El característico frío del futuro cesó, dándole pie a una temperatura más cálida y conocida para Sicheng y Mark. Los cuatro estaban parados en el centro del elevador, cerca uno de otros. La máquina anunció que habían llegado a su lugar de destino con aquel distintivo ruido, las puertas de metal se abrieron dejando ver el largo pasillo alumbrado por unos cuantos bombillos y los pisos de mármol gris y brillante.
-Bienvenidos a Seúl, chicos -dijo el chino suspirando, preguntándose a sí mismo si de verdad estaba bien lo que hacían.
Salieron del elevador, los tres seguían a Sicheng de cerca, no perdiéndole el paso y al mismo tiempo admirando lo que les rodeaba. Yuta había visto fotografías de la complicada arquitectura en Internet, dándose cuenta de lo perfecta e innecesaria que podría resultar. Sicheng se detuvo delante de su puerta, buscando sus llaves y abriendo para que los otros pasaran. Su departamento seguía vacío y apagado, su hermana aún seguía fuera y no regresaría hasta el día siguiente.
Donghyuck y Yuta observaban todo con suma atención, dándose cuenta de lo bonito y armónico que resultaba todo; las luces amarillas de las lámparas eran diferentes a lo que ellos estaban acostumbrados a ver; las paredes, los pisos e incluso los muebles, todo era diferente y para nada les parecía feo, incluso sí que pensaban que era mejor vivir en un lugar así que en el laboratorio. Era acogedor, limpio y grande a pesar de vivir en un edificio de departamentos.
-¿De verdad vives aquí? -preguntó Hyuck con la boca un poco entreabierta, Sicheng asintió sonriendo-. ¿Todos los días?
-Sí -respondió no pudiendo evitar reír-, todos los días del año desde hace un buen tiempo.
Aunque el departamento era solamente de una planta, era bastante espacioso y cómodo, contando con todos los servicios básicos y comodidades que todas las personas de aquel año acostumbraban a tener. Sicheng los invitó a la sala, a sentarse y conversar entre ellos lo que sería el siguiente plan; ¿realmente qué tenía Yuta en mente? Debían conversarlo y llegar a un acuerdo, uno que beneficiara a todos y que no los pusiera en peligro bajo ningún término. Sicheng sentía la necesidad de cuidar de los dos hermanos, sintiéndose también culpable y preocupado más que nada por Taeil. El recordar aquella fría y pesada mirada que les dio antes de marcharse, no lo dejaba respirar del todo tranquilo, encontrándose incluso un poco arrepentido por llegar hasta allí y seguir los descabellados planes de Yuta.
-¿No tienes televisión? -preguntó Donghyuck-. Al menos en eso te gana el futuro.
-Claro que la hay -respondió el chino. buscó el control remoto y encendió la televisión que el menor ignoraba.
La señal encendió la barra de control del televisor, proyectando hacia la pared del frente la imagen a color, justo daban las últimas noticias del día y del momento. Yuta y Donghyuck exclamaron sorprendidos, viendo con atención la delgada imagen que se proyectaba en la pared blanca y escuchando lo que las personas de la televisora decían. De ahí fue casi imposible quitar al hermano menor del frente de la pantalla led, sintiéndose aún asombrado por ver series animadas y programas que en su época no transmitían por su pequeña tv análoga.
-¿Y bien? ¿Ahora qué? -preguntó Sicheng suspirando.
Los tres se encontraban sentados sobre el tapete de hilasa, cerca de la mesa de centro y recargando las manos sobre ella.
Yuta se quedó callado, pensando por dónde debería comenzar a hacer su trabajo. El mayor ideó un plan mucho tiempo antes de conocer a Sicheng o atreverse a modificar la configuración de la máquina, pero ahora, después de todo lo que había pasado en tan pocos días, se sentía perdido, sin saber qué hacer exactamente y preguntándose si al final todo valdría la pena.
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Piso Catorce. ((yuwin))
Fanfiction-Sicheng ¿dónde has estado? -En el piso 14. -¿De qué hablas? Nuestro edificio solo tiene trece pisos. -Exactamente. Ambos hermanos se miraron, ninguno podía decir qué acababa de pasar. Sicheng sube al elevador de su edificio y sin querer viaja más d...