XXII

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-¿Estuvo bien que nos fuéramos sin decir nada?-. Pregunté decepcionada al mirar el fogón que Tom había hecho. Habíamos parado para comer algo, era un viaje muy largo hacia la armada.

-Deja de preguntar eso. Sabes que Matt y Edd estaría como locos si les hubiéramos dicho-. Le pegó un mordisco a la carne que tenía en la mano. -Esto esta muy rico-. Me daba miedo cuando nos acercabamos más a nuestro destino, tenía miedo de que algo que pase a Tord por mi culpa, por confiar en alguien que me hizo reír una vez... No había un solo segundo que por mi cabeza pasará esa hermosa sonrisa de él, esa risa, esa mirada...

(...)

-¡Levántate!-. Oí gritar a Tom. -!___, están aquí!-. Abrí mis ojos y rápidamente agarre mi arma la cual estaba junto a mí. Unos diez soldados había salido del bosque y corrían hacia nosotros. Dos de ellos nos apuntaban.

-Mierda, mierda-. Repetía constantemente Tom.

-¡Las manos donde pueda verlas, pedazos de mierdas!-. Ordenó uno de ellos. Ambos, levantamos nuestras manos, no había otra cosa por hacer, eran más que nosotros. -Saquenle las armas, atenlos y subanlos al auto con el otro-. Hicieron lo que él había dicho, al meternos al auto el enojo se apoderaba de mí.
Tord estaba atado igual que nosotros, su cara estaba llena de sangre parecía estar inconsciente, todo era mi culpa... Empecé a moverme bruscamente para que me saquen la tela de mi boca.

-Quedate quieta, maldita perra-. Una mano fue directa hacia mi cara. -¿Quieres otra?-. Sonrió. -No me mires así... Te ves muy tierna-.

-Lo siento, querida. No puedo dejarte hablar hasta que lleguemos a la armada-.  Así fue como un largo y incómodo viaje nos llevó hasta la armada.

(...)

-Ponganle una bolsa en la cara a la estúpida, al el jefe le gustará-. Escuché decir uno. De repente alguien me bajo del auto de un tirón y me puso una bolsa negra en la cabeza. Desde ese momento no pude ver nada y mis otros sentidos se agudizaron. Podía oír como balbuceaban aquellos soldados, tenía miedo de lo que decían.
Sentí como me sentaron en una silla y como me ajustaban la soja de la mano y pies para que no fuera.

-¿Quien es él?-. Dijo una voz masculina. -Destapenlo-.

-Venia con esa, señor-. Respondió un soldado. (¿Hablan de Tom?), Mis manos empezaron a sudar del miedo.

-Retirenle la tela de la boca. Quiero oír su voz-.

-¡Hijo de puta! ¡Sueltenla!-. Era la voz de Tom.

-Hagan lo mismo con la otra-. Sacaron la bolsa de mi cabeza y la tela de mi boca. -¿Por qué lloras?-. Se acercó a mí. Mire hacia todos lados buscando a Tord. Él no estaba en esa sala.

-¡Hijo de puta!-. Repitió Tom.

-¡Hagan que se calle!-. Ordenó y un soldado le dió un puñetazo en la cara.

-Déjenos ir, por favor-. Dije llorando.

-Que tierna. ¿Dónde están los demás?-. Preguntó al acercar su cara a la mía. -Maldita zorra-. Levantó su mano en forma de amenaza, yo solo lo mire con despreció. -¡Hija de puta!-.

-¡Espera!-. Gritó Tom. -Estan en la armada antigua-. El soldado frente a mí hizo una seña para que salgan los demás de dentro de la sala.

-¿Buscas Tord?-. Preguntó con una ceja levantada, luego sonrió. -Ya lo verás, cariño-. Me puso nuevamente una tela en la boca al igual que a Tom, esta vez nos dejaron poder observar aquella habitación asquerosa. No podía creer que me encontraba en esa asquerosa armada nuevamente.
Nos dejaron atados y amordazados un buen rato hasta que finalmente alguien abrió la puerta de metal.

-___...-. Esa voz se me hacía familiar. Se puso detrás de mí y desató mis manos, rápidamente me saque la tela de la boca. -Tenemos que hacerlo rapido-. Jorrit había vuelto...
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(◍•ᴗ•◍)

Jugando Con Tu Cerebro • Tord Y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora