.SE LO HA CARGADO.Gustabo se cambió soltando varios gruñidos y suspiros llenos de rabia, ¿Por qué era tan pesado el anciano ese? Joder vale que le llegará a llamar la atención, pero no le dejaría que le hablara así —. Es insoportable —dijo caminando al despacho del superintendente, llamo a la puerta.
—Pasa de una puta vez capullo —dijo una voz tras la puerta, realmente se le veía cabreado, Gustabo paso y se sentó en su habitual asiento, la mirada penetrante del intendente hacia que se le erizarán los bellos del brazo y su nuca pícara —. ¿Por qué llegas tarde? ¿Por qué iban sin teléfono por la vida? ¿Resaca? ¿Un día entre semana? Quiero respuestas. Ya —la voz dura de Conway resonó por la habitación, tras la puerta tres sujetos se encontraban escuchando a escondidas.
—Deberíamos ir a traba....
—Cállate —susurro Greco acercando su oído a la puerta.
Gustabo rodo los ojos —. Era mi día libre, ¿Vale? Puedo hacer lo que me de la gana.
El intendente se carcajeó levantándose y caminado asta el asiento de Gustabo —. ¿¡Que puedes hacer lo que te de la gana!? —pregunto entre carcajadas como si el mejor chiste le hubieran contado, soltó una carcajada aún más fuerte.
—¡Exacto! —exclamo levantándose y encarándole —. ¿Acaso no escucha o le falla el sordonote?
Conway dejo de reír —. Te lo dije cuando eras mi informarme, y te lo repetí cuando trabajabas repartiendo multitas, pero creo que no te quedó claro Gustabin y debo de repetirlo —cada palabra era más agresiva que la otra —. Tu culo es mío —le miró desafiante —. Todo de ti me pertenece fuera o dentro de tu servicio ¿¡Escuchas!? —le grito agarrando el cuello de su camisa acercándose a el peligrosamente, Gustabo carcajeó.
—Una puta mierda, soy tu trabajador no un objeto o algo que puedas manejar a tu puto antojo —le grito cogiendo su corbata y acercando su rostro enfureció.
—¿¡Quién coño te crees, eh!? ¿¡Donde y con quién estabas!? —los gritos de Conway cada vez se escuchaban más y más, estaba realmente enfurecido, los que escuchaban tras la puerta, en especial Horacio y Greco tapaban su boca con la mano evitando reír mientras Volkov estaba de brazos cruzados fingiendo que no le importaba nada, más escuchaba atentamente curioso.
—¿¡Y que cojones te importa, eh abuelo!? —le grito de vuelta de manera agresiva.
—¡Solo me preocupo por ti, ANORMAL! —le grito empotrado a Gustabo en la pared, más ninguno soltaba el agarre de la camisa del otro, parecían dos locos gritandose de esa manera a unos centímetros de sus caras, bueno, realmente no lo parecían, lo eran.
Ambos enmudecieron observando los ojos del contrario, ambos jadeaba por la alteración de la discusión, un sentimiento invadió al intendente y Gustabo.
Pasión. Deseo. Eso reflejaba los ojos de ambos.
—¡Deja de preocuparte! ¡Soy un niño! —exclamo exasperado.
—¡Lo intento, pero no puedo gilipollas! —le dijo de manera ruda, de nuevo mantuvieron el silencio hasta que ambos tiraron del otro hasta unir sus labios en un beso llenos de deseo y pasión.
El trio que estaba tras la puerta al dejar de escuchar gritos o ruidos indicando que Conway había perdido la paciencia y le estaba pegando se preocuparon.
—Un silencio demasiado largo para una discursión tan acalorada —pensó en alto el comisario.
—Se lo a cargado —dijo Greco.
Horacio al oír eso se asustó y abrió la puerta sin llamar mientras gritaba —: ¡No le mates Conway! —el trio entro esperando ver una catástrofe, más vieron a Conway cogiendo el cuello de la camisa a Gustabo, este lo acorralada en la pared y Gustabo cogiendo la corbata, ambos estaban en shock observandose a los ojos fijamente, no sabía que había ocurrido. Greco y Volkov observó a los dos con sorpresa, se podían imaginar que podía haber ocurrido, en cambio Horacio no —. Siento haberle preocupado Conway, se me olvidó notificar qu... —intentó mentir para que no matará a su amigo, mas Conway soltó la camisa de Gustabo, este fue soltando poco a poco la corbata, Conway con mirada sería salió de la habitación dejando a los cuatro solos allí.
Greco se rió a carcajadas limpia —. ¡Ahora todo cuadra! —exclamo llamando la atención de los tres —. ¡No había odio entre vosotros, solo había tensión sexual! —la risa de Greco resonaba por el despacho lleno de tensión.
Volkov sonrió de medio lado mientras que Horacio encajaba todas las piezas su miraba a Gustabo, este estaba mirando un punto fijo de la pared.
—¿Qué cojones Gustabo? —pregunto Horacio lleno de confusión, este se encogió de hombros sin saber que decir.
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Joder que tóxicos, me encanta, joder me encanta.
¿Qué les pareció?
Aquí dejo el prólogo de la historia de Volkov x Horacio.
Solo, confundido, perdido... Mi hermano estaba en la cárcel desde hacía un año, se había vuelto loco, había perdido el juicio, lo peor es que cada día yo me estaba volviendo como él. Por muchas sonrisas y palabras de aliento que me dan intentando evitar lo inevitable, no conseguía sentirme mejor.
Era el As bajo la manga de Conway, tenía que ser fuerte, había perfeccionando mi puntería, mi fuerza, había mejorado todo para hacer el bien, pero poco a poco me empujaba ha hacer el mal... Pero...
¿Dónde empieza y acaba el bien y el mal? Esa compleja pregunta siempre rondaba por mi cabeza cuando era pequeño, más nunca le encontraba una solución o respuesta coherente.
Al día de hoy se que lo que para unos está bien para otros está mal.
¿Podré contentar a todos? Jamás, a algunos le puede gustar lo que haces pero no a todos, es una tontería inténtalo, no tenía que molestarme en tan siquiera pensarlo, era una perdida de tiempo asegurada contentar a todos.
-Hora... Horacio solo le pido que...
-Espere un poco más... -completo con los brazos cruzados -. Un año y medio diciéndome eso. No puedo esperar más, odio sentirme que soy el último plato en la mesa, enserio, lo odio.
-Usted es el primero Horacio.
-Tampoco me vale, no quiero ser el tercero, ni el segundo, ¡Ni el primero! ¡Quiero ser el único! -Volkov enmudeció antes esas palabras -. No le puedo obligar a amarme. No pasa nada. Estoy bien.
Un beso.
—N.G.A
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Moriría .1. INTENDENTEPLAY. VOLKACIO.
Fanfic-Ya le dije que lo daré todo, por la malla, por ti, daré mi vida, se lo jure Conway y sabes perfectamente que soy de palabra -tomo una pausa observándole -. Si tu hablas, yo hablo, si tú te caes, yo caigo, contigo, siempre contigo, tenlo claro. Por...