Un par de jóvenes lo consiguieron en un callejón, a simple vista parecía muerto sin embargo; el deseo de una joven omega por ayudar a un compañero de jerarquía puede más que cualquier cosa. Más tarde el sonido de ambulancias y el correteo de varios...
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Jimin sonrió mientras acomodaba el desorden que habían dejado Jin, JungKook y Hoseok la noche anterior, incluso aunque se encontrara solo porque los tres tuvieron que salir corriendo a un llamado del hospital, no se le hacía incómodo y mucho menos pesado.
Aquellos momentos se sentían bien mientras estuviera sano y salvo.
El timbre del apartamento sonó y una inconfundible sonrisa se pintó en su rostro antes de ir hasta la puerta. Con paso rápido se aproximó hasta la puerta mientras la abría, YoonGi le sonrió sinceramente mientras tenía las manos ocultas en los bolsillos de la chaqueta. Jimin quiso abrazarlo pero la combinación del olor del alfa con otro lo hizo tensarse en su lugar mientras su lobo reconocía aquel aroma como el de un omega.
— Hola Jiminnie. — Saludó el alfa feliz de ver el rostro del omega después de una muy larga jornada de trabajo. Había pasado casi toda la noche y madrugada en la jefatura gestionando las cosas para SeulGi y apenas ahorita habían podido terminar todo el papeleo. Jimin no se movió de su lugar mientras veía fijamente al pálido intentando descifrar la incomodidad de su lobo ante el cambio de olor en el alfa. — Tengo una sorpresa para ti. — YoonGi avanzó hacia el omega y Jimin retrocedió aturdido al reconocer el aroma que estaba encima del alfa. Se sentía incómodo pero de igual forma, necesitaba comprobar si aquel aroma era de la persona que pensaba. — ¿Pasa algo? — Cuestionó confundido. El cansancio que estaba en él no lo dejaba darse cuenta que el aroma de la omega castaña junto al suyo estaba haciendo sentir mal al lobo de Jimin.
— ¿D-Dónde estabas? — Titubeó en medio de la pregunta. YoonGi arqueó la ceja confundido ante el semblante triste del omega.
— Estaba trabajando Jiminnie. — Mencionó el alfa. Jimin sonrió falsamente mientras salía del apartamento y cerraba la puerta.
— ¿En dónde está mi sorpresa? — Cuestionó irónicamente. Aquello desconcertó al alfa.
— ¿Pasa algo Jimminnie? — Volvió a preguntar. Jimin negó.
— No pasa nada, llévame a donde está mi sorpresa. — Sonrió el omega de nueva cuenta. YoonGi suspiró sonoramente antes de avanzar hasta la puerta de su propio apartamento. Jimin le siguió en silencio y observó con curiosidad el lugar.
Era bonito y más grande que donde él vivía. Habían fotos en las paredes y un gran televisor era el centro de atención de toda la sala. De nueva cuenta el olor a flores silvestres llegó a su nariz y su ceño se frunció buscando el lugar de donde este provenía. Una de las puertas del lugar se abrió y de ella salió alguien bastante conocida para Jimin. De inmediato Jimin corrió hasta la omega. SeulGi rió en medio de lágrimas mientras apresaba con fuerza el cuerpo del omega contrario.
YoonGi sonrió feliz mientras veía a ambos omega abrazarse entre lágrimas.
— Me alegra tanto que estés bien. — Sonrió SeulGi mientras escuchaba el llanto del omega. — Gracias a Dios estás bien. — Completó aquello mientras se separaba del rubio y dejaba un casto beso en la frente del contrario.
