XII

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♡El texto escrito entre "(Texto de ejemplo)" son los pensamientos de la protagonista en ese momento vivido.
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Aquel día el cual descubrí que mi hermano metía a una mujer desconocida en casa, fue el peor día de mi vida, no pude dormir... Estuve llorando en silencio. Pensé que él sabía lo que yo sentía y no le importaba en lo más mínimo. A cada rato mi cabeza quedaba en blanco, estaba apagada.

-Adelante-. Dije al taparme con una almohada.

-Señorita, levántese. Hoy llega el líder Rojo-. Cerro la puerta y me levanté de la cama, al mirarme en un espejo ví que mi cara estaba mal. Agarre el uniforme y me metí en la ducha, seque mi pelo, cepille mis dientes, y me puse el uniforme.
Baje a desayunar, para básicamente comer nada...no comí nada, mi apetito se había ido. Jorrit se veía feliz, cuando me miraba trataba de mirar el suelo o algo que este cerca.

-¿Por que no comes?-. Preguntó Edd el cual estaba sentando frente a mí.

-Tiene que comer, señorita. El desayuno es esencial para la belleza de un ser humano-. Me miró de cerca. -¿No duermes bien?, el té de manzanilla es bueno para quitar ojeras-. Afirmó con una sonrisa el pelirrojo.

-Dejenla en paz. Ella... se ve triste-. Inmediatamente mire al que dijo eso, era Tom. Él era frío, pero siempre sabía como responder.

-Estoy bien, chicos-. Les regalé una sonrisa. -Solo estuve ansiosa por este día, no conozco al líder rojo. ¿Y si es malo conmigo?-. Mire preocupada a Edd, en lo que él empezó a reír.

-Nosotros la salvaremos-. Me devolvió una gran sonrisa.

Todos fuimos a la armada bien uniformados, listos para apreciar a nuestro líder.
Me encontraba en el patio que la armada escondía entre paredes, había miles de soldados pertenecientes de la armada. Todos los soldados bien firmes se dieron vuelta, hacia un hombre musculoso con un uniforme azul y rojo, a medida que se acercaba podía verse cada vez más su cara, tenía una cicatriz que atravesaba sus dos ojos horizontalmente. Su mirada era fría, tenía los ojos como si fueran del mismísimo diablo.

-¿Anda esta mierda?-. Preguntó el líder al agarrar el micrófono. -Dejare algo claro, esta es mi armada, nadie puede decir como mando-. Tord el cual estaba al lado de él, parecía nervioso, no quería ver a los soldados, miraba al suelo. Su expresión estaba muy mal. De alguna manera me hacia acordar a mí.
Luego de una aburrida charla del Líder Rojo fui a ayudar a entrenar a mis amigos. No saben mucho de combate, ni de armas o sobre el juego, es mi deber ayudar. Ellos se deben defender.

Estuve todo el día pensando en mi hermano, y sobre quien será esa mujer interesada en él. Estaba celosa y llena de rabia, pero lo único que podía hacer es llorar y esconderme.

Fui al bosque a despejarme un rato, pero lo único que hacía era pensar más y más en eso, no podía parar de pensar. Mi corazón dolía, mis ojos ya se estaban cansando de derramar lágrimas por alguien que no acepta mi amor. Hundí mi rostro entre mis brazos, quería desaparecer.
Algo me hizo sorprenderme, alguien me estaba tocando el hombro, me di vuelta para verlo.

-¿Por que lloras?-. Me preguntó el de cabellos canela, yo solo desvié la mirada. -¡Heeeey!-. Se sentó junto a mí. -Vengo a este bosque desde que tengo memoria... cuando era niño, me maltrataban mucho por no hacer las cosas como debía y venía corriendo a este lugar para llorar. Hablaba con los árboles y animales, pensaba que ellos me escuchaban...eso me hacía sentir querido-. Mire su rostro el cual estaba perdido en los adentros del bosque. Él tenía un sonrisa de felicidad, pero... -¿Por que me miras así?-. Cuando lo miraba a los ojos eso cambiaba, se puede sentir toda la angustia que sintió en el pasado y que aún siente.

-Tord-. Murmuré al ver sus ojos. -Este pobre bosque solo lo usan para llorar-. Reí al limpiarme las lágrimas. Pensé que odiaba a esa persona, pero entiende todo lo que me pasa. Él seguro pasó por más.

-¡No vale!-. Refunfuñó, lo miré curiosa al oír eso. -Yo conté algo... ahora, es tú turno-. Dijo al observar unas flores que se encontraban cerca.

-Solo es una estupidez-. Respondí.

-¿Un amor no correspondido?-. Insistió para que le contara. -Yo estuve sintiendo algo así últimamente... una persona que considero "especial" me esquiva siempre-. Nuestros ojos se encontraron y nos quedamos así por un buen rato. Fue un silencio agradable. Era algo raro que el líder de una armada sienta cierta tristeza por un amor no correspondido.
Decidí contarle lo que me había pasado, yo guardaria su secreto y si él guardaba el mío. Aunque ninguno de los dos no dimos nombres de nuestros no-amores juramos no contárselos a nadie.

Desde aquel día se nos podía ver más unidos, esa charla que tuvimos en el bosque hizo que nos conociéramos más. Le presente a Tord a mis tres amigos. Siempre que podíamos nos juntábamos a charlar en la mansión o entrenabamos juntos.
Entre el Líder Rojo y Tord siempre se podría apreciar una horrible tensión. El hijo del Rojo nunca me contó 'el por que' no quería a su padre, no quería presionarlo para que me dijera así que prefería no preguntar nada relacionado con eso.
Edd, Tom y Matt se volvieron muy buenos con las armas, los dos primeros también eran muy buenos en combate cuerpo a cuerpo. Yo en ese transcurso mejore mis habilidades en matar mounstros.

Lamentablemente seguía esperando a que Jorrit, mi hermanastro, dijera la verdad, lo que realmente hacía en las noches y con quién. Trataba de no pensar en eso, era doloroso, me mantenía enfocada en el trabajo de la armada para no pensar en estupideces.

El sol estaba escondiéndose avisando que era hora de irse a casa y eso hacía. Caminaba por los pasillos del gran edificio cuando algo llamó mi atención.

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Jugando Con Tu Cerebro • Tord Y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora