Sicheng sabía que el hecho de que estuviera leyendo aquello en la pantalla de su portátil era casi como una señal divina. Algo que le decía que tenía ante sus ojos una única oportunidad para hacer las cosas un poco más fáciles y ayudar a sus amigos.
“¿Eres un estudiante de Ingeniería Biomédica, Química o incluso Medicina Humana? ¡Esta es tu oportunidad! Participa para ganar un lugar y conocer los laboratorios de pruebas médicas y biológicas gubernamentales del estado.”
Clickeó el anunció que indicaba aquello, esperando desesperadamente a que la página cargara y poder leer aquello, esperando que no fuera una estafa o una publicidad ligada a algún virus chafo que normalmente se encontraba en la web.
Leyó rápidamente, y lo mejor que pudo, la convocatoria que el sector de salud del país había lanzado para el público en general. Con cada párrafo que leía más era su emoción por pronto llegar a casa y darle la noticia a los Moon.Sicheng y Mark habían tenido que dejar el departamento y ocuparse de la vida que tenían afuera y en aquel año en permanente, recordando que ellos no podían desaparecer los días que se les antojase y que no pasara nada. Yuta tuvo que aceptar que debía volver a la universidad y encargarse de sacar adelante su carrera de mecatrónica; Donghyuck sin duda usó todos sus fundamentos para intentar que ni él ni Mark tuvieran que salir sin ellos, ya que el menor no podía acompañar a ninguno, así que Taeil se aseguró de mantener a sus dos hermanos dentro de aquel departamento. Y pues, Sicheng confiando en su responsabilidad y madurez, les dejó su juego de llaves y partió para su universidad a completar aquel inicio de semana que no quería cumplir, pero que tenía que. No podía olvidarse de su vida normal como si nunca volviera a vivirla, tenía que tener presente que aquella situación no le duraría por mucho.
El chino, varias horas después, tocaba el timbre del sensor de seguridad de su edificio, esperando a que los hermanos se dignaran a abrir el seguro de las puertas para poder entrar, pero seguía parado frente a la cámara esperando a que alguien hiciera caso a su desesperado llamado para subir, ya que las bolsas del supermercado orgánico pesaban más de lo que sus brazos podían soportar durante mucho tiempo.
Y bueno, la razón por la que los tres hermanos no atendían al timbre que sonaba por todo el departamento era simple, ninguno podía averiguar cómo es que se desbloqueaba aquel aparato tecnológico.
—Taeil, ya calla esa cosa y deja que Sicheng suba —decía Donghyuck detrás del mayor, el cual apretaba la pantalla táctil esperando dar con los botones correctos.
—¿Qué piensas que no lo intento? Le pico y le pico y no pasa nada —respondió comenzando a exasperarse.
—Muévete, hermano —dijo Yuta quitando a Taeil del control.
Observó en silencio el pequeño aparato color gris metálico, leyendo el letrero de cada botón y esperando saber qué acción activaba al presionarlo. Apretó el botón táctil de color verde, esperando que el color fuera la señal para que la puerta se abriera y Sicheng por fin entrara por la puerta. La pequeña imagen que transmitía el rostro de Sicheng se amplió, abriendo el micrófono y escuchando lo que el chino intentaba decirles.
—¡Sicheng, por fin te escuchamos! —gritó Donghyuck emocionado.
—¡Chicos! —dijo aliviado—. Dios ¿por qué han tardado tanto? Comenzaba a preocuparme.
—Taeil no sabe usar esta cosa —volvió a hablar el menor provocando risas a todos, excepto a Taeil.
Sicheng les explicó pacientemente como desbloquear la puerta de la planta baja, logrando que Yuta comprendiera todo correctamente y por fin el sistema le dejara entrar. Subió el elevador con dos personas más, en silencio y escuchando la melodía que salía de las diminutas bocinas que estaban escondidas en el techo de metal.
Llegó hasta su puerta y volvió a tocar, esperando que la cerradura mecánica no supusiera también un problema para sus visitantes futuristas. Pero la puerta se abrió inmediatamente y por fin divisó aquellas tres caras que lo habían esperado con ansias durante toda la mañana y la media tarde. Yuta lo recibió con un fuerte abrazo, diciéndole que lo había extrañado y que casi hacen explotar los aparatos de la cocina que tenía conectados a la luz, Sicheng intentó no ponerse fúrico y sacarlos de su casa al ver su tostadora inservible y el microondas casi sin la pequeña puerta metálica.
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Piso Catorce. ((yuwin))
Fanfiction-Sicheng ¿dónde has estado? -En el piso 14. -¿De qué hablas? Nuestro edificio solo tiene trece pisos. -Exactamente. Ambos hermanos se miraron, ninguno podía decir qué acababa de pasar. Sicheng sube al elevador de su edificio y sin querer viaja más d...