my shadow † kth † #2

「26」

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Acaricié el cabello ondulado de Taehyung, que dormía serenamente en la camilla del hospital mientras su pecho subía y bajaba con lentitud. Sonreí con tristeza y di unos pasos hacia atrás para volver a sentarme en el incómodo sillón en el que me había quedado durmiendo por toda la noche.

Por la madrugada llamé a Hoseok y le avisé de que no volvería a casa por quedarme a dormir en casa de una amiga, milagrosamente se lo creyó a pesar de que él supiese que no tenía más amigas aquí, ya no.

Las ojeras comenzaron a hacerse presentes en la parte inferior de mis ojos, no eran del todo notables, pero sí estaban unas pequeñas bolsas ya que de vez me levantaba para ver cómo estaba Taehyung, si tenía fiebre o alguna pesadilla que no le dejase dormir en paz.

Lo escuchaba murmurando por lo bajo y de vez en cuando movía la cabeza o temblaba. Tras una revisión el médico me comentó que le había puesto unas cuantas suturas en varias partes del cuerpo, la mayoría de éstas se hallaban en el rostro.

Su cabeza entera estaba vendada, lo que no me permitía ver su rostro, era como una máscara más ancha y molesta.

Pero Taehyung no era lo único que me carcomía la mente.

También me enteré de que Jong había tenido un accidente muy grave de coche y que lo más posible es que no lograse sobrevivir a aquello. La señora Kim estaba en la sala de espera esperando los resultados, pero no me digné a hablarle o dirigirle una sola palabra, no por el momento.

Ella ni siquiera se había dignado a ver a su otro hijo Taehyung.

Como si fuese por arte de magia la anterior mencionada apareció por la puerta abriéndola despacio e intentando hacer el menor ruido posible cuando sus ojos se posaron en el dormido Taehyung. Sus ojos estaban hinchados y rojos, se notaba que no había ni cerrado los ojos para echar una pequeña siesta, pero no la culpo. Al fin y al cabo yo también estaba preocupada por Taehyung.

La observé con algo de rencor, llevaba un trozo de papel entre las manos y estaba algo arrugado, ella lo sostenía con firmeza y delicadeza a la vez.

— ¿... Y bien? — hablé intentando quitar todo mi resentimiento para mostrarme lo más educada posible

— No lo consiguió. — musitó con la mirada baja, después me ofreció el trozo de papel que tenía ganándose una mirada extrañada por mi parte, pero de todas formas lo tomé confusa al no querer rechazarlo, después dio media vuelta y salió de la habitación dejándome con la palabra en la boca.

Me hubiese gustado decirle que lo sentía, que le deseaba fuerzas, pero no podía hacerlo. 

¿Por qué sentiría pena por el mismo asesino de mi ex-mejor amiga?

Lo admito, tal vez sienta algo de tristeza pero no logro asimilarlo todavía, lo que hizo fue muy doloroso para mí y para muchas personas. 

Un bostezo se hizo presente a mis espaldas, distrayéndome de mis pensamientos y haciendo que volviese a la realidad. Me volví y caminé hacia a la camilla donde se encontraba Taehyung para dedicarle una sonrisa.

— ¿Estoy muerto? — preguntó con la voz débil y ronca, dejó de mirar la luz que había en el techo para mirarme a mí — ¿E-Eres un ángel? — golpeé suavemente su hombro y solté una risa

— No tonto, estás en el hospital. — contesté mientras acercaba la silla para poder sentarme en ésta

— No puedo mover la cara... — habló mientras tocaba su cara vendada con sus manos, el doctor me había comentado que lo había sedado, y me daba risa porque hablaba de forma graciosa

— Es normal.

— ¿Qué me han hecho? — se acostó de nuevo con algo más de tranquilidad

— Te lo explicaré cuando te sientas mejor. — asintió varias veces y después se reincorporó de nuevo, mirando a todos lados en busca de algo

— ¿Dónde está mi hermano? — preguntó con notable preocupación a pesar de que se encontrase medio consciente, lo miré apenada y negué lentamente con la cabeza, acaricié su brazo en modo de consuelo

— Ya no está aquí. — resumí en aquella breve oración, pero lo que me dolió más fue ver que no lo entendió

— ¿Se ha ido... a casa? — bajé la cabeza y negué de nuevo, escuché un suspiro por su parte y vi que sus hombros bajaron a la misma vez que su cabeza, entonces supe que había entendido lo que le quería decir — Me hubiese gustado decirle algo...

— ¿Qué te hubiese gustado decirle? — pregunté

— Me gustaría haberle dicho un montón de cosas, pero ahora mismo no se me ocurre nada. — confesó

— ¿Te gustaría ir a su funeral? 

— ¿Me acompañarías? — cuestionó mientras ladeaba la cabeza, sus ojitos de cachorro se hicieron presentes pero de una manera distinta a la forma en la que solía mostrarlos, era como si esta vez lo hubiese hecho involuntariamente y como si su brillo no se sintiese de la misma manera 

— Uhm... — la verdad no me sentía cómoda yendo a su funeral, pero si solo es para acompañarlo pues podría hacer una pequeña excepción — De acuerdo.

— Gracias. — agradeció — Esto me incomoda. — intentó sacarse las vendas en un intento fallido, y ahora que lo observaba muy detenidamente se asemejaba al aspecto de una momia, solté una pequeña carcajada que intenté callar pero no logré

— Pareces... — interrumpí mi frase con otra breve carcajada

— ¡Hey! No te burles. — se quejó mientras pellizcaba mi brazo

— L-Lo siento. — me disculpé suspirando con una sonrisa pegada al rostro.

Taehyung me describió cómo se sentía en aquél momento, básicamente me estaba explicando cosas al azar mientras yo escuchaba con atención cada una de sus palabras mientras asentía. Él parecía mi paciente y yo su psicóloga.

Pero aquél interesante momento no duró demasiado ya que el médico que atendía a Taehyung entró en la habitación, haciendo que ambos callásemos.

— Buenos días, joven Kim. — Taehyung no contestó, se le veía bastante alerta y se quedaba observando al señor con los ojos muy abiertos y la mirada oscura — ¿Podría salir un momento ___? Le haré una pequeña revisión. — asentí y me levanté para salir, pero Taehyung me tomó de la mano con fuerza

— No pasa nada, estaré fuera. — lo calmé, él soltó mi mano indeciso y le dirigí una última mirada para salir después.

Cerré la puerta detrás de mi y me apoyé en la pared que había en frente. Solté un gran suspiro y metí las manos en los bolsillos de mi chaqueta, encontrándome con el papel que me había dado la señora Kim y no llegué a leer antes, por lo que miré a ambas direcciones para ver si se encontraba ella en el pasillo, pero al ver que no estaba desdoblé el papel para comenzar a leer con cautela.

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- R.