CAPÍTULO 16

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La puerta de mi habitación se abrió con sumo cuidado, como intentando no despertarme. Pero el problema era que no podía consolidar el sueño. Los pensamientos me daban vuelta una y otra vez. Por un momento crei que me volvería loca.

Se quitó el calzado durante su recorrido, y luego senti que se acostó soltando un gran suspiro de cansancio. Alce la vista a un costado, notando que eran las 3 de la madrugada.

-¿trabajaste hasta está hora?- susurre.

-Diablos, Hana. Me vas a matar de un susto- se quejó -Si- afirmó -¿No puedes dormir?-agregó.

Solté un suspiro, dando media vuelta. Acomode mi rostro sobre la palma de mi mano, encontrandome con su apenas visible perfil, debido a las penumbras de la habitación.

-No- confesé -¿Quién te alcanzó hasta aquí? ¿Caminaste sola?- apreté mi ceño.

- Si. Regresé sola- murmuró -Tengo sueño....- bostezo.

-¿Quién estaba en esa reunión?- pregunté.

-Tú novio, Daniel, y unos hombres más. Sus trajes eran muy costosos- afirmó.

Bajé la vista.

-¿trabajas mañana?- solté, luego de unos minutos de silencio.

- No. Me dieron el día libre- murmuró, cansada -Buenas noches, Hana- me dio la espalda.

-Buenas noches- susurre.

Sin cerrar mis ojos.

Se, que está noche, no podré dormir.

Al día siguiente......

-Bueno, Daisy está bien -aseguró la psicóloga del otro lado de su escritorio -Amalie, también. Soy unas gran niñas, y estoy segura que no tendrán problemas para habituarse al colegio -aseguró.

-¿Deben seguir con las sesiones?- pregunté.

- Si. Pero las haremos una vez por semana, consideró que ya no es necesario que vengan más de una vez a la semana- anotó algo sobre su carpeta -¿usted se encuentra bien?- me miró.

- Si...- mentí.

La verdad es que estaba echa un desastre. No dormí en toda la noche, y ese sueño comenzaba a pesar en mi cuerpo, convirtiéndolo en uno sin equilibrio y muy cansado.

-Miré, si quiere una sesión, podré hacer un buen precio por las tres- apoyó sus manos sobre su escritorio.

- No es necesario- negué.

-Estoy segura que todo lo que pasaron, la ha afectado mucho. Es por ello que le recomiendo una sesion- agregó.

No podía negarlo. Mis hermanas y yo pasamos por una situación muy difícil, y en el día de hoy las cosas están marchando un poco mejor.

-Lo tendré en cuenta- le entregué el dinero, para pagar las sesiones de mis hermanas.

Me puse de pié.

- Que tenga buen día- me despedí.

-Igualmente, Hana- sonrió.

Salí de su consultorio, encontrandome con mis dos hermanas sentadas sobre el gran sofá. Una al lado de la otra, con sus pies flotando sobre el aire. Al verme, corrieron en mi dirección, abrazandome.

-¿Ya nos vamos?- preguntó, Daisy.

-Así es- acaricie sus cabellos.

-¿podemos ir por una tarta?- pidió, Amelie con su gran sonrisa infantil.

QUIERO COMPLACERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora