Dejé pasar a Lara a mi casa, había salido con sus amigos. Las niñas seguían durmiendo plenamente en mi habitación. Le convidé un café, mientras revisaba que sus hijas estuvieran bien, regresó cerrando la puerta del dormitorio despacio y le entregué la taza. Sonrió, fuimos a la mesa donde nos sentamos junto a mi cuñado que usaba su teléfono. Bebí de mi café, mirándolos a ambos. Si Bill aun estuviera conmigo, estaríamos los cuatro juntos riendo de tonterías de mi novio.
-¿Estuvo todo bien?
-Sí, no se alejaron de la tv.
-Normal-dijo Lara, sonreí- ¿Y, tú, cómo estás?
-Buena pregunta-dije, dejé mi taza sobre la mesa y le miré- Todavía no supero a Bill, casi un mes sin verlo. La tienda se prendió fuego, por lo que ya perdí mi único empleo.
-¿Quemaron la librería?-dijo mi cuñado- ¿Acaso son nazis?
-O, la iglesia ortodoxa-le dije, sabiendo que esa gente también quemaba libros en épocas pasadas. Creo que Atenea estaría destrozada, enviando a su sobrino a generar una guerra. Aunque, tenía sentido.
-Lo siento mucho-dijo Lara- ¿Qué harás?
-No lo sé, aun tengo ahorros de mi viaje a Europa-dijo lamentando tener que romper ese sueño por necesidad- Voy a estar bien.
Lara intercambio una mirada con su esposo, me reí de sus miradas preocupadas. Si supieran lo que realmente me afectaba y lo que perdía, estarían riéndose de mí o asustados. Era mi familia, ellos me criaron después de todo. No podía aceptar que Marcelle nunca haya vuelto por mí, o que Ares quiera llevarme a dónde sea para entrenarme, o aun peor, ser devorada por un dragón. Termine mi café, cuando oí mi celular timbrar y atendí.
-Soy Eros.
-Demonios...No tengo respuesta aun, lo siento. Tengo que...
-Ya sé, ya sé-me cortó el dios, algo preocupado-Ares esta herido.
-¿Qué paso? ¿Qué hizo?
-Estamos en la ambulancia. Te daré la dirección cuando lleguemos al hospital.
-Bueno, pero...-intente decir algo pero Eros me colgó.
Lara y mi cuñado, Dan, me miraban fijamente esperando que dijera algo elocuente. Reprimí mis ganas de llorar o gritar. Asique, solo guarde aquel dolor en un cajón de mi mente que luego pudiera sacar con todas las fuerzas. Respire hondo, me levanté yendo a la cocina donde lavé mi taza y apagué la cafetera. Lara se acercó preocupada, le miré sintiendo algunas lágrimas juntarse en mis ojos.
-¿Quién era?
-Mi amigo, está herido y creo que es grave-le dije, sin mencionar quién en realidad. Mejor así.
-Dan te llevará, ¿dónde es?
-No lo sé, llegarán pronto y luego podré ir con ellos-le dije a mi hermana, sorprendentemente, ella me abrazo. Correspondí.
-Va a estar todo bien.
-Iré a cambiarme-le dije, ella asintió y se alejo.
Entré a mi dormitorio despacio, donde me cambie mis shorts por unos vaqueros y una sudadera negra con el logo de Linkin Park en el pecho. Tomé la navaja, mirándola indecisa pero, ahora que sabía o por lo menos, sentía que las cosas eran verdad, decidí llevarla conmigo. Salí, dejando a mis sobrinas dormidas y me fije mi teléfono, ya tenía la dirección, creo que era el centro de la ciudad. A unas doras horas de acá, le pedí a mi cuñado que me llevará en su camioneta y mi hermana, me sonrió.

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Georgia
FantastikNadie cree en ellos, han dejado pasos y hechos que reconocemos como mitos. Georgia se cruza con uno de ellos, desde ese momento, ya todo comienza a ser sospechoso y todo recobra un giro inesperado. "Encuentra la verdad detrás de los secretos y fals...