—Tael, detente ahora mismo —exclamé mientras me dirigía hacia él.
—¿Qué quieres, Sellers? —Me miró enojado.
—¿Qué le has hecho? Escuché gritos allí dentro —lo cogí del cuello de la camiseta.
—Suéltame, no es algo que te deba importar —me lanzó hacia atrás —sólo hablábamos de que eres su juguete.
—¿Qué has dicho, Cross? —¿Cómo este chico puede pensar que Sebastián es sólo mi juguete? Su vida ya ha sido muy miserable para que llegue yo y juegue con él. Maldición, Cross, serás imbécil.
—Sólo la verdad, ella simplemente no quería que te dijera que eres su marioneta —sonrió por sus palabras.
—¡Cierra la boca! – Grité tan exaltada que no pude contenerme y le di un puñetazo en la cara. Se lo merece, hablar así del chico al que quiero, no merece menos este patán. Agradezco que Sebastián haya estado en mi cuerpo, yo no habría podido controlar la situación.
—Eh, Lilina, asegúrate de ponerle una cadena a tu mascota —levantó la mirada. Vaya, este cuerpo sí que tiene mucha fuerza. Cross ha quedado con la nariz rota, es gracioso, después de todo se lo merece.
—¿Por qué no te has ido, Cross? ¿No te lo había dicho? Vete de aquí— Sebastián se mostró con una actitud tan fría que me sorprendió, nunca antes lo había visto de esta forma.
—Vamos, Lilina deja de hacerte la buena frente a Sellers, deja de fingir que es importante para ti —se lanzó sobre Sebastián y lo abrazó.
—Aléjate de mí, Tael —dijo Sebastián al darle una bofetada.
—Vale, sí que son un par de raros ustedes dos —caminó hasta la calle — Lilina, todas las personas que están a tu alrededor se irán si sigues con ese chico al lado.
—Sabes que este chico tiene su nombre, ¿cierto? —Grité para Tael.
—Nos volveremos a ver, Lilina Stone —caminó hasta desaparecer por la calle. Ah, es muy empeñado en lo que hace, si lo que hiciera fuera para bien él sería increíble. Sin embargo, es lamentable por hacer todo sólo para su conveniencia.
—Lilina —dijo Sebastián.
—Cierto, muchas gracias por salvarme de él —soy tan afortunada por tenerlo, Tael me puedo haber hecho daño.
—En cuanto a eso... —Me mostró las muñecas—, lo siento, no pude hacer mucho. Al final lastimó tu cuerpo...
—Sebastián, perdóname, no pensé que Tael fuera esa clase de persona —en realidad, nunca lo imaginé, pero ahora me doy por enterada de la realidad.
—Lilina, no has respondido mi pregunta —hizo su mirada al suelo—, la verdad, no me siento muy bien después de la pequeña charla que tuve con Cross.
—Vale, entremos a la casa —lo cogí de la mano y entramos a la casa.
—Puedes coger asiento —me dirigí por algo de beber.¿De qué habrán hablado Tael y Sebastián? Para el comportamiento que tenían mientras discutíamos, creo que es evidente que no fue nada bueno lo que sucedió entre ellos dos.
—Aquí está, Sebastián —le di un vaso con agua.
—Lilina, no soy un juguete para ti, eso lo dejaste claro anoche, pero dime ¿entonces qué soy para ti? —Me miró fijamente, que a pesar de ser esa mi cara, lo vi a él, suena loco, pero a este punto no creo que eso me sorprenda.
—Eres alguien especial para mí—sonreí.
—Bien, ¿qué es lo que sientes por mí? —Lo dijo con una sonrisa que paralizó mis sentidos. El chico que tanto quiero, en mi cuerpo, e intentando poner una expresión linda para mí, vaya chiste.Ahora estoy atrapada, pero es lo mejor, debo sincerarme con él. Este chico no merece estar confundido, menos después de todo lo que ya pasó. Es una ironía mía querer a alguien que me hace entorpecer con sólo sonreírme.
—Sebastián, Te quiero... Te quiero mucho... —Mis palabras resonaron por toda la casa o era por haberlo dicho sin más, no es una ilusión, pero tampoco parece real, sólo son palabras.
—Lilina, pueden que sean palabras y que no creas que sean reales, pero me encanta el sentimiento que cargan—dijo mientras sonreía, sí, él estaba sonriendo para mí y podía ver su rostro como si estuviese ya en su cuerpo.
—¡Lilina! —exclamó. Me cogió de los hombros y me abrazó —hemos vuelto a la normalidad.
—Vaya, es cierto. Pero, ¿cómo? —todo esto cada vez se vuelve confuso, al menos ya estamos como antes.
—Por ahora hay que darnos una ducha, ¿no lo crees, Lilina?
—Sí, es verdad —sonreí.
—Bueno, Señorita Stone, me tengo que ir, nos vemos luego—él se veía feliz.
—Vale, cuídate.
—Por cierto, Lilina, puedes dormir conmigo esta noche —sonrió.
—¿Eso es una propuesta, Joven Sellers? —Dije con voz seductora.
—Depende si usted quiere —dijo sonrojado. Que linda reacción—. Sólo digo porque su padre no estará esta noche.
—¿Sigue siendo una propuesta indecente? —Sonreí para él—. Después de todo has dicho "dormir conmigo".
—No me refería a eso —cubrió su boca con una mano—. Te espero en la casa, Lilina.
—Vale, nos vemos allá.Que linda su reacción, sonrojarse por algo que ya hemos hecho con menos modestia. Volver a rozar su piel con la mía, como un sueño... ¡Ah! ¿Qué sucede conmigo? Este chico me está volviendo loca en más de un aspecto.
Fue tan reconfortante saber que intentó hacer lo posible porque Tael no me hiciera daño, y siempre tan modesto con sus acciones. Él es bueno en muchas cosas y, sin embargo, no presume de ello, eso me fascina.

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En su piel
RomanceUn par de adolescentes que, guardan sentimientos mutuos, son orillados a tener que compartir más que esos sentimientos que tratan de ocultar. Lilina le obsequia un libro a Sebastián, este los hace más unidos de lo que ellos pudieron haber imaginado...