Don't forget.

X

—Tal como anunció en su último mensaje, Mike aguardaba por ella en las inmediaciones del hotel, no pegado a la puerta para no resultar siendo un estorbo para la gente que entraba y salía del mismo, al menos esa interpretación hacía la pelirroja, con una suave sonrisa en los labios, mientras se acercaba a él—. Hola —saluda, dejando un beso en la mejilla del hombre.

—Hola, Elena. ¿Todo bien? —indaga con suavidad. Mediante un ademán con la mano, le indica el camino a seguir, lo harían andando, pues acordaron ir a un bar cercano al hotel. Se suponía, se encontrarían allí, pero casi a último momento, hubo cambio de planes.

—Sí —responde mirándolo de lado, mientras avanzan sobre la acera—, Julia se estaba quedando dormida, debe estar cansada del viaje, aún —concede con sinceridad, sin saber si la pregunta apuntaba a eso o no, quizá fuera simple cortesía.

—¿Llegaron hoy? —por el tono blanquecino de la piel de Elena, podría suponer que no se expuso al sol, pero la había visto en la playa ese mismo día.

—No. Anoche —lo observa asentir en silencio, pensativo—. ¿Qué hay de ti?

—Llegué la tarde del domingo, si a eso te refieres —porque en si, la pregunta era muy amplia.

—Bueno, y a lo que quieras contar —comenta con suavidad, sin intención de imponer u orientar la conversación. Antes, en la playa, había sido muy directa con alguna pregunta, podía ser chocante para el otro encontrarse de cara a su curiosidad. Después de todo, hacía años que no se veían y tampoco que hubieran forjado una relación muy estrecha en su momento.

—Hoy me preguntaste si estaba de vacaciones —murmura, recordando lo que mencionó al respecto, una respuesta vaga, para no ahondar demasiado en el asunto, pues no tenía previsto alejarse de su grupo por mucho tiempo.

—Sí, aún no logro descifrar tu respuesta —expresa con gracia. Si bien la respuesta la pareció curiosa, no le dio demasiadas vueltas al asunto, cuando sirvió para descartar, tal vez de forma precipitada, ese fuera su destino cuando se cambió de universidad.

—Son vacaciones, pero también una especie de viaje de sanación —concede mirándola de la lado—. Firmé el divorcio hace algunas semanas —aclara enseguida, sin dar tiempo a que Elena teorice al respecto.

—Vaya. Lo siento —titubea, ¿qué más podía decir?

—Está bien. Quiero decir, duele, pero estaba roto hace tiempo.

—¿Hace cuánto te casaste? —indaga con suavidad, como si el tono ligero de su voz quitara peso al asunto.

—Seis años —musita adelantándose unos pasos para abrir la puerta del bar cuando llegan a destino, estando a dos calles del hotel en el que Elena se aloja.

—La pelirroja agradece el gesto con una sonrisa, mientras se adentra al local. Música suave y luces bajas, no estaba repleto, por lo que no tienen inconveniente en escoger una mesa pegada a uno de los laterales. Si las cuentas no le fallaban a Lena, Mike se había casado con, ¿cómo se llamaba la chica? Jessica, recordó mientras extraía el móvil del bolso que luego engancharía respaldo del asiento y cubriría con la chaqueta, pues la temperatura era más cálida que a la intemperie—. Entonces . . . —musita acomodándose en la silla, quedando de frente a Mike.

—Sí, Jessica —juega a adivinar, pues no estaba seguro de que Elena recordara, estaba en pareja cuando se conocieron, mucho menos el nombre, pero era una posibilidad—. Y tiene que ver con que me cambiara de universidad.

—Nunca mencionaste que planearas casarte —de eso estaba segura, pues de haberlo dicho él, no habría esperado con tanta ilusión volver a verlo luego del receso, al menos se hubiera hecho a la idea de que estaba en una relación más seria de lo que pudo imaginar.