Capitulo 1.

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Cabalgaba sin parar, me gustaba sentir el viento en mi rostro me daba la sensación de libertad, la cual en estos tiempos era muy escaso.

Hubo un tiempo en el que mi padre se ausento, ya hace muchos años, fue en ese momento en la que la Bruja Blanca ataco y condeno a toda Narnia a vivir bajo un invierno eterno, se revelo una profecía que amenazaba con su reinado, por lo que pretende intervenir con la profecía que fue dictada hace muchos años:

"Cuando dos hijos de Adán, dos hijas de Eva junto a la heredera de Narnia se sienten en el trono de Cair Paravel, Narnia será liberada."

Cuando mi padre regreso conmigo a su lado hace un par de años reunió a todos los que todavía le eran leales y nos mantuvimos ocultos, manteniéndonos como un rumor, en cuanto a la Bruja Blanca a sus seguidores ordeno buscarme y a cualquier humano para evitar la profecía.

Ante la declaración de la Bruja mi padre declaro que debía estar bajo vigilancia constante para evitar un secuestro o un ataque, aunque podía defenderme porque fui entrenada por Oreius un centauro que es el segundo al mando en el ejercito de mi padre, me enseño bien y mi padre también me enseño las habilidades que me obsequio cuando nací, el cambiar forma y usar las capacidades de otros animales/criaturas, pero a pesar de eso mi padre no corre riesgos debido a los espías y aliados de la Bruja Blanca que nos buscaban.

Cabalgar con libertad es una de las pocas cosas que puedo realizar sin que me tengan que seguir narnianos para protegerme, pasa mas desapercibido, pero si me alejo intervienen.

Desde mi punto de vista seguía cabalgando sin limites, pero pronto Oreius me alcanzo y se coloco frente a mi haciendo que me detuviera.

-¡Oh vamos!- me queje

-Sabes que no puedes alejarte Atala- comento

-Lo se, ya sabes que no me doy cuenta cuando cabalgo, sabes que me gusta- comente

-Eso lo sabemos todos Atala, pero te sigues desviando, si no lo hicieras podrías seguir cabalgando, dentro de los limites que permite tu padre- comento

-Lo se, lo siento. Intentare estar mas concentrada en los limites- dije

-Ya me lo has dicho, esfuérzate mas- dijo- vamos de regreso.

Jale las riendas para girar y dirigirme al campamento.

-Vamos Esmeralda, al campamento- señale. Ella no dijo nada, solo troto de regreso al campamento. Mayor parte de los narnianos que son animales hablan, hay unos que lo hacen y otros no tanto o no lo hacen, depende de ellos.

Esmeralda es parte del segundo grupo, solo habla conmigo y con mi padre, pero con pocas palabras. Ella al igual que yo nos perdemos en nuestros pensamientos al cabalgar, nunca le he preguntado en que piensa, pero, como dije, yo lo hago en libertad.

Llegue al campamento y baje de Esmeralda, Oreius fue hacia donde mi padre se encontraba mientras desmontaba y llevaba a Esmeralda hacia donde pudiera comer y tomar algo, cuando era mas pequeña los narnianos sirvientes lo hacían por mi, pero conforme fui creciendo tome la responsabilidad porque me gustaba.

Fui a mi tienda donde me quité mi capa celeste y me la cambiaba por una roja. Adoraba usar la roja, pero para pasar desapercibida cabalgando usaba una celeste, eso le daba un poco mas de seguridad a mi padre.

Una vez que me cambie la capa salí de la tienda y busque con la mirada a mi padre, a quien encontré donde casi siempre se encontraba, era una alta colina donde se podía observar Cair Paravel a lo lejos. Subí por la colina y me coloqué a su lado contemplando la vista.

-Es hermoso ¿no? -cuestiono apenas llegue

-Así es- dije- se ve hermoso recubierto de nieve, pero se que se vera aun mas hermosa con el mar descongelado y las hojas verdes.

The Aslan DaughterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora