Hollow ◇Klars◇

18.- Lust

Lars

No me di cuenta en que momento me dormí, pero cuando desperté tenía un terrible dolor de espalda. Me levanté para estirarme y puedo jurar que cada hueso de mi cuerpo crujió, la puerta fue abierta y el mismo hombre que me trajo aquí venía hacia mi, creí que me haría algo pero solo tomo mi brazo y me arrastró hasta el lugar donde estaba Kirk.

Cuando llegamos, el tipo me empujó. En realidad no dije nada, no tenía fuerzas para pelear. Vi a mi amado sentado contra la pared, había varias heridas en su rostro, me acerque y bese suavemente sus labios, no quería herirlo más de lo que estaba.

— Vas a estar a salvo, hoy todo esto acabará - lo dijo con tanta convicción que le creí.

Me tomó de la cintura y me beso con más fuerza, yo estaba sobre él con mis piernas a cada lado de su cadera. El beso se torno más húmedo y lujurioso y pronto sus labios bajaron a mi cuello. No podía dejar de soltar pequeños gemidos, esto se sentía muy bien.

Pronto retire nuestras prendas, quería esto más que nada y estaba listo. Por supuesto tenía algo de miedo, además no pensé que mi primera vez fuera en un cuarto feo y sucio pero eso no importaba, porque estaba con él.

Por suerte se tomó el tiempo de preparar un lugar en el suelo con nuestras ropas para poder acostarme allí, seguramente ante sus ojos me veía como una tímida virgen.
Comenzó a dejar besos por todo mi torso hasta mi ingle, me vio a los ojos como pidiendo permiso y solo asentí. Separó mis piernas con delicadeza y humedecio sus dedos para introducir uno en mi entrada, se sintió incómodo y doloroso así que tuve que morderme el labio para no gritar. Movió lentamente su índice en mi interior y agrego un segundo dedo estirandome más, esta vez no sentí tanto dolor pero seguía siendo incómodo.

— ¿Estás listo para algo más Larsie?

— Si, por favor - mi voz salió ridículamente débil.

Kirk se acomodó entre mis piernas y alineó su miembro, se deslizó lentamente y yo no hice más que agarrar sus brazos, cuando estuvo completamente dentro senti como el calor se extendía por mi cuerpo y aunque el dolor seguía ahí, quería que ese sexy hombre me follara hasta hacer que olvidará mi nombre.

— Puedes moverte - jadee desesperado.

El sonrió haciendo que se marcarán esos hermoso hoyuelos, al principio lo hizo con delicadeza pero cuando mis gemidos se hicieron más fuertes, el aceleró sin importar nada.
Mordía mi cuello dejando marcas, yo por otro lado dejaba rasguños leves en toda su espalda.
El maldito sabía que puntos tocar porque estaba haciendo que desbordara placer mientras gemia su nombre una y otra vez.

— No sabes lo bello que te vez pronunciado mi nombre mientras te hago mio bebé.

Y de nuevo fue por mi boca para decorarla en un beso bestia.

¿Cómo describir los labios de Kirk Hammett?

Eran simplemente calientes, con el ancho perfecto. Estaba a nada de tocar la cima, así que me apreté más alrededor del moreno y en repuesta este gruñó de una animal. Aumento sus empujes llegando a ser frenéticos, no ahuente más y terminé, manchando nuestros abdomenes en el proceso. Él siguió empujando un poco más hasta que se corrió en mi interior, cayó rendido sobre mi escondiendo su rostro en el hueco entre mi mandíbula y hombro. Pose mi mano en su cabeza y lo acaricie, esta era una de esas veces que nunca se olvidan y estaba agradecido de que esto lo hubiera compartido con él.

Después de un largo silencio en donde ambos nos recuperabamos de nuestros orgasmos, se levantó y con un pedazo de tela me limpio como un pequeño niño, le sonreí agradecido. Tomamos nuestras prendas y nos vestimos, luego me acurruque contra el y me permito descansar, añorando que este momento no acabará nunca.

— Lars, ahí algo que...

— Shh, lo que sea que debas decirme puede esperar. No me arruines este momento.

Río un poco y suspiro.

— Esta bien, tu descansa. Probablemente no puedas caminar mañana.

— Oh, callate - reímos.

De repente, varios disparos se escucharon afuera. Me aferre a Kirk más y lo mire asustado.

El parecía confundido pero se que estaba listo para protegerme ante cualquiera. Los balazos cesaron por unos momentos y luego la puerta fue abierta con violencia. Creí que sería nuestro fin pero por suerte era el rubio idiota y uno de los tipos que vi en la sala de Hammett aquella vez.

— Mierda, este lugar huele a sexo, pero como sea. Muevan el trasero, debemos irnos.

Sonreí esperanzado y camine hacia James seguido por el moreno, estábamos a nada de ser libres.

¿Este día no podía ser mejor?

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Ugh, siento la tardanza.
Estamos a nada del final gente (^o^)

Lars ya no es la Virgen María 7u7