CAPITULO 2

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EDITADO

Lorena

Mi hermanastro Valían lleva la maleta en su auto. La verdad que no estoy preparada para conocerlos, algo en mi interior dice que "corra u otro dice que me quede".

— Creo que mejor me quedaré aquí — digo decidida y no confiada por la reacción de mi hermano, se da la vuelta para verme, está furioso. Se nota por su mirada.

Tengo que estar en alerta, retrocedo dos pasos y me pongo firme.

— Irás con nosotros, dejaras de ser una puta en las buenas o malas. No quiero ninguna queja, ninguna palabra porque será peor para ti — amenaza. Levanto mi rostro y le miro con furia.

Ya nadie tiene derecho a amenazarme ¿Qué le pasa a este para hablarme así?

— Sé que tus intenciones, no son buenas, no me quieren conocer ni mucho menos ser mis hermanos — hablo enojada mientras lo señalo lo cual se queda sorprendido y suspiro.

— Mira vine aquí, solo para ver a mi padre, no a conocerlos porque no me interesa hacerlo, si tengo que defenderme de ustedes, lo haré. No seré la hermana sumisa, me quedaré aquí y estarán felices porque no me conocerán nunca. En tres meses me iré y nunca más me verán — manifiesto alzando mi voz. El trata de hablar, pero lo detengo

— Te juro que si me tratan de hacer algo Valían, yo misma iré por ustedes. No te olvides que mi madre es peligrosa y yo también lo puedo hacer — gruño mirándole fijamente los ojos, traga saliva. No dice nada por unos minutos.

— ¿Pensaste que tu hermana sería esas chicas inocentes que pueden manejar a su antojo? — pregunto enojada pero el callado y en shock, me mira

— Estás equivocado, idiota. Dame mi maleta y dejemos las cosas en paz — ordeno con tono frío. Le arrebato mi maleta, camino hasta la entrada del Club.

Espero no ver a este hombre o si no le reventaré la cara.

Mamá siempre me enseñó a defenderme, en el colegio y en el decían que ella era una super mujer. Madre soltera, trabajadora nata y sobre todo una mujer con garras, no tiene mal carácter. Ella sólo sabe defenderse en situaciones complicadas. Me enseñó todo lo sé a defenderme de esta clase de personas, me enseñó que yo misma tengo que manejar mi vida, tomar mis propias decisiones y con tal de verme feliz, ella me apoyaría con todo.

Me pongo pálida, al recordarme que no la había llamado ni una sola vez para avisarle que vine sana y salva al Club. Me voy hasta la habitación que mi padre me asignó y pongo la maleta en la cama. Agarro mi teléfono, marco el número de mi madre que ni siquiera atiende.

¿Estará enojada?

La llamo de nuevo y al tercer tono, contesta.

— Hola Lorena — dice con voz agitada

— Mamá ¿estás bien? — pregunto preocupada

— Hija tengo que colgar, estoy ocupada. Te llamo luego — dice rápido y me cuelga.

No te puedo creer. Me cortó.

¿Qué tanto está haciendo? Como para no contestarme.

Horas más tarde...

En la tarde, no salí ninguna vez de la habitación, quiero ir a conocer la ciudad, pasearme. Me levanto de la cama, me cambio de ropa y salgo de la habitación la cierro con llave, me dirijo hasta la salida del Club sin decirle a nadie ninguna palabra.

Minutos más tarde...

No sé dónde estoy, me encuentro a un hombre que tiene el chaleco de un club cuando me acerco a él, siento que alguien toca mi hombro, agarro su muñeca y le doblo. Se queja del dolor.

— No te haré daño, solo quiero llevarte al club — se queja el hombre de dolor.

— ¿Quién eres? — pregunto

— Soy Jared, Sargento de Armas del Club Demons Kings — se presenta con una sonrisa

— Soy Lorena Dorsall — me presento.

— Vamos al Club, es peligroso estar por esta zona — dice mirando por todos lados. Nos vamos caminando.

— ¿Que hacías por aquí? — rompe el silencio con la pregunta y encojo los hombros.

— Sólo salí a pasear — murmuro y asiente.

— Tienes que avisar la próxima cualquiera de nosotros podemos ayudarte, se nota que sabes defenderte — habla serio.

Mi madre me enseñó todo lo que sé - manifiesto tranquila.

Minutos más tarde...

Llegamos a la casa Club, fue caminar con Jared también hablar con él. Me agrado mucho.

— ¿Dónde estaban? — gruñe enojado el Prez del Club.

¿siempre tiene que estar de malhumor?

— Ella se perdió y justo estaba por ahí, vinimos juntos. Calma hombre de las cavernas — explica con tranquilidad Jared. Palmea su hombro y pasa de lado, nos miramos los dos, aparto rápido la mirada al pensar en mi madre, ella no me había llamado como prometió.

— Permiso — es lo único que digo y asiente. Llego a mi habitación, entro y llamo a mi madre, pero no contesta. Suspiro.

¿Le habrá pasado algo malo a mamá? Mañana lo averiguaré.

Decido tomar una ducha refrescante cuando termino, me pongo mi pijama y me meto en la cama, enseguida me caigo en el sueño.

Eres mia (#6 Mc de Demons Kings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora