*Imagen de Ares*
-¡Auch, ten cuidado, niña!-se quejo Jordan mientras limpiaba la herida.
-Lo siento, te pego bien en la cara, ¿eh?
-Pensé que no volvería a verlo, no después de la muerte de Marielle-dijo el hombre canoso, se corrió de mi lado poniéndose de pie y fue a la puerta del baño, apoyó su mano contra el marco y agacho su cabeza-. Ellos no entienden la vida después de la muerte, no sé si hay algo más...Pero, Marielle enfermo de pronto, ¿Cómo podría salvarla?
-Jordan...
-Mi mujer, hermosa y valiente-susurró, luego se giró hacia mí y sonrió con esfuerzo. Le dolía hablar de su esposa.
Comence a guardar las cosas de primeros auxilios, guarde la caja en un pequeño armario donde estaban las cosas de limpieza para la tienda. Me acerque al hombre, había dejado de sangrar pero no su corazón roto. Lo tomé del hombro, apretando un poco para darle consuelo. Jordan volvió a regalarme con una sonrisa, su ojo se veía mal. A pesar, que no entendía porque Ares tenía un odio limpio contra el pobre hombre, no tenía derecho de reclamarle nada, menos pidiéndolo en golpes, eso lo veía poco inteligente. La puerta se abrió, ingresando una joven mujer de ropas peculiares, algo hippie y con su cabello rizado. Me acerque allí, dejando a Jordan con su pasado y la cicatriz de su corazón abierta nuevamente.
-Hola, ¿Qué buscabas?-le dije a la chica.
-Mitología griega, estoy trabajando en un trabajo de la universidad.
-De acuerdo, creo que tengo algo-dije, moviéndome por las estanterías leyendo las categorías y hallé dos, uno tendría unas quinientas palabras y el otro de más páginas- Espero que te sirva.
La clienta tomó el primero comenzando a repasar el prólogo, observe sus gruesas cejas elevarse y relajarse, siguió con el otro. Mismo gestos pensativos y demás. Decidió llevarse el último, asentí con una sonrisa y me dio el dinero, le entregué el cambio. Se fue. Cuando volví a ver a Jordan no estaba más, tal vez se fue mientras atendía a la chica.
El resto de la jornada paso con normalidad, viendo algunos entrar sin llevarse nada, solo hacían muchas preguntas para irse así como entraron. Esas cosas me molestaban mucho. Antes de cerrar, la puerta se abrió, estaba lavando mis manos en el baño y vi a Ares, examinar el lugar. Salí con las manos húmedas, me acerque a él llamando su atención, quise decir algo para defenderse pero su cara se giró de una bofetada directa de mí. El chico se volvió sorprendido ni esperaba que lo golpeará con tanta fuerza. Tenía su mejilla roja, con los dedos marcados y mi mano picaba por el impacto en su lindo rostro.
-¡No debes volver aquí!-le gruñí- ¿No fue suficiente pegarle a un viejo, que ahora vienes con más ganas?
-Mira, mocosa-dijo, recuperando su ego- No vuelvas a pegarme, no tienes el derecho de bofetear a todo el mundo. No es algo que te convenga hacer.
Retrocedí, su carácter era fuerte y decidido. Noté las chapitas en su cuello, lo primero que leí fue su nombre y el número que le daban a los soldados elegidos por algún rango. Volví al mostrador, donde comencé a contar el dinero de la caja solo para tener algo que no fuera menos desagradable del día. El dinero no compra la felicidad, pero la crea. Cuando termine de contar, Ares estaba observándome todo el tiempo, descifrando mis movimientos y expresiones serias con el dinero. Escuché una risita de su parte, guardé todos los billetes en una bolsa que debía entregarle a Jordan en unos momentos, ya que su estado no estaba bien para venir por él , me ofrecí ir a su casa y cuidarlo, en este caso.
-¿Qué quieres?-le dije a Ares.
-En verdad, que no te suena mi nombre, ¡Vaya, creí que eras más inteligente!
-Es un nombre griego-le dije a secas- Es un dios de la guerra. No te pongas en engreído por considerar que eres fuerte y poderoso como ese personaje.
-¿Eres creyente, Georgia?
-¿Acaso tengo cara que voy a la iglesia todos los domingos?
-No es una respuesta el sarcasmo.
-Bien-dije, tomé mi mochila colocándomela y tomé la puerta de la persiana, cual comenzó a bajar después de encender el motor- No creo en ciertas cosas. Pero, la confianza es un tema complicado. Por ejemplo, no confió que habrá un apocalipsis y la humanidad se quedara extinta. Tampoco, creo que mi novio venga a decirme que era una broma y no es padre. Son cosas que quiero evitar, ¿sabes?
-¿Tu novio es padre?-dije casi riéndose, me giré rápido y le enseñe el dedo medio- No es tan malo, ser padre es lo mejor.
-No lo dudo, pero no mi novio con otra mujer...-me detuve, clavé mis grises ojos en Ares- ¡Vete a la mierda! ¿Qué te interesa de mi vida amorosa, demonios?
-No, no me interesa-correspondió, la persiana iba por la mitad- Sin embargo, confía que soy un dios griego que le agrada los mortales.
No sabía decir, pensaba reírme y burlarme en su cara. Pegué medie vuelta, apagando las luces del local. Salí con la puerta, detrás vino Ares. Coloqué la puerta en las bisagras, se engancharon y las trabas bloquearon las herraduras. Cerré, echando la llave con el candado. Me volví a Ares que estaba de brazos cruzados contemplándome como me ingeniaba para cerrar todo. Comencé a caminar, él me siguió divertido de verme gruñir.
-¿A dónde vas?-dijo, después de treinta metros caminando a mi lado.
-Con Jordan, necesita ayuda después que lo golpearás comenzo a sentirse mal- le contesté algo enojada-. Espero que seas feliz, lo heriste desde física y mentalmente.
-No soy un hombre que hable como un rey dirigiendo a sus tropas, sino, como un guerrero experto.
-Mierda, ¿esa es tu puta justificación?-reí con sarcasmo, rodee los ojos- Eres el peor chico que vi en mi vida.
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Georgia
FantasyNadie cree en ellos, han dejado pasos y hechos que reconocemos como mitos. Georgia se cruza con uno de ellos, desde ese momento, ya todo comienza a ser sospechoso y todo recobra un giro inesperado. "Encuentra la verdad detrás de los secretos y fals...