Pensé que haría el ridículo —admite, liberando un largo suspiro.

—Y yo que te había tragado la tierra —comenta divertida y curiosa, por saber que había sido de su vida.

—Suena un poco exagerado, solo me cambie de universidad.

—Y no volví, volvimos a saber de ti —rectifica, aunque a Julia mucho no le importaba, no era más que un conocido al que ella había introducido y tal vez, torturado un poco con su parloteo.

—Hasta ahora —puntualiza, dirigiendo la mirada hacia la morena que no parecía dispuesta a intervenir, por lo que vuelve a Elena—. ¿De vacaciones? —indaga elevando la diestra, acariciando su oscura y corta cabellera.

—Sí, ¿tú igual? —devuelve la pregunta, palmeando sobre las toallas, invitándolo a sentarse.

—Algo así. Solo pasaba a saludar —se disculpa con una sonrisa—. Pero, ¿podemos tomar algo más tarde? —propone, dejando que su mirada vuelva a la morena, pues era para ambas.

—Al peso de la mirada de Mike, se le sumaba el de la verdegris de Lena, parecía entusiasmada con la idea y pedía aprobación—. Me parece bien —musita y coge el bolso, para rebuscar dentro del mismo.

—¿Esta noche? —indaga, queriendo ser más específica, sin olvidar tenían un paseo pendiente con la morena, podían hacerlo cualquier noche de las varias que pasarían en Los Ángeles, si era de mutuo acuerdo.

—Sí, a menos que tengan planes.

—Julia —musita el nombre de la morena, solicitando una respuesta sincera, no por obligación, a pesar de que Mike estuviera a escasos pasos de distancia.

Don't forget.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora