Los Danvers

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Media hora ha pasado y sigo aquí, encerrada, no entiendo como una noche que para mí sería llena de felicidad se ha convertido en esto, ni siquiera me dio la oportunidad para despedirme de Mike, Kara no puede hacerme esto, accedí a sus estúpidas reglas, pero esto es diferente, está interfiriendo en mi amistad con Mike, él siempre ha sido cariñoso, y no puede concebir esa idea, en qué clase de mundo vive esa mujer dios. Él es como mi hermano, y en su último mensaje me dijo que estaba interesado en una mujer llamada Imra, sí Kara lo supiera quizás cambie de opinión, pero no tengo porque darle información sobre mi amigo, es claro que no confía. Ya me he duchado y colocado el albornoz, sentada en el marco de la ventana observando la zona del jardín donde hablé con Mike, así que desde aquí nos vio, no me sorprende que haya pensado mal sí no pudo escuchar nada más. La puerta se abre y ella entra mirándome con el ceño fruncido, tal vez creyó que estaba dormida o llorando, no, yo soy de lágrimas, no le daré ese placer.

-¿Qué haces ahí?-

-Esperando que abras la puerta para salir e ir a dormir a otra alcoba — Me mira con enojo y viene hacia mí, bajándome a la fuerza — Me lastimas-

-Tú vas a dormir aquí — Me arroja a la cama — Eres mi esposa y tienes que estar a mi lado-

-No quiero estar contigo — Me pongo de pie pero esta vez me coge de las muñecas, azotándome en la cama, colocándose sobre mí — ¡Suéltame!-

-¡No! — Grita aprisionando mi cuerpo — ¡Tú te quedas conmigo! — Su mirada brilla de furiosa.

-¡Déjame! — Intento mover mis brazos pero usa más fuerza — ¡Está bien me quedaré pero suéltame! — Ella mira mi cuerpo y después se levanta.

-Ahora te quiero bajo las cobijas, y sí intentas huir te juro que te ato a la cama-

-Aquí estaré — Cubro mi cuerpo con las cobijas.

Kara ingresa al baño y yo decido quedarme, no quiero armar un escándalo, no soy ese tipo de mujer dramática, pero es injusto que después de comportarse grosera con Mike, tenga el descaro de pedirme que duerma con ella, mentalidad antigua que posee. Miro las marcas rojizas en mis muñecas, espero que mañana desaparezcan porque no quiero tener que inventar una excusa. Minutos después Kara sale del baño en ropa interior secándose el cabello, abre su closet pues esta era su alcoba de adolescente, y se coloca un pijama blanco de cuadros azules, muy distinto a los que tiene en su mansión.

-Zara se quedará un día más, así que tú y yo partiremos al amanecer — Menciona al recostarse a mi lado, estamos juntas por el tamaño de la cama.

-De acuerdo-

-Buenas noches-

-Buenas noches-

Le doy la espalda mirando la luz de las farolas del jardín a través de la ventana, no está del todo oscuro, es me alegra, no quiero penumbra cuando se ha comportado de esa manera. A pesar de todo consigo dormir, pero en algún momento en la madrugada siento una calidez en mi espalda, así como parte de mi cintura. Me resulta difícil abrir los ojos pues tengo sueño, pero al hacerlo, veo el brazo de Kara en mi abdomen, y la calidez es por su cuerpo pegado al mío, prácticamente me tiente aprisionada, aferrándose a mi cuerpo, pero no es todo lo que siento, ya que cierta parte de su anatomía no femenina está activa en mi trasero. Mis mejillas arden, sé que debo estar roja como una cereza pero es la primera vez experimento algo así, y no sé qué hacer. Intento moverme y usa más fuerza en su abrazo, hundiendo su nariz en mi cabello aspirando mi aroma.

-Kara — Miro hacia atrás pero no despierta así que uso todo de mí para dar la vuelta — Kara, despierta-

-Eres hermosa — Sonríe y besa mis labios para volver a cerrar sus ojos.

Game WonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora