A la mañana, estaba comenzando a llover, creí que el pronóstico sería dentro de dos días o en la noche. No, claro que no, tenía que ser justo cuando salía a abrir la persiana de la tienda. Estaba mojándome, intentando destrabar los cierres de la puerta de la persiana. Ya sentía el cabello pegado a mí cara, gruñí pateando la puerta y escuché un crujido. Logré destrabar sus clavijas dando una patada, ¡Que loco! Me meto dentro de la tienda, y ahora podría subir el resto con el motor. Pero, el hecho que estuve media hora buscándole la vuelta y mojándome valió la pena. Debería hablar con Jordan para que mejoré aquella traba siempre me daba problema para sacarla. Comencé a escurrir el agua de mí pelo sobre el lavabo del baño, me daría cuenta si alguien entraba, dado que coloque un espejo que fuera de reflejo para la puerta de la entrada y el baño. Ingeniosa, lo sé. Luego de sacarme el agua restante, volví a mí puesto en el mostrador y busque en mí mochila el cepillo de pelo, deslice con cuidado hasta quitar los nudos. Ya estaba mejor, por suerte tenía una paraguas extra en el trabajo, tenía que estar preparada para cualquier cosa.
-¿Hola?- escuché una voz masculina. Levanté mí cabeza, la puerta estuvo abierta todo el día y hoy, aparecía el mismo chico que venía cruzándome desde el intento de robo.
- Ah, tu...¿Qué llevarás hoy?- dije naturalmente. O intentando empezar una conversación.
-¿Conociste a Marielle?- me pregunto con tacto. Negué con la cabeza.
-Hace dos años que trabajo para Jordan.
El chico miró a su alrededor, se detuvo en un muro donde el gris sucio del lugar le trajeran un recuerdo de años atrás. En serio, quería saber qué relación tenía con Marielle y Jordan Mark.
-Mira, no sé quién eres ni cual era tu relación con ella.
- No podrías imaginar que Marielle era una ex soldado de Afganistán, lucho y dirigió ciertas patrullas, no volví a verla. Tuve que irme por obligación de mí madre. Supongo que llegue tarde.
-Joder, ¿Qué tienes?- dije incrédula que hablara como si tuviera ochenta años, era tan joven como yo-. No vengas con chistes así. Jordan quería mucho a su esposa, no seas grosero.
-Si...es cierto, tal vez Jordan si pudo tenerla luego de tantas discusiones.
Esto era muy raro. El muchacho de ojos verdes se expresaba con dolor, recordando a una persona mayor, como si realmente le hubiera conocido de joven y era algo imposible. Capaz fuera un inventor de historias. O un demente que divagaba con ciertas cosas. Pero, tenía detalles exclusivos de Marielle y Jordan, donde su amor fue algo rebuscado. Pocas cosas que decía Jordan de su esposa, es que ella amaba a dos hombres al mismo tiempo. A él, su novio desde secundaría, y luego un joven de su formación de fuerzas armadas.
-¿Quién eres? Por favor, que no seas un alma en pena- dije, retrocediendo para sentarme y no romperme el trasero tras desmayarme por ver a los muertos.
-Soy Ares.
-No...en serio, dime.
-Dile a Jord, que pase por aquí. Tengo que hablar con él, es momento.
-¿Momento?
-Sí, Georgia. Es momento que termine lo que empezamos hace cuarenta años.
Esto era demasiado. Empecé a sentirme mareada, él recordaba mí nombre desde la primera vez y yo era lenta para identificar su aspecto, digamos que no veo a muchos chicos lindos y fríos como este muchacho. La puerta se abrió, note a Jordan con su paraguas negro y una sonrisa sincera tras verme, pero Ares se cruzó en medio.
-Hola, Jord.
-¿Qué pasa?- dijo el hombre mayor-Georgia...
-Soy Ares, idiota.
Creo que llamaría a la policía esto estaba llenándose de pruebas y raras formas de creer que un chico de mí edad iba a moler a golpes a Jordan. Tomé mí teléfono comenzando a discar y oí un quejido de mi jefe. Levanté mía ojos cielo, Jordan estaba defendiéndose de los golpes de Ares. Esto era injusto. Salte sobre el mostrador, sin soltar el teléfono y oí una voz mecánica. Me coloque en medio, mí mano se apoyo sobre el pecho de Ares esperando que dejara de lanzar golpes al pobre hombre.
-¡¿Qué te pasa, imbécil?!- le espete, intento pasar de mí pero lo negué moviéndome al mismo tiempo impidiendo que se acercara a Jordan- ¡Sufre del corazón, loco de mierda!
-Dejaste que ella se fuera...Debiste cuidarla mejor, Mark. Era una mujer valiosa.
Ares se hizo a un lado, me miró un momento y se acercó lo suficiente para sentir el olor de odio en su piel. Lo mantuve en lejanía de mí jefe. El chico salió de la tienda, dejando a Jordan con miedo e incertidumbre. Me volví a él, viendo un corte en su mejilla y su ojo izquierdo estaba comenzando a ser negro.
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Georgia
FantasiNadie cree en ellos, han dejado pasos y hechos que reconocemos como mitos. Georgia se cruza con uno de ellos, desde ese momento, ya todo comienza a ser sospechoso y todo recobra un giro inesperado. "Encuentra la verdad detrás de los secretos y fals...