Entre en silencio en el enorme despacho y Taehyung cerró la puerta detrás de nosotros. Huir sin quedar como un completo descerebrado ya no era una opción. Pasé mi mirada por toda la estancia. Estaba dividida en dos partes muy claras, una zona de escritorio y una zona de descanso con un par de sofás y una mesa central acristalada.
-Buenos días señor Min-saludó mi padre seriamente realizando la inclinación de rigor mientras nos acercábamos al enorme escritorio ubicado junto a una preciosa cristalera adornada con algunas plantas.
-Señor Park-dijo él a modo de saludo con voz ronca mientras cerraba la carpeta que había estado hojeando cuando entramos. Algo me recorrió por dentro al escuchar ese tono gutural.
-Vengo a presentarle personalmente a los dos nuevos empleados de la empresa, Kim Taehyung-hizo una pausa y mi amigo saludó con una formal inclinación como había hecho mi padre... -Y este es Park Jimin, mi hijo, los dos empezarán hoy en la zona de administración internacional-incliné mi cuerpo un poco hacia delante y lo miré con expresión seria mientras el me escrutaba minuciosamente.
-Buenos días señor Min, encantado de conocerle en persona-dije atrevidamente intentando retar a mi padre que me había advertido que no hablase más de lo necesario.
-Igualmente-murmuró con un principio de sonrisa tirando de sus labios hacia arriba. Inmediatamente volvió a ponerse serio
Ambos nos miramos por un segundo eterno como si el hielo de su mirada pudiese congelar el fuego en mi interior. Siempre me habían dicho que me veía increíblemente atractivo en traje e incluso siempre había sentido debilidad por los hombres en traje, pero él, me dejó sin palabras, nunca había visto a nadie tan joven lucir un traje como Min Yoongi. El negro oscuro de la tela contrastaba perfectamente con su piel exageradamente blanca y su pelo moreno y se amoldaba de manera increíble a su cuerpo delgado y bien moldeado. Y sus ojos...santo cielo, sus ojos podían ver mi alma si se lo proponía. Esa mirada suya me tuvo desde el primer momento.
Rápidamente aparté la mirada y sentí el calor subir a mis mejillas. Mi subconsciente me había fallado ante aquel impresionante hombre.
-Espero que su estancia en la empresa sea satisfactoria y que aporten todo su potencial a sus puestos, estoy aquí para cualquier cosa que necesiten y si no estoy disponible pueden consultarlo todo con el señor Park que él se ocupará de ponerme al corriente-sentenció de manera autoritaria. No sabía si darme por bienvenido o por intimidado.
-Gracias señor Min, nos retiramos ya, estos jóvenes tienen mucho que aprender hoy-expuso mi padre.
-Muy bien, que tengan un buen día, estoy a su disposición-comentó volviendo a mirarnos detenidamente. Dimos las gracias a coro.
Tal como habíamos entrado, salimos en silencio, pero antes de cerrar la puerta me volví un segundo sobre mi hombro y lo miré de nuevo. Nuestras miradas volvieron a impactar y el calor recorrió todo mi cuerpo cuando una sonrisa de sinvergüenza adornó su rostro inmaculado. Me había estado mirando todo ese tiempo. Cerré la puerta con apuro y pude escuchar una pequeña carcajada proveniente del despacho que acabábamos de dejar.
Taehyung me miró confuso ante mi reacción, pero inmediatamente y sin decir ni una sola palabra le quité importancia. Se encogió de hombros y seguimos caminando tras mi padre que nos enseñó las instalaciones y se dedicó a reprendernos por todo sin ni siquiera haber empezado con nuestra labor. Nos presentó a nuestros compañeros, aprendimos sobre nuestras funciones y los programas que manejaríamos en el ordenador y luego Tae y yo comimos un sándwich en la cafetería antes de volver a nuestras mesas.
- ¿Que tal lo lleváis chicos? -preguntó uno de nuestros compañeros asomándose por encima del ordenador de Taehyung.
-Bien-contestó mi amigo animado -Ya casi he terminado con los presupuestos que pidieron para el edificio Haley en Pekín, antes de que termine la jornada estarán sobre tu mesa Seokjin-añadió moviendo papeles a diestro y siniestro, pero sin perder su característica sonrisa.
-Podéis llamarme Jin, ahora somos compañeros, ¿tú que tal lo llevas Jimin? -preguntó con él mismo entusiasmo volviendo su silla hacia mi escritorio.
Suspiré frustrado mientras aporreaba la barra espaciadora del teclado y luego esbocé una pequeña sonrisa que Jin correspondió. -Tengo problemas con el programa, se bloquea cada cinco minutos-dije apartando el pelo de mi cara hacia atrás.
-Paciencia chico, a ese programa lo carga el diablo, hoy te ha tocado a ti, pero cada día nos hace la vida imposible a uno en esta oficina-comentó riendo con la que era la risa más peculiar que había oído en mi vida. Tan peculiar como contagiosa.
-No sé si voy a poder terminar hoy los registros de la nueva sede de Alemania-alegué en mi defensa moviendo desesperadamente el ratón del ordenador.
-No te preocupes, podrás seguir mañana, son para el viernes así que no tienes ninguna prisa-dijo quitándole importancia.
-El señor Park dijo...-repliqué recordando las precisas y exigentes palabras de mi padre
-El señor Park quiere todo aquí y ahora, espero que no te moleste, pero tu padre debería calmarse un poco y dejarnos trabajar a nuestro ritmo-expuso tranquilamente mientras cerraba un par de carpetas y se las pasaba a una compañera detrás de él.
-Si...él es así, un perfeccionista compulsivo-murmuré más para el cuello de mi camisa que para los demás.
-A veces me da escalofríos-añadió Tae como si nada.
-Que me vas a contar, nací con escalofríos-dije antes de continuar donde lo había dejado. Un par de risitas corearon en la estancia por lo que había dicho.
A media tarde tomamos un café junto a Jin y varios compañeros más de otros sectores de la empresa y así el día pasó un poco más rápido. Mientras apuraba los últimos minutos de la jornada apuntando en mi agenda el planning para los próximos días, la puerta de nuestra oficina se abrió y Min Yoongi apareció ataviado con una bufanda de cuadros y una gabardina negra que cubría todo su cuerpo dejando entrever sólo un poco de sus pantalones de pinza y sus zapatos brillantes.
-Buenas noches a todos-dijo inclinando un poco la cabeza.
-Buenas noches director-respondimos casi a coro.
Simplemente lo observe marcharse a través de la cristalera hacia un enorme coche negro que lo esperaba aparcado en la acera de enfrente.
Esa noche ya en mi apartamento, tapado hasta las cejas en la cama recordé su voz y maldije intentando sacarlo de mi cabeza.
No me costó mucho dormir, incluso pensé que podría acostumbrarme a aquel trabajo.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola a todos :)
Por aquí el segundo capitulo de Bullets. Por fin hemos conocido al jefe! Y vaya jefe jajajaja
Espero que os esté gustando hasta aquí aunque no llevemos mucho, siempre me gusta ir lenta pero segura. También hemos conocido al bueno de Jin, tan hermoso cuidando de los peques.
Espero que os haya gustado y nos vemos en el siguiente capitulo.
Si has llegado hasta aquí, este capitulo es para ti.
ESTÁS LEYENDO
Bullets //Yoonmin
FanfictionRenunciar a tus sueños siempre es duro y para Jimin la vida es una absoluta mierda desde que tuvo que dejar la danza y dedicarse a estudiar una carrera que no le gustaba por orden de su padre. Todo cambia en su primer día de trabajo cuando conoce a...