Un par de jóvenes lo consiguieron en un callejón, a simple vista parecía muerto sin embargo; el deseo de una joven omega por ayudar a un compañero de jerarquía puede más que cualquier cosa. Más tarde el sonido de ambulancias y el correteo de varios...
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Tres semanas después.
Para Jimin, los cambios después de aquella noche habían sido bastante notorios, había dejado de vivir con SeulGi porque de cierta forma, estar lejos de YoonGi ahora que eran una pareja marcada le hacía sentir incómodo. Quería estar lo suficientemente cerca de su alfa, quería sentirse protegido y embriagado por su olor, y su lobo no podía estar más que de acuerdo con él.
En el preciso momento que sintió la piel de su cuello ser rasgada por los colmillos de su alfa, sintió claramente también el comienzo de dos lazos, uno que lo unía de forma única con su alfa y la renovación de otro que estuvo roto por un tiempo, pero que ahora estaba ahí, más presente que nunca.
Desde una semana atrás había visto algo diferente, su lobo de cierta forma parecía gruñirle a todo aquel que no fuera de confianza, siendo casi igual a como era antes, solo que de una forma diferente, algo que nunca lo había vivido, era una sensación nueva que lo hacía actuar como un niño mimoso pero al mismo tiempo; también lo hacía sentir extremadamente posesivo con su alfa y su habitación.
No quería que nadie entrara, no quería sentir el aroma de alguien más empañar la combinación de olores que lo hacía sentir seguro durante las tardes en las cuales YoonGi no estaba con él porque debía ir a trabajar.
En solo tres semanas, YoonGi y su equipo le habían demostrado que una promesa, era una promesa, y si era hecha por ellos, sería cumplida tarde o temprano. Habían desmantelado varios lugares y habían detenido a un gran grupo de personas, según había escuchado por parte de SeulGi muchos de ellos eran conocidos.
Pero aún faltaba alguien.
La mente detrás de toda esa organización seguía prófuga y aunque parte de su equipo había sido tomado bajo arresto, estaba seguro que alguien debería estar con él todavía.
— TaeHyung me contó que había un grupo de personas sospechosas dentro de la unidad, también están presos. — Mencionó JungKook mientras tomaban jugo en la sala de estar del apartamento de YoonGi. SeulGi sintió un escalofrío recorrerle de arriba abajo mientras pensaba en todo lo que pudo haber salido mal si aquellas personas hubiesen logrado obtener la ubicación de donde estaban viviendo. Jimin observó a la castaña comprendiendo lo que ella estaría pensando en ese momento.
— Lo importante es que estamos bien. — Susurró el rubio colocando su mano sobre la de la omega. — Estamos bien noona, pronto verás a tu familia y podrás decirle lo mucho que los amas y lo enorme que los extrañaste. — Garantizó el rubio. SeulGi suspiró profundamente mientras veía al rubio.
— Quiero creer que será así. — Mencionó. JungKook sonrió colocando su mano en la unión de Jimin y SeulGi.
— Lo será. ¿No confías en YoonGi? — Preguntó. — Todo acabará pronto y esto solo será un mal momento que pronto irás borrando de tu mente. — Susurró JungKook mientras veía a la castaña y a Jimin. — Tendrán una nueva vida llena de felicidad.
— Eso lo certifica Jimin. — Mencionó SeulGi divertida mientras señalaba la marca en el cuello del omega contrario. JungKook rió al ver el color rojo adornar las mejillas del mayor.
— ¡N-No es divertido! — Se quejó frunciendo el ceño cuando sintió una especie de mareo invadirlo. Tanto JungKook como SeulGi casi saltaron encima del omega mientras este negaba. — E-Estoy bien. — JungKook negó mientras colocaba su mano en la frente del menor.
— ¿Se cuidaron cuando estuvieron juntos? — Preguntó JungKook sin filtro alguno. Jimin parpadeó confundido cuando vio al menor. A su lado SeulGi chilló emocionada mientras intentaba tomar del olor del omega para reconocer algún cambio aparte del olor adquirido por el reciente acoplamiento.
— N-No. — Susurró incómodo ante las miradas expectantes que cargaban JungKook y SeulGi. — ¿Q-Qué pasa?
— Jimin-ah, creo que estás esperando un bebé. — Mencionó JungKook mientras reconocía el olor de leche muy por debajo del olor natural del omega. — Siento un olor desconocido y soy un omega, Jimin. ¿Tú también? — Preguntó viendo a SeulGi. La castaña asintió emocionada.
— ¿Qué vamos a hacer? — Preguntó Jimin cuando vio a JungKook tomar sus cosas de forma apresurada.
— Vamos a comprar una prueba en el centro comercial, luego iremos al hospital. — Mencionó el menor. — Le mandaré un mensaje a YoonGi para que sepa en donde estamos. Jimin iba a responder cuando el teléfono sobre la mesa empezó a sonar y la imagen de YoonGi iluminó la pantalla. — Bueno, ya se me adelantó.
...
Jimin no sabe porque, pero su cuerpo esta tenso y siente a su lobo inquieto dentro de él, hay una especie de mal sabor de boca que lo mantiene un poco alerta ante todos los que estaban en el lugar.
No se sentía seguro en ningún sentido de la palabra.
Huye.
Jimin parpadeó confundido mientras sentía su lazo con su lobo tenso, aquel fue un claro mensaje que no podría ignorar, así que se detuvo a mitad de camino bajo las miradas curiosas de SeulGi y JungKook a su lado.
— ¿Pasa algo Jimin-hyung? — Preguntó JungKook viendo extrañado al mayor. SeulGi quiso preguntar lo mismo pero cuando su mirada se desvió del omega rubio hacia la entrada del centro comercial, su sangre se congeló.
— Muévanse. — Mencionó seria mientras tomaba la mano de Jimin y JungKook y empezaba a caminar con rapidez. JungKook y Jimin le siguieron en silencio mientras se disculpaban con las personas con las cuales habían chocado. Cuando las escaleras eléctricas estuvieron frente a ellos, SeulGi no dudó en tomarlas.
— La farmacia está en este piso. — Mencionó JungKook viendo el local desaparecer mientras subían. — ¿SeulGi-ssi? — Llamó preocupado cuando sintió el miedo en el olor de la castaña.
— Llama a YoonGi-ssi ahora, él está aquí. — Mencionó fríamente mientras veía superficialmente hacia atrás. No había rastro de nadie sospechoso pero ella había estado mucho tiempo en aquel lugar y sabía muy bien quien era la persona que movía todos los hilos dentro de aquella organización. Su mirada avellana reposó en Jimin, el rubio estaba pálido mientras sus manos se afianzaban de forma protectora sobre su vientre. JungKook no dudó en hacerle caso a la omega mientras sacaba su teléfono y empezaba a hablar por este. — Vamos a salir de esto. — Mencionó SeulGi.
Jimin quiso creerle, pero en realidad en aquel momento, se sentía completamente acorralado y tenía mucho miedo. Algo iba a salir mal.
...
Se viene el drama y todo puede pasar de ahora en adelante.
