my shadow † kth † #2

「34」

» El cumpleaños de Taehyung.

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— Bueno Taehyung, ¿Estás listo? — pregunté mientras le ayudaba a colocarse correctamente la bufanda, asintió algo indeciso mientras jugaba con sus manos cubiertas por la suave tela de sus guantes

— Creo que sí... — contestó, sonreí para reconfortarlo

— Te enseñaré la ciudad, ¿Sí? — asintió de nuevo, sonriente y más decidido que antes. Tenía el rostro cubierto por la ancha bufanda con la que lo abrigué, reí al ver tan tierna imagen y lo despeiné juguetona.

Al abrir la puerta el viento gélido chocó con nuestra cara, haciendo que entrecerrásemos los ojos como un reflejo para protegerlos de la sequedad que había en el ambiente. Se colocó su cubrebocas y ladeó la cabeza. 

— ¿Dónde me llevarás? — preguntó con un leve nerviosismo, él se veía asustado y no podía mentirme aunque sonriese

— Tan solo te llevaré a varios lugares que me gustan bastante. — contesté cerrando la puerta con llave, él se limitó a asentir una vez más. Le ofrecí la mano para darle más seguridad y él la aceptó gustoso

— Me siento nervioso... — dijo dando pequeños saltitos para recibir algo de calor, su cuerpo temblaba con brusquedad y podía escuchar sus dientes tiritando bajo el cubrebocas.

Él me había dicho que todos los inviernos no salía de casa, no le gustaba el frío, decía que con el frío que sentía en el interior de casa ya le bastaba. Tal vez lo que me dijo tenia doble sentido, aquello me rompía por dentro.

— Supongo que es normal, no has visto la ciudad en mucho tiempo. — respondí comenzando a caminar, él no se movió y su mano se tensó 

— ¿Y si la gente me juzga? — se cuestionó angustiado, me volví para quedar frete a él y acaricié su esponjoso cabello

— Esa gente te juzgará sin saber que realmente eres mucho más de lo que aparentas. Eres genial, Kim Taehyung, nada cambiará mi opinión sobre quién eres.— no contestó, pero comenzó a caminar y me terminó adelantándome — ¡Espérame!

⭒⭒⭒⭒⭒⭒

Taehyung me había pedido ir a comprar algo de comida ya que llevábamos un par de horas deambulando por las calles sin detenernos ni para descansar un momento, verlo tan enérgico me llenaba de energía también.

Miró a todas las direcciones y después chasqueó los dedos.

— ¡Quiero esa comida que me diste un día! — habló demandante, intenté averiguar a qué se refería, pero mi mente estaba en otro mundo y no se me ocurría nada referente a algún alimento destacado que consumí con él

— Uhm... ¿Qué comida era? — pregunté relamiendo mis labios

— Era como así... — dibujó un círculo con sus dedos, entonces ahí supe inmediatamente de lo que estaba hablando

— De acuerdo, vayamos a una pizzería. — asintió felizmente y esperó a que estuviese a su lado para seguir caminado, él seguía mis pasos y mantenía la mirada alta para mantenerse alerta de lo que ocurría a su alrededor.

Después de comprar un trozo de pizza para cada uno caminamos hacia a nuestro último lugar, el gran puente en el que a penas había ido un par de veces y el que posiblemente uno de los sitios más bonitos que vi en toda mi corta vida, era el lugar perfecto para terminar nuestra excursión.