Maldición, ya no sé qué es peor si estar en el cuerpo de ella o que mi madre nos haya visto salir juntos del lavabo. ¿Ahora qué pasará con nosotros? Esto me trae una gran intriga, pero no puedo parecer tan desesperado frente a ella, tendrá una peor idea de la que ya debe tener de mí.
Es incómodo estar en un cuerpo tan suave como el suyo, ¿ella se sentirá igual de extraña? No sé porque pienso en cosas que son tan evidentes. Estamos en el mismo comedor que ayer, lamentablemente ahora yo me puedo ver sentado allí, frente a mí. Es tan extraño ver mi cuerpo y estar en el de ella.
—Bien, ¿me van a decir por qué salieron juntos del lavabo? —¡Ah! ¿Por qué sale con esto ahora? ¿Qué debería decirle a mi madre? ¿La verdad?
—Madre, sólo fuimos a lavar nuestras caras, sólo eso —respondió Lilina, claramente con mi cuerpo. Cierto, si yo respondía llamándola madre sólo se volvería más extraña esta situación.
—Sí, no debe preocuparse no pasó nada —una gran mentira—. Sólo estaba algo adormilada y él me ayudó a bajar los escalones.
—Está bien, entonces continúen con el desayuno—no se mira muy convencida, pero pudimos haber respondido de una peor forma y seria mucho menos convincente para ella.Por más que trate de pensar en cómo volver a la normalidad, no me puedo sacar de la cabeza el lindo cuerpo de Lilina y cada una de sus caricias de anoche, fue tan triste que hayamos colapsado y cambiado de cuerpo... Sin embargo, ese lindo cuerpo, ahora es mío de una forma tan literalmente graciosa.
Pero no puedo abusar de esa confianza que me ha dado, no quiero lastimarla por mis estupideces. Bien, de vuelta a lo importante ahora, creo que debería quedarme aquí por el cuerpo de Lilina, ya que puede que diga algo extraño estando en su casa. Después de todo no podemos separarnos mucho.
Terminamos el desayuno y nos dirigimos a mi habitación para volver y ponerme la ropa que Lilina llevaba puesta ayer.
—Sebastián, hoy vendrá Tael a mi casa —sus palabras me ahogaron de una rabia casi poco de entender como de controlar.
—¿Te refieres al joven de los Cross? —Pregunté de una forma tan calmada que mi furia no fue notada por ella.
—Sí, hace dos días llamó para decirme que vendría hoy. Por cierto, deberías dejar de mirar tanto mi cuerpo mientras te cambias, ¿no lo crees, Sebastián? —Dijo mientras se acercaba a mí.
—¿Entonces quieres que vaya y le diga que no podrás?
—No, lo contrario, quiero que lo recibas.
—¿Por qué simplemente no le digo que no puedes?
—No puedo, es mi amigo. No sería nada cortés de mi parte decirle que se vaya. Bueno, que tú le digas, estás en mi cuerpo después de todo.
—No estamos en situación para algo así, Lilina —dije tratando de contener mi furia. No hay sentido de que esto sea correcto hoy que su padre no estará, el que haya invitado a un chico a su casa... Maldición, estoy tan celoso por esto...
—Hazlo por mí, por favor —esa petición hubiese sido más linda si no estuviese en mi cuerpo. Pero, está claro, no me puedo negar a una petición suya.
—Vale, pero que no sea por mucho tiempo, ¿sí? —Dije sin opción alguna.
—Bien, vamos a mi casa. Pronto llegará, ya son las 10:50am, dijo que vendría a las 11:00am —cogió mi mano y nos dirigimos a su casa.
—Lilina, ¿qué sientes por mí? — Pregunté mientras caminábamos.
—Sebastián, después de lo de ayer, ¿no estás seguro?
—Sólo quiero escucharlo otra vez —ayer nos dejamos llevar mucho y no quiero estar confundido de todo lo que hicimos. Sé que ella no jugaría conmigo, pero tengo miedo de que yo haya malinterpretado algo que no es.—Sebastián, yo...
