Cruel Summer [Sekaiichi Hatsukoi]

Enchanted

Capítulo 6

Y ahí estaba otra vez esa noche, forzando risas y fingiendo sonrisas, en el mismo cansado y silencioso lugar, mi casa, que cada fin de semana se llena con gente desconocida fingiendo ser los más amables, pero ya no se esfuerzan siquiera en fingir bien, y parece que mis padres no se enteran de eso nunca, todas estas son paredes hechas de falsa sinceridad, y aunque se supone era una ocasión especial, no podía dejar de sentirme solo, a pesar de estar rodeado de tanta gente y ruido.

Mi vista vagaba por todo el salón, atento y con la guardia en alto, buscando al ojete del ex de mi mejor amigo, el único con el que dejo de sentirme solo, ese chico que conocí cuando estaba repitiendo año por tercera vez, ese chico increíblemente atractivo con el que intenté ligar, ese chico del que me enamoré, pero de una forma diferente, y haría lo que fuera por él, incluso meterme en una pelea con ese sujeto, pero por primera vez en mucho tiempo, todo se desvaneció cuando vi su cara ... y en todo en lo que pude pensar era en la idea de decirle que estaba encantado de conocerlo.

Su mirada también vagaba por el lugar, estaba solo, buscando a alguien, y de pronto sus ojos chocaron con los míos. Lo vi sonreír de lado y hacer una mirada de extraseña, aún al otro lado de la habitación, era como si su mirada me susurrara un "¿nos conocemos? Comenzamos a hacernos camino hacia el otro de forma involuntaria hasta encontrarnos, y casi de inmediato comenzamos a hablar, una tía lejana de parte de mi padre bailaba de forma en extremo graciosa, y fue el tema perfecto para romper el hielo, hablaba con mucho sarcasmo, y los capté todos, era como si nos pasáramos notas en secreto, y fue encantador conocerlo aún más, y todo lo que puedo decir es que de verdad estaba encantado de conocerlo.

Esa noche prometía ser brillante y no quería dejarla ir, estaba de verdad maravillado, y al subir las escaleras a mi habitación sabía que tenía un permanente rubor en mis mejillas, seguramente estaré por siempre preguntándome si él supo que estaba encantado de conocerlo, porque al final, nunca se lo dije. Esa persistente pregunta me mantuvo despierto toda la noche, eran las dos de la mañana y me hacía un sin fin de preguntas más, "¿estará enamorado?", me pregunté hasta levantarme. Y ahora estoy caminando de un lado al otro de mi habitación, cómo desearía que estuviera al otro lado de mi puerta justo ahora, y que al abrirla me dijera "Hey, fue encantador conocerte, todo lo que puedo decir es que estaba encantado de conocerte" ¡demonios! es tan frustrante, me pregunto si él estaba encantado de conocerme.

Me dejo caer de rodillas a un costado de mi cama, apretando las manos, no soy de ideas religiosas, y más cuando la iglesia odia tanto a los homosexuales, pero Dios, por favor, este soy yo rezándote para que esta sea solo la primera página, no donde la historia termina. Al menos pude preguntarle su nombre, siempre hará eco en mi mente hasta volver a verlo otra vez, y decirle las palabras que retuve, que estaba encantado de conocerlo.

Y es que me fui demasiado rápido, en algún momento Bakahiko se acercó exigiéndome saber a donde había ido Ritsu, pero hasta donde yo sabía Ritsu estaba escondiéndose en mi habitación y entré en pánico, salí corriendo, sin despedirme, llegué a mi habitación y Ritsu ya no estaba, le marcaba y no me contestaba, fue espantoso, decidí quedarme aquí hasta tener noticas de él, pero nunca llegaron ... para cuando me di cuenta ya eran más de las doce, y cuando bajé solo estaba la gente más ebria del lugar, obviamente aquel chico ya se había marchado, así que resignado volví a mi habitación.

Dios, también te ruego que por favor no esté enamorado de alguien más, que por favor no tenga a nadie esperando por él. Me levanto del suelo abrazándome a mi mismo, pero es que sigo maravillado, su cabello, sus ojos, sus labios, ¡sus piercings! Y comienzo a dar vueltas alrededor de la habitación, bailando solo, su cara era divina, hacia mucho que no veía a alguien parecido, hacía mucho que no sentía mariposas en el estomago, y es demasiado triste, estaré por siempre preguntándome si él sabía que estaba encantado de conocerlo.