Un par de jóvenes lo consiguieron en un callejón, a simple vista parecía muerto sin embargo; el deseo de una joven omega por ayudar a un compañero de jerarquía puede más que cualquier cosa. Más tarde el sonido de ambulancias y el correteo de varios...
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Jimin observó con curiosidad el lugar en donde estaba, el apartamento era pequeño pero lo suficientemente cómodo para que lo habitara una persona. Tenía una sala pequeña en la cual estaban un grupo de muebles y un televisor grande, había una mesita chiquita en el medio y una alfombra gris debajo de esta. Su mirada curiosa siguió por el lugar, había tres puertas y un corredor grande en donde estaba una especie de pequeña biblioteca.
— Detrás de cada puerta está el baño, tu habitación y la cocina. — Mencionó el alfa parándose al lado del omega. — Me tomé la molestia de ir a tu antigua casa y sacar las cosas que creí que quisieras conservar. — Comentó apenado mientras avanzaba hasta la mesa y tomaba un portarretrato. — Pensé que te gustaría tener esta foto. — Comentó tendiéndole el objeto. Jimin titubeo antes de tomarlo.
Su mirada se nubló por las lágrimas al ver una imagen de él un poco más joven al lado de una bonita mujer de cabello claro y mejillas similares a las de él.
— ¿E-Ella es? — Preguntó dudoso. YoonGi asintió.
— Es tu mamá, se llamaba Park Somin. — Comentó tranquilamente el alfa mientras metía sus manos en los bolsillos de sus pantalones para evitar correr y apretujar al omega.
— ¿Tú sabes cuándo murió? — YoonGi asintió con pesar mientras recordaba aquel audio, el último momento en el cual había sabido algo del omega frente a él.
— Fue la última vez que supe de ti, estaba ocupado en la universidad y no cargué la batería del teléfono. Tú me dejaste un mensaje de voz diciéndome que la señora Park había muerto, no me dijiste el motivo y te regresé la llamada pero no contestaste más. — Suspiró ante la mirada del omega. — Desde ese momento no supe más nada de ti hasta ahora.
— Agente Min. — YoonGi se tensó ante la lejanía del llamado por parte del omega. Jimin colocó la foto en la mesa antes de ver al alfa. — Disculpe, no sé cómo llamarlo ahora. — Se disculpó el omega al ver la incomodidad del contrario. — ¿P-Podemos buscar el lugar en donde mi mamá está enterrada? — El pálido asintió ante el pedido mientras caminaba hasta la puerta de la habitación del omega.
— Sígueme Jimin-ah. — Pidió. El omega caminó detrás del alfa entrando en la habitación junto con este.
El cuarto era grande y cálido, estaba pintado de un color azul cielo. La cama era grande y se veía cómoda, había algunas fotos pegadas en las desnudas paredes y un televisor estaba en la esquina. Incluso Jimin observó que había una especie de balcón al lado de lo que parecía ser un closet.
— ¿Te gusta? — Preguntó YoonGi inseguro. Jimin asintió mientras avanzaba hasta la cama y se dejaba caer en esta. Era suave y cómoda como lo había pensado. — El balcón de al lado es el de mi habitación, somos vecinos. — Sonrió el pálido.
— Pensé que no te vería más. — Reconoció sinceramente el rubio.
— ¿Eso quieres? — Cuestionó el alfa con dolor. Jimin negó mientras sentía a su lobo removerse incómodo en su interior. No le gustaba la forma en la cual la mirada del alfa se había apagado por su comentario, sin darse cuenta empezó a liberar más de su aroma intentando cambiar el semblante del pálido. — Voy a investigar cual era la universidad en donde estabas estudiando, ¿te gustaría regresar?
