Capítulo 1.

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        No quería estar allí. ¿Por qué estaba allí? Había aceptado salir con Amy, pero ésta pasó 10 minutos con ella antes de irse a bailar con Sungyeol. Me había dejado sola. Odiaba los clubes con mi alma. No me gustaba la música, no me gustaba bailar. Miré hacia la pista y rodeé mis ojos al ver a mi amiga apretada al chico moviendo su trasero lado a lado. Me senté en una de las sillas libres de la barra porque no tenía nada más que hacer, y pagué por un trago con jugo y alcohol. Continué mirando la pista mientras bebía un sorbo. Noté como el acohol quemaba un poco mi garganta, dado que era fuerte y que no estaba acostumbrada a tomar alcohol. La verdad, no lo tomaba seguido por mis padres, pero lo amaba. Ignoré la sensación como algo malo y bebí de nuevo. Lo único que veía era gente bailando, luces de colores y algunas personas besandose y comenzandose a quitar la ropa. Nada agradable de ver. La música estaba tan fuerte que no me permitía escuchar absolutamente nada, y escuchaba mi corazón latir dentro de mi pecho.

        Para cuando me di cuenta, había terminado mi trago y maldecí en voz baja al pensar que no había comido nada antes de beber. Mi amiga estaba tan desesperada por salir que a penas había tenido tiempo a prepararme. En media hora manotee un short de jean negro con unas piedras bordadas, una camisa transparente blanca donde claramente se veía mi brasier negro y mis infaltables zapatillas coverse. Tenía mi cabello atado en una coleta y me había maquillado con base, brillo en los labios y delineador. No me veía deslumbrante, si Amy me hubiese dado mas tiempo tal vez estaría mejor, pero me veía bien. Intenté buscar una solución a mi estómago vacío pero no había ninguna asi que decidí tomar un trago más.

        Acabado el segundo, pedí un tercero y caminé a la pista de baile a buscar a Amy, que había perdido de vista. Hacía un calor sofocante entre toda la gente, incluso peor que en la barra. Entendía por qué había tantos chicos sin remera. No es que fuese algo molesto, la verdad es que muchos de ellos estaban buenisimos. Ya empezaba a sentir unas punzadas en mi cabeza y me tambaleaba al caminar. No debería haberme pedido unos tragos tan fuertes y menos sin haber comido antes. Coloqué mis dedos en el costado de mi frente y presioné un poco para intentar aliviar el dolor. Sentí mi vena pulsante debajo de mi yema. Era algo raro de sentir, pero hasta me parecía gracioso. Ahí caí en la cuenta de que estaba pensando estupideces y que iba a perder la cordura si seguía tomando de esta manera.

        No veía a mi amiga por ningún lado. Había demasiada gente en la pista y entre mi malestar y los empujones me costaba mantenerme de pie. Una chica me empujó y perdí el equilibrio. Comencé a caer, y aterricé en unos brazos desconocidos, algo confundida. El chico me ayudó a pararme de nuevo y me preguntó:

        -¿Estás bien?

        Asentí para darle la indicación de que estaba bien. Su voz era rara. Me gustaba. Me pregunté si tenía alguna clase de talento. Entrecerré mis ojos cuando sentí una punzada un poco mas fuerte en la cabeza e hice una mueca, mientras me volvía a tambalear y una vez mas el extraño me atrapaba en sus fuertes brazos. Medio sonrió por mi actitud estúpida.

        -Mejor sería que salgas a tomar aire. 

        Otra vez me ayudó a equilibrarme, pero para asegurarse de que estaría bien, me rodeó la cadera con su brazo derecho. La situación era tan desconocida para mí como la persona que me estaba manteniendo de pié. Amy seguía sin aparecer y yo iba afuera con el extraño. De un segundo para el otro, tiró de mi brazo para acercarme a él y me presionó contra su pecho. En el momento que muy incomodo y no entendía nada, pero luego me di cuenta que era porque dos pasaban casi corriendo, y casi me llevaban puesta como si no existiese. Después de unos segundos volvimos a la posición inicial y logramos hacer un camino a la entrada -o mas bien, él, debería decir, yo casi ni podía moverme-. Una vez ahí, me dejó apoyada contra la pared y se puso a mi lado.

        -Gracias -hablé por primera vez en toda la noche.
        -Es un placer.
        -¿Cómo te llamas?
        -Kim Sunggyu.

        Estiró su mano y sonreí mientras la tomaba.

        -Hayley Brightmore...
        -¿Vienes seguido a estos lugares?
        -Dios, no.
        -No se nota...-habló sarcástico.
        -¿Para que preguntas si ya sabes?        
        -Es una muy buena pregunta.
        -¿Tu?        
        -Si, pero obligado. Mi amigo Dongwoo tiene una fasinación por estos lugares y por las chicas. La verdad es que no me molesta venir pero no es de mis actividades favoritas. A veces trabajo de barman para ganar un poco de plata. ¿Que te trajo a ti?
        -Mi mejor amiga, Amy Ferguson. Tiene esa pasión por meterme en estas situaciones que nunca acaban bien... 
        -¿Qué tomaste?
        -Unos tragos fuertes. No tuve tiempo de cenar antes.
        -Que tonta eres.
        -Pareces tener experiencia.
        -Te digo que soy barman. ¿Ves que eres tonta?

        Jugaba conmigo. Sunggyu era muy agradable en realidad, o al menos hasta ahora era divino. Era un poco mas alto que yo con cabello color miel en un flequillo perfectamente peinado. Una nariz como si fuese un anime. Una sonrisa perfecta. Sus ojos eran muy pequeños y se volvían aún más cuando sonreía. Todo él parecía un dibujo, y a me llamaba mucho la atención.

Learning To Love {Sunggyu & Myungsoo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora