QUIERO COMPLACERTE

CAPÍTULO 17

Una semana después.......

Alce la vista,fijandola en su rostro. Se encontraba en frente de mi, cerca de una mesa la cual estaba lleno de hombres que jugaban poker. Rodeo con sus dedos el cigarrillo que estaba fumando,soltando el humo entre sus labios, mientras que con su otra mano sostenía las cartas. De pronto, sus peligrosos ojos captaron los míos, me habían descubierto. Rápidamente, bajé la vista, clavandola en mi vestido.

Me encontraba en una fiesta en la mansión de unos amigos cercanos a la familia Collins. Alexander,insistió en que debía acompañarlo, así que lo hice. Como no sabía que escoger para vestir, Ale me compró un vestido que llegaba hasta un poco más arriba de mis rodillas. De color rojo, que combinaba con aquel collar que el mismo también me regaló. El que tenía la letra "H". Me vi obligada a usar tacones, debido a que de lo contrario sería la única mujer de zapatillas. Mi cabello se encontraba recogido, con algunos bucles que caían a un costado. El maquillaje, es algo sencillo. Ya que fui yo misma la que lo hizo, con algunas cosas prestadas de mi amiga.

-Ya regresó,voy al baño- soltó mi novio, poniéndose de pié del sofá en el cuál nos instalamos.

Se acomodó su camisa, y se alejó, perdiéndose entre la multitud. Dejándome completamente sola, en medio de personas que no conocía, tan sólo me concentre en lo que estaban hablando, bebiendo un trago de licor de vez en cuando.

Cansada de esperar a que regrese, me puse de pié encaminandome hacía una especie de balcón que había al atravesar una enorme ventana. Me abracé a mi misma, cuando el aire fresco de la noche chocó contra la desnudez de mi piel expuesta, a causa del vestido. Saqué mi celular, llamando a Maya.

-Hana...- respondió.

-¿Cómo van las cosas en la cena?- pregunté.

-Bien. Daniel está algo distraído- suspiró.

-¿Se lo dirás?- alce una ceja.

-Claro que si. ¿Y tú?- preguntó.

- Te hice un promesa. Y está noche,cuando está fiesta acabé, le diré a Ale que lo nuestro terminó- fijé mi vista, en la piscina.

- Gracias,amiga. Se que odias las fiestas,pero necesitaba que sus hijos no estén en está noche- repitió -Y se que Ale no iría a esa fiesta, si tú no aceptabas- agregó.

- Me debes una. Y grande- sonrei, temblando de frío.

-Claro que sí- aceptó -ahí viene Daniel, besos- murmuró por lo bajo. Y me colgó.

Aleje el celular de mi oido, colocanlo dentro de la pequeña cartera que se encontraba colgada sobre mi hombro derecho.

Apoyé mis brazos sobre la baranda de concreto, observando el hermoso jardín de está mansión. De niña soñé con ser una mujer adinerada, tener una mansión como está, un enorme jardín, autos y comprarle muchas cosas a mi familia. Pero esos sueños fueron desapareciendo cuando todo eso sucedió. Cuando me vi obligada a huir de casa, para proteger a mis hermanas de esa persona.

Bajé la vista, sintiendo el peso de una lágrima recorrer mi mejilla. Tal vez me encontraba sumisa en el pasado que me sobresalte al sentir unos dedos rozando mi mejilla,quitando esa lágrima. Miré a un costado encontrandome con él. Con esa persona que observé toda la noche.

Enzo.

Al sentir el peso de mi mirada sobre su rostro, sus ojos se unieron a los míos a medida que alajaba el calor de sus dedos de mi piel. Se alejó un poco, apoyándose sobre la baranda, imitando mi posición. Fijó su vista en el jardín.