-¿Maya?- repitió Ale, levantando la vista de sus documentos de trabajo.Nos encontrábamos en su escritorio, dándole un último vistazo al contrato que mañana se firmaría con un hombre muy importante. O eso es lo que alcance a escuchar de Alexander.
-Si - asegure -¿Qué te parece la idea?- Sonreí.
-Bueno.... Me parece buena. Ya que la mayoría de mujeres que contratamos huyeron de aquí. Además, necesitamos de una mucama- concordo.
-¡ay! ¡Gracias!- exclame, feliz -Le diré está noticia en cuanto llegué a mi departamento- sonreí.
- No Tienes nada que agradecer, amor- sonrió -Y ya.... que me hiciste distraer de mi trabajo- se puso de pié, rodando el escritorio -Creo que me merezco un beso- se acercó a mis labios.
-Aún estoy muy enojada, contigo- aleje su boca de la mía.
-¿por qué?- apretó su ceño. Confundido.
-Porque anoche bebiste demasiado. Ya sabes que no me gusta cuando los hombres beben mucho alcohol- me crucé de brazos, molesta.
-Amor....- se acercó, abrazándome -Lo siento.... Te prometo que nunca más lo haré- llamó mi completa atención a su rostro.
-¿en serio?- me descruce de brazos.
-Si- afirmó -Ya sabes. Todo lo que te molesta, me lo dices. Lo charlamos, lo solucionamos. Y listo. Al igual que todo lo que me molesta a mi. Así es como funciona nuestra relación- me recordó.
-Tienes razón- sonreí. Feliz.
-Bien....- volvió a acercarse -Ahora mi beso-me exigió.
Sonreí.
¿Cómo negarme?.
Cuando nuestras labios estaban a punto de concretar el esperado y ansioso beso, la puerta se abrió, obligandonos a separarnos como si estuviéramos cometiendo el más grave de los pecados.
-Ya te dije que esa parte no va.....- intentó fingir, Ale.
Al mirar detrás de mí, me encontré con una avergonzada Scarlett.
-¿interrumpo algo?- dudó en entrar.
- No, madre. Pasa- Ale se volvió a sentar en su sillón -Estábamos discutiendo unos temas del contrato-mintió.
Unos temas del contrato. Sí que es bueno para inventar mentiras rápidas. Sólo espero que no las use conmigo.
-ahhh- soltó la madre, acercándose a nosotros.
Sus ojos se encontraron con mi persona, y brillaron de la alegría.
-Hana.... que bueno tenerte en casa- me sonrió.
-Señora....- la saludé.
-Espero que te quedes a almorzar, me estoy esforzando por hacer la mejor pasta- me invitó.
-Será un gusto- acepté.
-Madre....- la apuró un impaciente Alexander.
Sonreí.
No es tan bueno para mentir, se podía notar lo inquieto que estaba por querer besarme.
-¡oh,sí!- recordó, la señora Scarlett -Hoy a la noche, vendrán unos amigos tuyos. De negocios. Por lo que me comentaron en el teléfono- informó.
-Cierto....- Se pasó sus manos por su rostro, cansado -Debo hablar con ellos- recordó.
-Bueno... me voy a seguir con la pasta- me sonrió -Siga con el "contrato" ese- volvió a ampliar su sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
QUIERO COMPLACERTE
Любовные романыHana, es una chica de 23 años que vive junto a sus dos hermanas pequeñas, luego de huir de su casa por problemas familiares que la hicieron más fuerte que nunca. Se enfrenta a la pobreza de su actual situación, trabajando en dos lugares para poder p...