23. Vete y se feliz, yo estaré bien.

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Todo parecía ir tan “bien” nadie notaba sus cortes, mantenía con un suéter a toda hora, sus papas le preguntaban si no se moría de calor pero ella solo se limitaba a decir de tenia “frio”, se la pasaba en su cuarto, encerrada con el internet y su música, ya no comía, se volvía más delgada aunque para ella cada vez estaba más gorda y los comentarios de las personas no es que le ayudaran mucho, muchas veces exactamente la palabra “gorda” no es la que te dicen sino indirectas, demasiado directas diría yo, “¿te comerás todo eso?” “llevas mucha comida ahí” “mira a ver si comes menos” “¿no estas llena?” hay millones de “indirectas” en el mundo y esto hacia que Amelí perdiera el control de sus pensamientos, vomitaba cada vez más seguido, 2 o 3 veces al día cada día de la semana, ahora solo usaba ropa holgada y mangas largas, sus cortes eran día a día y más profundos como su dolor, parecía una adicción, una droga que la controlaba y parecía no haber salida alguna. Isabell se preocupaba mucho, no sabía qué hacer, Amelí no hablaba con nadie, era obvio que nadie podía ayudarla, eso creía. Puede que para algunos suene ridículo o no lo se, no les agrade, pero después de una tiempo de ella estar tan en el fondo del pozo una persona en el mundo que aunque estuviera a kilómetros de ella, que ni siquiera la conocía, no sabe de su existencia pero esa hermosa persona, la lleno de valor y la hizo caer en cuenta de que lo que hacía no era la mejor solución, que necesitaba creer en sí misma, no hacerse el daño que se hacía porque las consecuencias de todo eso lo pagaban personas que eran importantes para ella, inmediatamente pensaba en Samuel; investigo sobre todo lo que hacía para saber que podía hacer para pararlo, no diré el nombre de aquella chica que la hizo caer en cuenta de tanto y que le devolvió la esperanza de poder salir de ese infierno y de cumplir sus sueños para poder ser feliz o al menos estar a gusto con ella misma, pero si les asegurare que para ella no es ninguna persona normal, es su ángel, una luz, porque la dio su mano cuando nadie lo hacía.  

Algo que aprendió de todo lo que había investigado fue que para amar a una persona tenía que primero amarse a ella misma, si, amaba a Samuel, pero con el corazón roto, era tan fuerte como para hacerlo, sin embargo así como iban las cosas todo iba a terminar, le estaba haciendo mucho daño y decidió alejarse de él, lo pensó muchas veces, pero sabía que haría lo correcto para él, no quería que un día de descuido él se diera cuenta de sus cortes o que ella le dijera cosas tan feas que terminaran mal, lo mejor era alejarse de él.

-Samuel, necesito que vengas a mi casa hoy, tengo que decirte algo.

-Está bien, iré en un rato, allá nos vemos *responde algo enojado porque habíamos peleado de nuevo*

Al llegar Samuel a mi casa:

-hola…

-hola.

-no quiero hablar aquí en la casa, ya sabes, padres… vamos arriba a la sotea

- está bien, como quieras.

-*subía las escaleras con lágrimas en los ojos*

-bien, ¿de qué quieres hablar?

(si quieren pueden colocar la canción “amnesia-5SOS”)

-……………. No estoy segura de lo que voy a hacer, pero es lo mejor para ti, no quiero hacerte daño… dejemos las cosas aquí Samuel antes de que terminemos mal…

-¿eso es lo que quieres?

 -no, no es lo que quiero, pero es lo que debo, no todo lo que uno quiere se puede Samuel.

-pero ¿Por qué me dejas? … ¿y nuestro “para siempre”? yo te amo Amelí…

-yo también te amo y las promesas que te hice seguirán en pie lo más que resistan

-*con lágrimas en los ojos* Amelí no me digas esto ¿Qué es lo que pasa?

-no llores, no hagas esto más difícil, no puedo decirte lo que pasa, te haría daño y es lo que menos quiero, ve y se feliz con alguien más, eres el mejor hombre que he conocido, no te frenes por mi *que difícil fue decirle eso*

-pero no quiero amar a otra mujer, yo te amo a ti y a nadie mas, no quiero dejarte, no quiero soltar tu mano… *baja la cabeza para que no lo vea llorar*

-*no sé qué hacer, no lo resisto más, me prometí no llorar, ya lo había hecho bastante antes de que él llegara pero es inevitable y las lágrimas salen de mis ojos como la lluvia cuando cae* debo dejarte ir y ser feliz, o ¿dime si esto está funcionando últimamente? ¿No ves el daño que te hago?, todas las peleas, las cosas que te digo ¿dime si no te hieren?

-en eso tienes razón pero aun así podríamos seguir…

-no te engañes Samuel, yo no puedo seguir así contigo *coloque mis dos manos sobre sus mejillas agarrándolo para secar sus lágrimas y me acerque* te amo más que a nada, me hiciste la mujer más feliz en un tiempo, disfrute cada segundo junto a ti, me salvaste de un hueco al que caía y te lo agradezco, pero ahora me toca a mí seguir sola y solucionar lo que me pasa, ya no puedes hacer nada y no te arrastrare conmigo, no te preocupes, estaré bien.

-está bien, como tú quieras, es tu decisión, pero, ¿puedo pedirte una última cosa?

-si, lo que quieras

-dame el último beso

-no creí que me pedirías eso

-por favor

-está bien, acércate.

-*se acerca lo suficiente a mí y me besa, haciéndolo sentir como el último beso que era, la última vez que tocaría sus labios!! Cae una lagrima, luego me abraza tan fuerte como para no soltarme nunca, igual lo hago yo*

-deberíamos bajar, hoy mis padres pasaran por mí.

-está bien, ¿amigos?

-amigos.

 
Aqui va otro capitulo! no se cuantos faltan xD

gracias por leer!

AmelíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora