「12」

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» El verdadero yo. (2/2)

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No logré formular palabra alguna ya que me había quedado literalmente estática con los ojos bien abiertos, no me esperaba por nada del mundo que me fuese a enseñar su rostro así de la nada, en un momento como éste.

— Éste es el verdadero yo, éste es el verdadero Kim Taehyung. — susurró afligido mientras volvía a girarse con la cabeza gacha.

Grabé en mi mente la imagen de su escondido rostro que siempre quise ver, ahora que llegó el momento que tanto anhelé no lograba encontrar las palabras correctas para expresar cómo me sentía en aquél instante.

Un rostro lleno de vendajes ensangrentados, curitas y suturas que parecían ser realmente dolorosas ya que habían moretones, pequeñas cicatrices que ya parecían estar cicatrizadas y eran bastante notables, pero nada del otro mundo, también vi que tenía un corte en la ceja y un tierno lunar en la nariz.

Tan solo con verlo me dolió, esa palabra lo describe perfectamente.

— ¿Cuándo te has hecho eso? — pregunté lo primero que se me vino en mente

— Hace unos diez años... — respondió en un murmullo cansado, encogiendo sus hombros

— ¿Por qué siguen así? Deberían de haberse curado ya... — pensó por un momento

— Porque yo las abro de nuevo, para que no logren sanar jamás. — ¿Qué?

— V... — toqué su hombro sintiendo un nudo indescriptible en la garganta, fue como si de repente tuviese ganas de llorar, pero a la vez como si las lágrimas no lograsen caer de mis ojos

— No hace falta que sientas pena por mi. — tomó mi mano y la sacó de su hombro con suavidad — No hace falta que me sonrías. — se levantó lentamente y se colocó su máscara blanca de espaldas a mi y después volvió a girarse, quedando frente a mí

— Pero...

— Es mi destino ser un monstruo y voy a aceptarlo. — me sonrió bajo la máscara con certeza — Vete, es peligroso que estés aquí. — me sorprendió que hablase de esa manera porque no recordé que nunca hablase como un auténtico chico maduro 

— No me voy a ir hasta que me expliques qué está pasando... — silencio por su parte — He ido a tu casa y he visto todo. — noté que se tensó, pero no respondió a mis palabras.

Al cabo de varios minutos más insistiendo me rendí ya que no parecía que él fuese a cambiar de opinión por mucho que le pidiese o rogase de rodillas al suelo, por lo que me retiré de ahí algo resentida y confusa, con la cabeza revuelta.

Él tomó las fuerzas necesarias para enseñarme lo que más ocultaba de él, pero sin embargo no le respondí de la manera que me hubiese gustado responderle.

¿Debería volver para decírselo?

Creí que lo mejor sería volver otro día ya que ambos necesitábamos tiempo para pensar sobre cosas nuestras, talvez no deberíamos volver a vernos...

— ¿Pero qué estoy diciendo? — me di un golpe mentalmente y reí — No me rendiré ¡No le volveré a fallar! — grité con un tono seguro mientras con mi mano formaba un puño, las personas que se encontraban a mi alrededor me miraron como si de un bicho raro me tratase y yo solo les sonreí algo avergonzada por mi repentino grito.

Camino a casa pasé por la tienda donde solía ir a comprar las galletas esas que tanto nos gustaban a V y a mi. En Busan no acostumbraba a comprar más esas galletas por lo que extrañé mucho el sabor que éstas tenían.

Al salir de la tienda con varias bolsas entre mis manos tropecé con una parte elevada de la acera que ignoré y no logré agarrarme a nada a tiempo, cerré mis ojos esperando el impacto del duro cemento, pero éste nunca llegó.

Alguien me había sujetado del brazo para evitar que cayese al sucio suelo, por lo que iba a agradecerlo con toda la amabilidad del mundo, pero mis ojos se abrieron de par en par al ver de quién se trataba mi salvador

— ¿...Jong? — pregunté confusa y perpleja, me reincorporé y carraspeé la garganta con incomodidad

— Nos volvemos a ver, ___. — me alejé de él varios pasos hacia atrás y éste me sonrió de una manera que me causó escalofríos por todo el torso, sonreí hipócritamente formando una mueca extraña y salí de ahí lo más rápido posible sin mirar hacia atrás.

Noté la mirada penetrante de Jong hacia a mí mientras me retiraba de donde nos habíamos reencontrado después de un largo tiempo, aceleré el paso y cuando doblé la esquina de la calle caminé más lento mientras miraba hacia atrás asegurándome de que no estuviese él, por si acaso.

Vaya, eso ha sido muy raro...

Al llegar a casa dejé las bolsas a un lado y me senté en el sofá, suspirando pesadamente mientras bostezaba. Hoseok me miró extrañado

— ¿Qué te ha pasado? — preguntó quitando la mirada de su móvil

— Nada... — contesté en un murmullo

— ¿Uh? ¿Qué son esas bolsas? — se levantó y abrió una, después agarró un paquete y se comió varias galletas que habían en su interior

— ¡Eh! Eso no es para ti. — contesté cruzándome de brazos mientras le arrebataba el paquete de las manos

— Aguafiestas. — murmuró y yo reí mientras negaba con la cabeza.

⭒⭒⭒⭒⭒⭒

Al caer la noche me encerré en mi habitación y me senté en la mesa del escritorio mientras miraba por la ventana sin mucho interés, las calles estaban completamente vacías.

De un momento a otro se comenzaron a escuchar algunos truenos que se aproximaban, ya que cada vez eran más potentes 

Oh, va a llover.

Tal y como lo pensé, no tardaron ni unos minutos cuando comenzó a caer una fuerte lluvia junto a unos relámpagos que tronaban por toda la ciudad y la iluminaban con una luz parpadeante

— Espero que V no le tenga miedo... — cerré las cortinas de la ventana, me acosté en la cómoda y cálida cama y me dormí en cuestión de varios minutos junto al sonido de la lluvia golpeando el cristal de mi ventana.

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La historia todavía sigue :D

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- R.

my shadow † kth † #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora