-Eros y Ares...-dijo mi amiga paseándose entre percheros para elegir un vestido para la fiesta.
Había pasado dos días desde que volví a reencontrarme con Ares en aquel lugar de hielo, donde su mirada fría pegaba bastante bien con el sitio. Y, la excusa perfecta para que Nora estuviera saliendo de compras como zapatos, maquillaje y quería ir a la peluquería. El lugar de la fiesta, era uno de los mejores hoteles, Flor de loto en el centro de Toronto. Me tropecé con Nora cuando trajo dos vestidos púrpuras con diferentes diseños en ellos, elegí cual tenía una manga en diagonal sobre el pecho y era casi magenta. Me lanzó el otro, atrapándolo y lo deje por ahí. Seguí a Nora a los vestidores con sus tres vestidos.
-Es solo una fiesta-le dije por enésima vez- No deberías preocuparte tanto. Todo luce genial en ti.
-Dime, ¿por qué esos dos se ven tan genuinos con nombres griegos?-dijo Nora dentro de su vestidor-. ¿No es raro?
-No tengo idea- le dije, vi que arrojó su jean sobre la puerta para estar más cómoda- Creo que existen personas con nombres realmente raros, y pueden ser coincidencia...¿Acaso no existen hombres que se llamen Jesús?
Nora abrió la puerta del vestidor, mostrándome el primero que era blanco con pequeñas perlas en el pecho, parecía una novia de boda. Negué. Cerró sin decir nada, volvió a ponerse otro, que resaltaban sus ojos y era azul marino ceñido al cuerpo. Creo que determinaba su persona, le correspondí y se hecho una mirada en el espejo, confiando en mi palabra. Volvió a cerrar su vestidor para vestirse con la ropa que trajo. Mientras, leí un mensaje de Leo había decidido no asistir esta noche porque su jefe lo necesitaba, ¿qué pretendía realmente este sujeto con Leo? O, sea, un viernes a la noche, los jóvenes salen a divertirse por el centro; bares, amigos, discotecas. No le di mucha importancia. Nora salió tomando mi brazo arrastrándome hacia la caja para pagar el vestido.
-Zapatos y he querido ese labial carmín desde la primera vez que lo vi-dijo Nora sonriente, tomando la gran bolsa de su compra- ¿Y, tú, no me has dicho que usarás?
-El vestido del casamiento de mi hermana...
-Oh-dijo, intentando recordar cuál era.
-El negro corto, pero cómodo.
-Sí, ya lo recuerdo-asintió, salimos y fuimos a otra tienda. Creo que Nora recordaba todos los locales del shopping. Esto era una tortura. Igualmente, necesitaba unos zapatos nuevos. Tenía unos grises de gamuza, ya estaban arruinados.
Luego de las compras, fuimos a mi casa para comer algo, ya eran pasadas las cuatro. Tampoco, queríamos comer demasiado para que los vestidos quedaran bien, sin ser presionados. Preparé una salsa de guacamole, y unas botanas mientras Nora escribía en su teléfono, estábamos escuchando a Bon Jovi, algo que discutimos hasta que le gane, siendo un consuelo por acompañara por tantas tiendas, también fuimos a ver los departamentos desde las nueve. Es decir, estuvimos todo el día juntas. Merecía algo de calma, ¿quién le diría que no a Bon Jovi? Exacto, mi amiga, ella amaba su trap y reggaeton.
-¡Mira, encontré algo interesante!-dijo mi amiga, de un momento. Me giré a ella, antes saque una botana de la sartén.
-¿Qué cosa?
Mi amiga se acercó a la cocina, mostrándome un blog de una chica que investigaba sobre la mitología griega y tenía tesis de eso. No sabía que este tema aún era vigente en estudiantes. Comencé a leer, mientras metía otra botana a la sartén teniendo cuidado de no quemarme. Hablaba sobre la vida de Ares, sabía algo que estuvo enamorado de Afrodita, la diosa del amor. También, mencionaba que los dioses tenían un resplandor genuino para mostrarse ante los mortales. Sonreí con ironía, no entendía por qué Nora se molestaba en buscar respuestas, digamos que ella era curiosa mientras yo, prefería ir despacio.
-¿Y, ahora qué?-le dije, volviendo a la comida, ya casi lista- ¿Aparecen dioses en el siglo veintiuno? ¿Por qué?
-Pues, no sé...Algunos tienen misiones o cosas pendientes con los mortales.
-¿Qué cosa tendría pendiente Ares?
-¿Alguna guerra actual?
Esto era ridículo. Recordé al chico de ojos verdes preguntar por Marcelle Mark quien era una soldado de Afganistán. También, el robo, donde uso una tapa de basura para retener al ladronzuelo. No estaba segura, tal vez fuera coincidencia que tuviera tantas similitudes con el dios de la guerra. Termine con las botanas, llevándolas a la mesa. Nos sentamos, comenzando a comer mientras pensábamos como peinarnos y el maquillaje para la fiesta dentro de unas horas.
*Vestido que usará Georgia*
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Georgia
FantasyNadie cree en ellos, han dejado pasos y hechos que reconocemos como mitos. Georgia se cruza con uno de ellos, desde ese momento, ya todo comienza a ser sospechoso y todo recobra un giro inesperado. "Encuentra la verdad detrás de los secretos y fals...