—Hola, Lilina —intervino Tael. Vaya momento el suyo para aparecer aquí.
—Buenos días, Cross —dijo Lilina.
—Vaya, estabas aquí, Sellers —se dirigió a Lilina de una forma tan fría.
—No le hables de esa forma, Tael — Intervine entre los dos ¿chicos?
—Tranquila, Lilina. Sí no he dicho nada malo, ¿por qué no me invitas a pasar? —Dijo sonriendo para mí. Si tan sólo no estuviese en el cuerpo de Lilina, esto se vuelve más frustrante.
—Vale, adelante —cogí a Lilina del brazo y entramos a su casa.
—¿Él se quedará? —Me preguntó Tael. Y no hay más que hacer, yo estoy en el cuerpo de Lilina.
—Claro, él se quedará —miré a Tael de forma desafiante.
—No, no te preocupes por mí. Yo me iré, nos vemos al rato –se despidió y salió de la casa.
—Bueno, Lilina —Tael se dirigió hacia mí.
—Dígame, joven Cross. Pero, primero tome asiento.
—¿Estás sola?
—Creo que es más que evidente, joven Cross.
—Lilina, podrías dejar de ser tan formal, ambos sabemos que no eres así—dijo con voz seductora. Como lo pensaba, este chico es problemático. Pero, tenía razón, Lilina no es muy formal.
—Vale, sólo quería ser un poco cortés con mi invitado —sonreí de la forma más falsa que pude.No entiendo como Lilina puede ser amigo de alguien como él. Me gustaría que no estuviese cerca de ella, pero no soy nadie para evitarle eso, ella se sabe cuidar después de todo, es una chica fuerte y con carácter.
—Lilina, ¿por qué sigues al lado de Sellers? —Preguntó con una seriedad de miedo. Nunca antes lo había visto siendo serio.
—¿No es evidente?
—Lilina, ambos sabemos que estás con él por lastima, vamos, ¿quién querría a alguien cómo ese chico? —Exclamó entre arrogantes risas —. No tiene amigos, siempre está solo, es aburrido.
—Sólo cállate, ¿sí? –Elevé la voz —. Él es mucho mejor que tú, ¿por qué crees que sigo a su lado?
—Vamos, deja de mentirte, lo que sientes por él es lastima —se puso sobre mí y me sujeto fuertemente de las muñecas.
—Tael, suéltame ya, me lastimas — exclamé mientras me forcejeaba para intentar soltarme de él. Que poco conveniente, sería mejor que tuviese mi cuerpo, la fuerza de Lilina no es mucha y podría lastimarla si hago algo mal.
—Vamos, Lilina, sólo tienes que empezar a salir conmigo —susurró a mi oído lo cual fue repugnante.
—¡Tael! —Me logré soltar y le di una patada en el abdomen —déjame en paz y vete de aquí.
—Vamos, Lilina, tranquila —dijo sonriente.
—Te la has pasado diciendo "vamos, Lilina", ¿te has puesto a pensar de mis sentimientos? Pues no, sólo piensas en ti mismo, ¿crees que saldría con alguien así? —dije enojado.
—Está bien, me iré —me dio la espalda y se marchó.Maldición, ha lastimado las muñecas de Lilina, no pude protegerla en absoluto. Soy un estúpido, pero por ahora le he quitado de encima a Tael. Para mala suerte no me equivoqué con él y terminó siendo un problema para Lilina. ¡Ah! Me cabrea el pensar que si no hubiese sido yo... Necesito tranquilizarme e ir por ella.
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En su piel
RomanceUn par de adolescentes que, guardan sentimientos mutuos, son orillados a tener que compartir más que esos sentimientos que tratan de ocultar. Lilina le obsequia un libro a Sebastián, este los hace más unidos de lo que ellos pudieron haber imaginado...