Un par de jóvenes lo consiguieron en un callejón, a simple vista parecía muerto sin embargo; el deseo de una joven omega por ayudar a un compañero de jerarquía puede más que cualquier cosa. Más tarde el sonido de ambulancias y el correteo de varios...
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Jimin se alejó de la puerta como si esta estuviera ardiendo en cuanto escuchó aquellas palabras. Su corazón latía con desesperación y sus manos temblaban mientras reconocía el alboroto dentro de él como su rebelde lobo que intentaba tomar control de la situación. YoonGi por su parte pegó bruscamente su cabeza de la pared mientras maldecía en silencio su boca suelta y la rapidez de su lobo para nublar sus sentidos.
— Jimin. — Llamó pasados los minutos sin respuesta alguna por parte del menor. — ¿Jimin estás ahí todavía? — Cuestionó con preocupación.
— ¿Cuándo pensabas decírmelo? — Fue la pregunta distante que recibió por parte del omega. — ¿Te daba pena admitir que estás unido a alguien tan roto como yo? — Preguntó con una sonrisa triste dibujada en su rostro. YoonGi negó inmediatamente pero de nada le servía porque Jimin no le estaba viendo en aquellos momentos y no podía ver la clara desesperación que estaba sintiendo por haber dicho aquello tan bruscamente.
— No es así, nunca sentiría ningún otro sentimiento por ti que no sea amor. — Mencionó en alta y entendible voz. — Pero ahora necesito que te vayas de aquí, por favor.
— Creo que es lo mejor. — Admitió Jimin levantándose del piso en donde estaba sentado. — Nos vemos otro día en el cual puedas darme la cara.
...
SeulGi observó al menor de ambos con curiosidad cuando este pasó por su lado sin mencionar palabra alguna y con un gesto de desconcierto y dolor adornando su rostro. Su curiosidad innata la llevó a seguirlo hasta el cuarto en donde lo encontró arropado con sus sabanas observando fijamente la pared.
— Pensé que me esperarías para ir con el guapo Min. — Un gruñido por parte de Jimin fue lo que obtuvo de respuesta. SeulGi parpadeó perpleja mientras se acercaba hasta la cama del menor y tomaba asiento junto a él. — ¿Pasa algo guapo Jimin? — Preguntó intentando simpatizar con el semblante molesto que mostraba el rubio. Dudosamente llevó sus manos hacia la cara de este y rápidamente la apartó cuando sintió la alta temperatura que desprendía el cuerpo del menor. — ¿Estás entrando en celo?
— YoonGi-hyung es mi pareja destinada. — Musitó en voz baja. La castaña no se mostró sorprendida ante lo dicho, ella misma había tenido sus dudas cuando veía al alfa y la forma tan especial y diferente que solía usar solamente con Jimin. — ¿No dices nada?
— No me sorprende, se le notaba. — Fue su corta respuesta. — ¿Te molesta eso? — Inquirió curiosa ante el semblante molesto del rubio. Jimin suspiró negando.
— No sé lo que siento realmente. — Admitió sintiendo pequeñas y leves punzadas de dolor. SeulGi corrió hacía el closet del cual sacó algunas pastillas.
— Toma estos, son supresores. — Mencionó la omega. — Mejores son los inyectables pero no hemos salido y realmente aun no siento la confianza suficiente para estar en las calles.
