FOUR

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Eunsan ; Virtual date.

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Sanha se encontraba sentado en su cocina, su teléfono reposaba sobre la encimera negra. Sus dedos bailaban golpeando la encimera al compás de una canción vieja que solía escuchar su madre. Faltaban cinco minutos para las diez... cuatro... tres... dos... uno...

— ¡Yo contesto! — Chilló, para que su compañero de vivienda, Moon Bin, lo escuchara.

Descolgó el teléfono y lo acercó a su oído, desbordaba felicidad y nervios, llevaba una semana sin poder hablar con aquel guapo chico que le robaba el aire cada vez que lo veía. Ahora estaban muy lejos debido a que el mayor estudiaba en una universidad de Seúl, sin embargo esperaba que volviera pronto a Busan.

— ¿Hola? — Dijo el castaño, mientras jugaba con el cable enrulado del teléfono.

Hola ¿Hablo con el chico más lindo de todos? Dijo el pelinegro al otro lado de la línea.

— No, porque yo estoy hablando con él. — Dijo sonriendo.

No, yo hablo con él.Dijo el mayor y Sanha podía jurar que estaba haciendo un puchero aunque no pudiera verlo.

— Eres muy dulce, Eunwoo hyung. — Rió. — Ésta es nuestra llamada número cien, deberíamos festejar, ¿no crees?

¿Te parece videollamada esta noche? Podemos ir a algún restaurante cada uno y fingir una cita frente a frente. Dijo Dongmin.

— Estoy de acuerdo.

Sanha se preparó y tomó su celular para luego recibir una notificación, Dongmin ya estaba en camino al restaurante de modo que él también salió.

Se sentó en una mesa y colocó el teléfono frente a él. Acomodó su cabello y decidió llamar al mayor. Ahí estaba él, tan perfecto como siempre y con su sonrisa tan perfecta e increiblemente hermosa, si fuera un sueño no querría despertar.

Qué linda noche, ¿no crees? Cuestionó Dongmin y Sanha sintió una explosión en su corazón.

— Es una noche mágica, porque me parece que hablo con un ángel. — Dijo sonriendo.

¿En qué restaurante estás?Dijo el pelinegro.

— En el de siempre, al que solíamos venir. — Dijo el castaño ladeando su cabeza. — Cada día te extraño más, es tan difícil estar lejos.

No estamos tan lejos como crees, beagle. Dijo el mayor encogiendose de hombros.

— Estás en Seúl y yo en Busan ¡Claro que estamos lejos! — Bufó el menor, frunciendo el ceño. — Oye ¿Hay un restaurante de estos en Seúl? Porque el cartel detrás de ti es igual que uno que hay en la planta superior. — Dijo el castaño, frunciendo sus labios.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora