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—¿Tienes hambre?—indaga cuando la atención de la pelirroja vuelve a ella. La ausencia de su madre fue más extensa que las veces anteriores. Sus iris aún guardaban brillo, seguramente producto del recuerdo que vagó por su mente, pero se iba desvaneciendo frente a su mirada, no así lo que hasta minutos atrás le pareció un repentino y pasajero brote de molestia con Julia. No valía la pena mencionarlo, primero porque no le correspondía, segundo, su madre la defendería a capa y espada. Ciertamente, si no conociera de antemano el desenlace de esa historia, su sentir podría ser muy diferente, aunque Lena mencionó más de una vez, eran chicas comunes, con una historia de amor entre el montón, incapaz de destacar entre los films de Hollywood o alguna novela romántica; daba la sensación de ser una relación sólida, con aquellos tres vértices que le parecían fundamentales: Amor, confianza y lealtad. Más de uno podría mencionar que nada más sólido que las cuatro patas de una mesa, pero, ¿quién no se encontró alguna vez una tambaleante? Sin embargo, el triángulo era la figura más fuerte, no se doblegaba con facilidad.
Parecía que lo tenían, pero Julia terminó siendo una persona egoísta y débil, en la que tal vez no estaría pensando con tanta dureza si sus acciones no se llevaran puesta a Lena.
Amaba a su pelirroja madre, sobre todo y todos, algo que al parecer, Logan no lograba entender aún. Quizá nunca lo hiciera, y dolía, tanto como estar frente a su madre, percibiendo como era consumida por la nostalgia, lejos quedaba la mujer descarada y alegre que describía; Julia y sus decisiones, su falta de lucha, su conformismo tenía mucho que ver.—No mucha, no —niega a su vez con la cabeza y suspira. Recordar lo que fue y pensar en lo que no pudo ser era demasiado poderoso, doloroso. Incluso cuando Julia tenía razón, no la necesitaba para mantenerse en pie y seguir con su vida, después de todo, lo había conseguido. No la necesitaba, sin embargo continuaba queriéndola, amando su recuerdo, qué no daría por verla atravesar la puerta, recibirla con los brazos abiertos y entregarle ese amor infinito que aún le profesaba.
—Acabo de ordenar una pizza —informa y se esfuerza por mostrar una sonrisa. No tenía intención de negarle a su madre hablar de lo que quería, por más dolor que causara, pero ambas necesitaban un respiro, quizá con el estómago lleno se renovara la energía—. Si no me ayudas, tendré que hacer un enorme sacrificio con ella —bromea, ganando una pequeña risa de su madre.
—Luego dirás que la glotona soy yo —murmura, siguiendo con la mirada los movimientos de la morena que se pone de pie para recoger las tazas y platos que usaron antes.
—Y no sería una mentira, ¿o si? —indaga con diversión, aprovechando la cuota de buen humor ofrecida por su madre, a pesar de los sentimientos que el relato le generan.
—No tienes nada que envidiarme —replica mientras la menor desaparece de su campo visual, solo por unos segundos, los que tarda en dejar la bandeja en la cocina y volver a la sala para ayudarla a ponerse de pie y ambas dirigirse al comedor, donde aprontarían lo necesario para el almuerzo que estaba en camino.
✧✧✧ Relator Omnisciente. ✧✧✧
Eran las 9:13 a.m. cuando los párpados de la morena se elevaban, no había ningún rayo de sol que se filtrara y diera de lleno sobre su rostro, tampoco alguna necesidad fisiológica que provocara su despertar, simplemente había descansado lo suficiente y durante las últimas horas, muy a gusto al parecer, pues sus brazos continuaban rodeando la cintura de la pelirroja que tampoco se movió de su lugar, estaba pagada a ella, de espalda. Justo como había quedado luego de la conversación y el momento de intimidad.
No habían dicho más, el clímax tuvo un efecto arrasador en la pelirroja, quedó temblorosa, exhausta entre sus brazos, y ella se limitó a mimarla un poco más, acariciando su cuerpo y dejando algún que otro beso en su hombro desnudo, incluso después de que su pareja se quedara dormida, terminó por aferrarse a su cuerpo con necesidad.

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Don't forget.
Fiksi PenggemarA veces, cuando algo nos hiere, deseamos olvidar, simplemente borrarlo, eliminarlo, pero no es tan fácil, ¿cierto?, ¿por qué es tan caprichosa la memoria? Será a caso que cada historia, cada experiencia de vida deja cicatrices, marcas invisibles que...