-¿Lo dices en serio? No sé porqué quisieras viajar al pasado -dijo Sicheng aún sorprendido.
-Bueno, siempre he tenido ese interés; saber cómo fue la vida en el pasado o cómo será en el futuro, el pensar que tengo la oportunidad de poder viajar en el tiempo me pone la piel de gallina, me llena de expectativas y emoción, pensando que quizá pueda seguir el legado de mi padre y ayudar a demás personas, descubrir nuevas curas para enfermedades que existieron y poder evitar catástrofes tan horribles -dijo Yuta con la mirada perdida en el horizonte, viendo cómo el sol poco a poco iba descendiendo en su camino habitual.
Sicheng suspiró sintiendo la emoción en las palabras del otro, pensando en que le parecía genial que tuviera un sueño tan bueno y puro, también dándose cuenta que Yuta no era tan duro como lo aparentaba, solo tenía una expresión profunda y un tanto intimidante.
-Yo te traje aquí, Sicheng -susurró el rubio.
Y lo decía en serio. Desde que su padre desapareció tras su último viaje, Taeil prohibió que cualquiera se acercara e intentara echar a andar o usar el elevador, los viajes en el tiempo estaban prohibidos para cualquiera. El mayor de los Moon no estaba dispuesto a arriesgar la vida de sus hermanos, ya tenía suficiente sufrimiento al saber que su padre quizá jamás regresaría con ellos, pero Yuta seguía sintiendo curiosidad por los viajes, quería que alguien del pasado viniera a casa y le ayudara con sus planes.
Se las había ingeniado para volver a hacer funcionar la máquina sin que nadie se diera cuenta, había cambiado la configuración de año y la había modificado para que trajera al futuro a alguien de un año en específico, algo que no resultara peligroso para nadie.-Y así fue como terminaste aquí -dijo por último, terminando de explicar lo que planeaba.
-Vaya... Tú, simplemente uau -dijo el chino con los ojos bien abiertos al igual que su boca.
Yuta se rió y se encogió de hombros, sabía que si Sicheng abría la boca y lo delataba con alguno de sus hermanos estaría frito. Taeil le daría una enorme sanción y todos estarían más que molestos, pero algo dentro de él le animaba a confiar en él. El chino no pudo evitar también reír, pensando que su destino estaba ligado a aquel lugar, que la vida o quien sea que lo maneje decidió que debía ser él el que ayudara a aquel apuesto rubio.
Se sentía especial y con la obligación de ser últil, de que Yuta le tuviera confianza y no se arrepintiera de haberlo traído hasta allí a escondidas de todo y arriesgando el pellejo.-Está bien, pero con una condición -dijo Sicheng accediendo, Yuta le sonrió de oreja a oreja-. Llévame a conocer tu propio mundo.
-Trato -respondió el mayor con una sonrisa aún más ancha.
Se levantaron del césped y Yuta lo guió hasta el frente del edificio, salieron por el portón y caminaron por las calles vacías.
Sicheng observaba todo a su alrededor, dándose cuenta que aquel edificio de cinco pisos era el único que se veía por ahí, todo lo demás se reducía a casas pequeñas o un poco más amplias, había pocos comercios abiertos y sólo podía ver que habían productos a la venta que no podía reconocer. Nada era como lo conocía o como se lo imaginaba, él estaba acostumbrado a ver luces y gente por todos lados, que no pudieras caminar sin cuidar de no chocar con alguien, tener cuidado al cruzar la calle para que no ocurriera un accidente... Pero allí, en el lugar donde Yuta había crecido todo era lo contrario; sí había autos, pero los que podía encontrar con la vista estaban estacionados. Se podía caminar incluso por el medio de la carretera sin miedo de ser aplastados por un camión. La gente caminaba esparcida porque había espacio de sobra, se escuchaba el cántico de los pájaros y el aire movía las hojas de los árboles que había cerca.-Tienes una vida tan tranquila, pero aún así quieres viajar al inicio del caos -dijo Sicheng asombrado.
-Bueno, uno siempre busca cosas diferentes a las que tiene, es la costumbre del ser humano -dijo Yuta con sus manos en los bolsillos de su pantalón.
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Piso Catorce. ((yuwin))
Fanfiction-Sicheng ¿dónde has estado? -En el piso 14. -¿De qué hablas? Nuestro edificio solo tiene trece pisos. -Exactamente. Ambos hermanos se miraron, ninguno podía decir qué acababa de pasar. Sicheng sube al elevador de su edificio y sin querer viaja más d...