Capítulo 6.

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.SIEMPRE GUSTABO Y HORACIO.

El sol ya estaba comenzando a salir, la otra malla más el comisario Torrente comenzaron a aparecer, estos fueron avisados de la desaparición de Gustabo, pronto el resto de la malla se puso a buscarlo.

—Haber Hora... ¿Horacio, cuantos enemigos tiene Gustabo? —pregunto el ruso sin mirarle, Horacio miró apenado al comisario.

Por muy incómodo que Horacio se encontrase con la presencia de Volkov, para el era más importante su hermano Gustabo que un amor no correspondido.

—No sabría decirte, tiene tantos Volkov, tiene demasiados que le están buscando —dijo en suspiro poniendo las manos en su cara, el agobio asomaba por sus fracciones —. Le dije que nos meteríamos en un lío cuando nos hiciéramos polis, que lo ocultáramos o no entráramos, Gustabo nunca me escucha, va de chulo por la vida y más de una vez a llegado con palizas a casa después de una jornada de trabajo.

Conway observó a la pareja, sentía nerviosismo, ¿Dónde coño estaba ese capullo? ¿¡Qué había hecho ahora!? Mejor dicho, ¿Qué NO había hecho?

Volkov escuchaba atentamente las palabras llenas de nerviosismo de Horacio, estaba asustado, era normal, cuando estaban separados algo muy malo estaba pasando, ellos no se separaban nunca, solo se tenían el uno al otro, eran familia.

—Tranquilicese Horacio... —dijo el ruso apoyando su mano en la espalda de este dándole apoyo, el de cresta se incomodó de inmediato —. Todo está bien, confíe en...

—¡Intendente, acaba de llegarnos un aviso de un civil, escucha gritos y disparos en el jardín de su vecino! ¡Dice que uno habla mexicano o algo así! —grito un agente en la radio.

—Manda ubicación, estamos ahí en unos minutos —exclamo Conway, Horacio, Volkov y Conway salieron hacia el garaje cogiendo un Z y poniendo marcha hacia la casa del mexicano.

—¡Eres un traidor! ¡Mataron a mi hermano por su pinche culpa! ¡Me mintieron en la cara! —gritaba el mexicano lleno de rencor —

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—¡Eres un traidor! ¡Mataron a mi hermano por su pinche culpa! ¡Me mintieron en la cara! —gritaba el mexicano lleno de rencor —. Todo el mundo te odia, cuando te mate seré el puto rey de la ciudad, tu intendete caerá —dijo con una sonrisa apuntando la cabeza de un Gustabo maullando.

Este sonrió dejando caer una hilera de sangre —. ¿Eso crees? ¡A nadie le importo y nadie me importa! —exclamo con una sonrisa —. El único que llorara por mi será Horacio, Horacio es un mierdas ¡Matarme solo te dañaría la conciencia! A Conway no le interesó en lo más absoluto, soy un grano en el culo, le estás haciendo un puto favor al viejo —las palabras retorcidas de Gustabo hicieron que el que tenía en frente dudará.

—Puede ser joto, pero si yo te mato todos tus enemigos me alabarán y podré ir contra la comisaría, tu querida comisaría —Gustabo ignoro con una sonrisa a Emilio, había sido emboscado, pero realmente poco le importaba, sabía que podía mandar un QRR pues Emilio no contó con quitarle la radio o el teléfono, solo se dedicó a apuntarle con el arma, pero no podría a los agentes en peligro solo por qué un maníaco le apuntará con la pistola, y siendo sinceros estaba cansado de todo.

Emilio con una sonrisa cínica cargo el arma y apunto a Gustabo, este estaba a escasos metros de Emilio, Gustabo sonrió con las manos en el bolsillo, tenía claro algo, si iba con miedo e inseguridad moriría al instante, si hacia como que todo se la sudaba tenía más posibilidad y tiempo.

—¿Últimas palabras?

—Como bien dijo tu hermano MUERTO: "Me valen verga putos".

Emilio gruñó.

En ese instante, como si los dioses hubieran optado por salvarle, se escucharon las sirenas de policía.

—¡Baja el puto arma mariconetti! —grito Conway apuntando a Emilio, este observó a Conway, Horacio y Volkov, sabía que estaba jodido y que unos añitos le caían seguro, o que a lo mejor una muerte asegurada tenía ya en sus hombros. Emilio se giró a Gustabo —. De esta no te salvas joto —dijo seguido de disparar dos veces, una bala le dio en el antebrazo y la otra en el estómago, este jadeo apoyándose en la pared seguido de deslizarse dejando un rastro de sangre.

Emilio tenía claro su destino, y si se había arriesgado por llevarse a Gustabo por delante tenía claro que lo haría.

—¡Gustabo! —grito Horacio.

Conway al observar eso por primera vez en años se sintió extraño, una sensación que la odio al segundo dando dos tiros a Emilio, cada uno en sus piernas haciéndole caer, Volkov le quitó el arma y le esposo, mientras que la malla comprobaba el perímetro y Horacio gritaba a Gustabo con la esperanza de ser respondido.

—¿¡Horacio que coño hace!? ¡Cógelo de una puta vez se está desangrando! —grito, Horacio lo cargo y lo llevo al coche sentándolo sobre el, estaba llenando todo de sangre, pero para ser sincero a nadie le importó —. Mariconetti aguanta que solo son un par de tiros.

Horacio asustado observó a Gustabo, estaba pálido —. No me vas a dejar solo en esto ni de coña, eh.

Horacio era mayorcito ya, pero este no sabía hacer nada sin Gustabo, siempre habían sido Gustabo y Horacio, nunca había sido solo Horacio. Ellos eran un dúo inseparable, ahora no debía de romperse el dúo por qué uno llegará de la nada con una pistola.

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¿Qué les parece? ¿Opinión?

Espero que os guste.

Un beso.

[editado, varios cambios]
Pd. Tengo frío.

—N.G.A

Moriría .1. INTENDENTEPLAY. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora