Las manos de Sunggyu eran extremadamente suaves, y todos sus movimientos llenos de dulzura y cuidado. Sus besos incluían un cariño que no sabía que se podía tener a alguien que apenas conocía.Todo fue lento y especial. No era la primera vez que me acostaba con alguien, pero Sunggyu no era cualquiera. Podría decir que fue la mejor de todas las veces que había hecho eso. Incluso la que mas amor tuvo, incluso siendo él un desconocido. Todos siempre me usaron, lo hacían de una manera dolorosa, ni siquiera me dejaban llegar al climax y luego se iban, como si fuese una prostituta barata.
El odio me encogía el corazón, pero bloquee todo pensamiento y me concentré en él. En como se movía con cuidado de no lastimarme. En la manera que sus músculos se tensaban por hacer fuerza para no desplomarse sobre mi. En como caían las gotas de traspiración por el costado de su cara y apretaba los ojos justo antes de llegar al orgasmo. Mis manos estuvieron la mayoría del tiempo enterradas en su cabello, salvo al final, que se dedicaron a rasguñar toda su espalda. Cayó a mi lado y por un momento ambos miramos el techo. Lo abracé, y él me rodeó con su brazo.
-¿Alguna vez lo habías hecho antes? -pregunté.
-Claro que lo hice, ¿no fui lo suficientemente bueno? -dijo con un dejo de pena oculto en su voz- Si te decepcioné, yo...
-No lo hiciste, Sunggyu. Pero...te preguntaba si habías hecho el amor. No solo tener sexo.
-Sinceramente...no se como responder a esa pregunta. ¿Tu?
-En realidad...siempre me usaron. Tu eres el primero que no lo hace. Y recién te conozco. Y no saliste corriendo. ¿Loco, no?
-¿Por qué saldría corriendo?
-No lo se. Tal vez tengo un don de espantar a la gente.
-Oye. A penas te conozco. Pero estoy acostado en una cama contigo, sin ropa, abrazandote y lo acabamos de hacer. Yo no soy así, no hago estas cosas, no me gusta usar a una mujer, y no me gustan los touch and go. ¿No crees que ya me hubises espantado si tuvieses ese don?
-Tal vez estas loco.
-Tal vez lo estoy. Pero no me arrepiento de estarlo en ese caso.Jamás me habían dicho palabras tan lindas. Lo sé, no eran la maravilla, pero mi vida romántica siempre fue una mierda, y yo siempre fui un objeto sexual o para dar celos o alguna porquería por el estilo. Nunca nadie me trató como una...persona. Que siente y piensa. Solo Sunggyu.
-No olvidaré esto, Sunggyu.
-¿Por qué lo harías?
-Si fueses otra persona, mi mente intentaría bloquear el recuerdo. Pero eres tan distinto...Mi mano actuó sola y se levantó a su mejilla para acariciarla. Me miró a los ojos y luego de unos segundos de un encuentro profundo sin palabras, unió sus labios con los míos. De una manera que...era lo más parecido que conocía al amor. Al respeto. Al cariño. Sus besos eran una caricia más, pero era la mejor caricia que podría darme. Recostó la mitad de su cuerpo sobre el mío, y su brazo izquierdo rodeaba mi cintura dulcemente, apretandome contra él sin hacerme daño. Su lengua acarició la mía y su brazo derecho recorrió desde mis pechos hasta mi cintura, siguiendo la línea de mi cuerpo. Antes de que me diese cuenta, se separó y volvió a mirarme a los ojos de una manera especial, con una luz en sus ojos, y dijo en un tono casi inaudible.
-Eres hermosa...
Con su cuerpo aplastó el mío. Y tuvimos una segunda ronda, que valió la pena aún más que la primera. Dios, este hombre era increíble. Era especial. Luego, cayó dormido. Según las revistas de moda que Amy leía y yo a veces ojeaba, un hombre queda profundamente dormido luego de un buen orgasmo. Y lo miré. Parecía un bebe con su piel blanca y suave y sus labios rosas levemente partidos. Mis ojos se llenaron de lágrimas, y de un momento al otro mis pensamientos se volvieron confusos. No podía hacerlo. No era así. No podía simplemente acostarme con cualquier chico. Ni aunque esa persona fuese Kim Sunggyu.
Me levanté con cuidado de la cama y busqué mi ropa. Cuando logré localizar todas las prendas y juntarlas sobre una silla, me puse la ropa interior y abroché mi corpiño. Me puse el resto de la ropa y me até las zapatillas. Le dí una última mirada a Sunggyu y una lágrima se deslizó por mi mejilla. No controlaba mis sentimientos, ni mis acciones. Sabía que estaba mal dejarlo, pero también estaba mal haberme acostado con él. Lo había disfrutado. Me había tratado con amor. Pero no. Simplemente no podía existir algo entre nosotros dos. Limpié mi lágrima y salí del club, dirigiendome a mi casa. Y sin saberlo, le estaba haciendo a Sunggyu lo mismo que me habían hecho a mí y me había lastimado tanto.
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Learning To Love {Sunggyu & Myungsoo}
FanfictionLuces. Música fuerte. Gente bailando. Fue obra del destino. Se besaron. Se amaron por una noche. Y al día siguiente, ninguno sabía nada del otro...