Capítulo 12.

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Un mes pasó desde que nos mudamos juntos con Myungsoo. Nada había cambiado demasiado. Él se mostraba un poco mas cariñoso, pero siempre lo fue. Necesitaba de su dulzura característica. Cada segundo me sacaba una sonrisa, me hacía sentir feliz. No me hablaba con mis padres desde que me echaron de casa pero él hacía que olvide ese mal momento y que me alegre de los resultados. 

Me gustaba vivir con Myungsoo. Era ordenado, limpio y cocinaba de una manera exquisita. Además no quería que me mueva mucho a causa del bebé, lo que para mí era excelente porque no hacía ningún trabajo de la casa excepto cocinar. 

Ese día habíamos salido a caminar, por el simple hecho de tomar aire fresco. Noté como muchas chicas miraban a Myungsoo y cómo él les sonreía coquetamente. Algo en mí explotó y sin darme cuenta fruncí el seño.

-¿Hayley te encuentras bien?
-¿Huh? Sí.

Miró a otro lado, no muy convencido de mi respuesta. Su mano izquierda estaba en el bolsillo de su pantalón y su mano derecha colgaba a mi lado. Una chica más pasó, le guiñó el ojo y Soo sonrió. Instintivamente tomé su mano, haciendo que la sonrisa desapareciera de la cara de la chica y se aleje, y que Myungsoo me mire desconcertado.

-Recuerda que eres el padre de mi hijo. ¿No deberíamos actuar así?

¿Actuar? ¿Era cierto lo que estaba diciendo? Sonaba como una excusa. L entrelazó sus dedos con los míos y me besó la frente.

-Está bien. No te dejaría, de todas maneras. No es mi culpa ser tan lindo.

Reímos y caminamos unos metros más antes de sentarnos en una banca. Comencé a sentirme adolorida y cansada. Era normal sentirse mal en el segundo mes de embarazo y él entendió mis necesidades. Me tenía mucha paciencia. Puse mi mano en mi panza y cerré los ojos un momento hasta que sentí la suya sobre la mía. 

-¿Estás bien?

Asentí y sentí sus labios en mi mejilla. Mis labios se curvaron en una pequeña sonrisa y descansé mi cuerpo sobre el de él, mientras su brazo me rodeaba y su dedo pulgar acariciaba mi barriga con suavidad. 

El día estaba hermoso. Había mucho sol y ni una nube habitaba en el cielo. Por más que el verano había terminado hace unos días y ya era otoño, los días aún eran cálidos y agradables. 

-¿Hayl?
-¿Dime?
-¿Alguna vez pensaste qué va a pasar cuando el bebé nazca?
-Claro que lo hice, todo el tiempo.
-Si me voy a hacer cargo de él y aceptarlo como mío, y además mentirle a los que preguntan, supongo que...
-¿Qué?
-No podría estar con otra mujer nunca.
-¿Por qué lo dices? Myungsoo tienes todo el derecho de enamorarte y de casarte cuando quieras, solo necesito ayuda los primeros dos años. Cuando el bebé crezca ya no será tan difícil, podré ser madre soltera. O ¿quién sabe? Tal vez hasta yo consiga a alguien que me ame a pesar de mi niño o niña y...
-No entiendes.
-¿Qué cosa?
-No quiero estar con otra mujer, nunca -dijo, haciendo énfasis en el verbo "querer"-. Hayley me gustas. Mucho. Siempre lo haz hecho y mis sentimientos no van a cambiar. Te amo. Como amiga, como compañía, como todo lo que exista en este planeta. No quiero dejar tu lado, nunca...

Su mano se posó en mi mejilla y con dulzura la acarició.

-Te amo-repitió.

Se acercó a mi y sus labios se posaron en los míos. Me sorprendí y no supe reaccionar. Luego, con lentitud, comencé a sentirme cómoda. Mis ojos se cerraron y me acerqué un poco más a él. Nuestros labios comenzaron a moverse y mi mano se apoyó en su hombro. Perdí noción del tiempo y el espacio. Hace dos meses que no había besado a nadie, y él posiblemente hace muchísimo más. Despacio, me separé luego de un rato.

-También te amo.
-Estemos juntos.
-Nunca me dejes.
-Jamás.
-Te amo.
-Te amo.

Y nuestros labios volvieron a unirse, casi como un golpe. De una manera mas pasional. Mis dedos se entrelazaron con su cabello y sus brazos rodearon mi cintura mientras me acercaba un poco más a el. Su lengua entró en mi boca y la intensidad del beso cambió. El beso anterior había sido un juego de niños comparado con este.

Ambos habíamos esperado tanto tiempo para este momento. Nos besamos como si no hubiese mañana, como si fuese la última vez, aunque ambos sabíamos que no la era y que iba a haber muchos besos más. Tal vez, sería a la última persona que bese en mi vida. Lo amaba, no mentía. Mi cabeza escondió a Sunggyu en un agujero negro y se llenó de luz cuando Myungsoo apareció en ella. A partir de ahora, sería ocupada por él.

-¿Entonces ya te puedo llamar mi novia?
-Ahora y cuantas veces quieras.

Sonrió y depositó un pequeño beso en mis labios, otra vez. Esto iba a ser el inicio de algo hermoso.


Learning To Love {Sunggyu & Myungsoo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora