Máscara de Cristal

17. Promesas

Owen:

Los labios de Dafnée Anderson se cierran, sus ojos me observan y una sonrisa se termina por formar en su boca, incluso después de lo que ocurro esa noche, de confesarme todo su secreto, incluso después de decirle todo esto.

Ella sigue siendo Dafnée Anderson, la mujer de piedra a la que no le afecta nada.

—Te dije que no tuvieras sentimientos por mi.—Me recuerda.

—Dijiste que el acuerdo se acabaría entonces.. pero no hay un acuerdo ¿No?

Ella me observa sorprendida y suelta una sonrisa.

—Además ni yo mismo se lo que siento cuando estoy contigo.

Sus ojos se mantienen sobre mí.

—¿Acaso quieres descubrir que sientes? No estoy para que me uses, Owen Miller.

—¿Quién hablo de usar?

Sus cejas se levantan.

—Desde que nos conocemos, tú me has usado a mi ¿No?

—No has salido perjudicado, al contrario has ganado.—Reprocha.—Y yo diría que los dos nos hemos usado.

—Entonces deja de hacerlo, Dafnée.

Sus ojos se abren, hoy la estoy sorprendiendo demasiado.

Yo mismo corto el incómodo silencio.—Empecemos de forma diferente ¿No lo crees?

(*)

—No soy una mujer que va a citas, Owen.—Todo el tiempo asegurándome todo.

—Solo tómalo como una cena no formal.—Pronuncio y pongo la mirada en la carta que hay en mis manos, ella tiene la suya, pero en lugar de observar y escoger un platillo, está mirándome a mí.

Tengo la suerte de haberla convencido.

¿Cómo lo hice? Ni yo mismo me se explicar, pero algo me dice que ella quería tanto esto como yo.

Una cena, solo una cena y ella y yo.

—¿Quieres que ordene por ti?

—Soy capaz de escoger mi propio platillo, Owen.

Dejo escapar una sonrisa, ya me he acostumbrado a este tipo de actitudes, la camarera llega a escuchar nuestro pedido, en la mano lleva un vino que comienza a servir sobre nuestras copas, primero llena la mía, seguido lo hace con la copa de Dafnée.

—Soy Esther y yo les atenderé esta noche, caballero, dama.—Se presenta y saca el boli junto al cuadernillo de su bolsillo delantero.—¿Qué es lo que pedirán esta velada?