Un par de jóvenes lo consiguieron en un callejón, a simple vista parecía muerto sin embargo; el deseo de una joven omega por ayudar a un compañero de jerarquía puede más que cualquier cosa. Más tarde el sonido de ambulancias y el correteo de varios...
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Jimin se detuvo abruptamente cuando reconoció a la persona que estaba a escasos pasos lejos de él. Un miedo descomunal se adueñó de todo su cuerpo cuando aquel hombre alzó la mirada y Jimin reconoció en él el brillo del reconocimiento.
JungKook había dicho aquella mañana que le hubiese gustado comprar más cosas para el desayuno pero que no había tenido mucho tiempo para hacerlo, entre el trabajo en el hospital y las horas que usaba para descansar la alacena fue quedando poco a poco vacía hasta esa mañana en la cual el omega por fin había podido dar con el resultado de su descuido.
SeulGi y él habían propuesto la idea de salir y aunque JungKook se negó varias veces porque sería la primera vez para Jimin y SeulGi por las calles después de haberlos sacado de aquel mundo en el cual estaban obligados a vivir, no pudo hacer mucho cuando ambos aseguraron que todo estaría bien si usaban tapabocas y gorros.
Sin embargo, ahora que veía aquel hombre acercarse hacía él, el sentimiento de pánico tomó control de cada una de sus acciones mientras su lobo gemía lastimeramente dentro de él. JungKook se había detenido en la sección de frutas junto a SeulGi mientras él había decidido explorar el lugar por su cuenta.
— Yo te conozco a ti. — Mencionó el alfa con un brillo lujurioso en su oscura mirada. Jimin negó mientras recordaba el rostro del hombre que frecuentaba algunos bares en los cuales por fortuna, él solamente había bailado.
— Creo que usted me está confundiendo. — Mencionó Jimin felicitándose cuando no titubeó en ninguna palabra. El hombre negó divertido mientras observaba a Jimin de arriba abajo.
— Tuve muchas noches observándote como para confundirte con cualquiera. — Mencionó en baja voz. — ¿Cuánto cobras de forma independiente? — Inquirió curioso mientras deslizaba su mano hacia su bolsillo y sacaba la billetera. Jimin retrocedió maldiciendo la poca gente que pasaba por ese pasillo. — Quiero tenerte para mí un rato, la gente que trabajaba contigo se negaba a darte pero ahora que estás aquí frente a mí. — El alfa saboreó los labios mientras seguía viendo al omega. — Ofrezco lo que quieras si me dejas... — El hombre intentó tocarlo y Jimin retrocedió golpeando con alguien detrás de él.
— Mantén tus malditas manos lejos de él o no respondo. — Jimin suspiró aliviado cuando el fuerte olor de YoonGi se sintió detrás de él. Su lobo se movió ansioso dentro de él mientras por inercia se escondía detrás de este buscando refugio de la mirada de aquel hombre. El alfa contrario gruñó ante el fuerte tono de voz. Era una voz de mando diferente y por más que quisiera negarlo, el joven delante de él era un alfa diferente.
— Lo siento, lo confundí. — El alfa contrario susurró aquellas palabras mientras intentaba pasar de largo. Antes de irse el hombre fue detenido por un fuerte agarre en su brazo.
— Te veo cerca de él nuevamente y te aseguro que no tendrás la misma maldita suerte de hoy.— Amenazó fríamente YoonGi. El alfa contrario sintió la clara advertencia que estaba impregnada en cada palabra y no hizo más que desaparecerse por el pasillo sin voltear a ver en ningún momento hacia atrás.
