5. Miradas ofensivas

5.3K 591 21
                                    

Owen:

La demanda de nuestro divorcio llegó al día siguiente en el que hice mi trato con Dafnée Anderson.

Ella aceptó, para mi suerte lo hizo y me sorprendió mucho más después de las cosas que le dije en el hotel.

Dejo la denuncia sobre mi escritorio en mi casa , que al menos eso se dignó darme mientras procedimos nuestro divorcio, creo yo después de la cara que mi aún esposa me mostró, ella desea que disfrute mis últimos momentos aquí y para que luego la vida resulte dolorosa para mi.

Ya de Karina puedo esperar todo, ni reconozco la mujer con la que me casé.

Salgo con un humor de perros de la casa y voy directo a la oficina, habrá una presentación de ropa fuera de la ciudad, en donde Dafnée  está invitada como una de los jurados 

—Owen..

Es Sofía.

—La señorita Dafnée  quiere verte.

Alzo mis cejas

¿Esa mujer ya quiere cobrarme?

—Ahora.

Recibo la orden y primero dejo mis cosas sobre mi lugar de trabajo antes de dirigirme a la oficina de mi jefa.

Golpeo la puerta y después de un “Adelante".

Yo ingresó.

Dafnée  tiene un álbum enorme de fotografías de la marca de ropa que modelaron seguramente en la presentación.

Carraspeo y ella pone los ojos en mi luego de cerrar el álbum y dejarlo sobre su  escritorio.

—Iras.

Alzo las cejas. —¿Cómo?

—Felicidades, iras conmigo a la presentación del sábado.

Estoy sorprendido.

—Solo debes aprenderte los nombres que yo no puedo aprender me y me los dirás al oído, Sofía te dará un álbum completo con las celebridades que asistirán al evento.

Ella dibuja una sonrisa en su rostro.

—Dijiste tiempo, habilidades y cuerpo.

Corazón, no tiene sentido, pero omitió eso.
—Este sábado voy a tomar prestado tu tiempo y tus habilidades ¿ Estas de acuerdo, Owen?

Con un sabor amargo, respondo. —Lo estoy.

Ella mantiene su sonrisa con esos labios color rojo. —Ya puedes retirarte.












(*)













Fue un viaje largo y mi mente no dejaba de pensar en que debía encontrar un buen abogado, no podía pensar en nada más aunque hubiera venido por asuntos del trabajo.

No fuimos solo los dos, Sofia al ser la asistente privada de Dafnée  y quizás la única que la soporta en el trabajo, o la que más la soporta, nos acompaño.

Dafnée  necesitaba de ella.

Así que al final habla alquilado tres habitaciones de hotel, no, eran tres suite, espaciosas y cómodas en el término de comodidad, no por algo más.

—Tienes hasta las 8 para aprenderte los nombres de cada invitado, no se le permiten errores a ella, después de todo es Dafnée  Anderson.

—Es un ser humano como tú y yo.

Sofía sonríe. —Eso aparenta ser… trata de no fallar, Owen , no solo tu cuello esta en juego también el mío.

Joder.

—Durante la presentación será fácil, pero en la fiesta más de uno querrá conocer a Dafnée ¿Entiendes?

—Lo hago, Sofía.

Exageran demasiado.
















(*)













O tal vez no.

Aunque no resulta tan complicado simplemente por una sola razón, la situación me ha puesto incómodo y es porque en su gran mayoría no dejan de vernos con malos ojos.

¿La razón?

Las duras críticas de Dafnée, críticas sin filtro salidas directamente de su boca que no hicieron más que alejar a las personas que seguramente se hubieran presentado con ella de no haber sido tan grosera, creí que me sentiría tranquilo de no comer un error ahora que nadie quiere estar a su lado pero prefiero eso a no solo las miradas que nos dan, sino también los murmullos.

Observo a Dafnée.

¿Cómo  puede mantenerse así de fuerte frente a un número de personas que no han hecho más que tirarle mierda?

De cierta forma la admiro.

Aunque ella misma debe sentir que tiene que soportarlo por como se dirigió a todos, aunque conociendo a Dafnée, ella jamás se arrepiente de dar una crítica honesta.

—Creo que quiero irme.

Le entrego su abrigo, el cual se lo coloca y es una pena, porque ese vestido se le ve muy bien como para ocultar su figura debajo de un abrigo.

Sofía me mira y cuando vamos a dirigirnos a la salida, veo a un hombre ingresando con su pareja.

Pero lo que capta mi atención no es solo el, sino la mirada en la cara de Dafnée, una mirada que no he reconocido antes.

Máscara de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora