Tranquila

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Las semanas pasaron de nuevo y los finales de Saddie llegaron y también los tratamientos de Maya.

Después de aquella noche, Ethan notó que el estado de ánimo de ella bajó y no sabía como acercarse, en cambio Saddie, buscaba siempre una forma de distraerla dentro de la casa, arriba y abajo, de un lado a otro.
Y de eso, ya le había advertido Ethan una tarde.

–Escucha cielo, Maya no puede hacer esfuerzos ni acelerarse demasiado, su enfermedad se lo impide

Saddie asintió
–Entiendo
–Evita que se canse y si puedes, ayúdala.
–¿Cómo me pides eso? Por supuesto que sí, sin duda alguna.
–Bien, ahora apúrate o no llegarás al examen y no pagaré el extraordinario si es el caso–la miró con café en mano
–Rayos...

La llevaba al hospital con él, y la ayudaba a que le dieran las nebulizaciones con los medicamentos adecuados.
Pasaba por la zona para supervisar y veía que la chica normalmente se quedaba dormida. Prometió llevarla a ver la Universidad y eso haría.

Terminando sus labores, la vió paseando entre los pasillos con su libreta y un lápiz en mano, le gustaba verla, o mejor dicho, le agradaba su compañía aunque, no tuvieran charlas extensas, pero, algo le decía que fue una buena decisión traerla a su vida.

–Maya–le sonrío acercándose a ella, la chica dió media vuelta para verlo–¿Cómo te fue?
–Muy bien–asintió–Tenía la esperanza de encontrarme a Stacy, pero no la vi por ningún lado.
–Seguramente esta en su descanso...
–¿Y a usted?–le preguntó ella acomodándose un mechón de cabello, pero fue inútil por que se le regresó–¿Qué tal el día?

Ethan rió alzando una ceja.
¿Porqué le seguía hablando de usted?

–Muy bien, un poco ocupado, pero logré hacer mis pendientes para salir temprano y llevarte a la escuela.
–Lo había olvidado–apuntó Maya
–Bueno pues–se quitó la bata–Iré por mis cosas y nos vamos. ¿Me acompañas?
–Bueno–sonrío de vuelta ella.
(...)

Llegaron a la Universidad y ambos bajaron del coche,para dirigirse a las oficinas, entre tanto edificio y las jardineras tan bonitas, Maya no sabía que plasmar para dibujarlo en su libreta.
Esperaron juntos en la salita de espera y comenzó con sus bocetos.
Estaba muy concentrada en lo que hacía, Ethan se asomaba de vez en cuándo, tenía talento,mucho.
Minutos más tarde pasaron a la oficina y ahí discutieron sobre el próximo ciclo escolar y salieron a conocer el campus completo.
Un largo recorrido, pero finalizó con la inscripción de Maya y con el anuncio de la próxima fecha para el programa propedéutico, que iniciaría una semana antes de las clases normales.
–¿Contenta?–inquirió Ethan caminando de regreso
–Mucho–sonrío ella–Demasiado, es algo muy bonito.
Ambos se miraron y sonrieron.
–Eso significa que haremos compras para el fin de semana
–¿Tan pronto? –se sobresaltó la chica
–Pues no falta mucho, técnicamente estamos a la vuelta de la esquina, además yo soy el encargado de esos gastos y créeme, no importa.

Maya lo observaba curiosa, era la primera vez que ella le dedicaba una mirada atenta.
Ethan sonrío y tomó aire.
–Antes de ir por Saddie... ¿Quieres un café? – preguntó.

Pasaron a una pequeña loncheria con pinta vintage y salieron con su café en mano y un té helado para Saddie.
"Es el momento, supongo" pensó el hombre mientras caminaban juntos.
Pero se tardó demasiado y en un parpadeo su pelirroja venía corriendo hacía ellos.
"O tal vez no..."

–¡Papá! ¡Maya! –sonreía de lado a lado y sin pensarlo los abrazó al mismo tiempo juntándolos–¡Por fin acabe mis exámenes!
–¡Eso es excelente!–la felicitó la morena–Ya podemos ver las series que anotamos
–Será un súper maratón con palomitas –se emocionó aún más la chica.
–Momento señoritas–carcajeó Ethan mirándolas a ambas–Yo sé qué no estoy en sus planes, pero vamos a cenar esta noche los tres juntos.

Aire || Ewan McGregor ||-EscribiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora