-¿Cuál es su parentesco con la señorita Daysi?- le preguntó el abogado oponente a mi madre.Bajé la vista, pasando mis manos por mi rostro.
La odio.
Ese es el único sentimiento que lograba sacar de mi.
-Soy la madre- respondió.
Y aún así, podía afirmar que es su madre. ¿Acaso puede merecer esa palabra cuando no nos creyó?. Cuando lo eligió a él.
-Cuéntenos. ¿Qué fue lo que pasó ese día? ¿La señorita Hana le contó una mentira?- soltó el abogado.
Cerré mis manos en un fuerte puño. ¿Mentira?.
- Hana, me afirmó que su padrastro había violado a Daysi- aseguró.
-¿Y le creyó?- preguntó, el abogado.
-No- confesó.
Maldita.
Alce mi vista, fijandola en su rostro. Se encontraba más viejo de lo que la recordaba, y su ropa, es precaria. Estaba en pésimas condiciones. Hasta su cabello, había perdido color.
-¿Por qué? ¿Ya sabía que ella era una mentirosa?- soltó el abogado, mirando al jurado.
-Porque pensé que él, jamás haría algo así- afirmó, bajando la vista - Pero me equivoque- agregó.
Llamando la atención de todos. En especial, la del abogado.
-¿Qué dice?- apretó su ceño, el abogado.
- Que me equivoque- repitió -Ese hombre- señaló al bastardo - Violó a mi hija- afirmó, entre lágrimas -Fui una idiota al defenderlo- agregó.
-Señora, le recuerdo que está bajo juramento- se acercó el abogado, algo preocupado.
-Lo sé, es por eso que estoy diciendo la verdad- soltó mi madre, muy decidida -Perdóneme, no les crei- lloró -Tenían razón....- bajo su cabeza.
Madre....
Una pesada lágrima rodo por mi mejilla. Verla así, me partía el alma. A pesar de todo.
- No más preguntas- se alejó el abogado, frustrado.
-¿El otro abogado?- preguntó la jueza.
Nuestro abogado alzó la vista, sorprendido. No era para menos, no esperaba que el testigo del abogado oponente se volviese en su contra.
-No- afirmó, nuestro abogado.
No había razón. Sus palabras fueron claras: Él, violó a Daysi.
Mi madre se retiró, dejando el lugar de los testigos vacío.
-Bueno... ¿Algún otro testigo?- preguntó la jueza.
- No, su señorita- negaron los abogados.
- Pero... quisiera llamar a Daysi a atestiguar- soltó nuestro abogado. Tal cuál, lo acordamos.
-Bien... adelante- le permitió la jueza.
Cuando una nerviosa y dudosa Daysi tomó asiento sobre ese enorme sillón de los testigos, hizo el juramento. Como lo habían echo todos los demás testigos.
-Daysi- se acercó nuestro abogado -Dime, ¿que pasó ese día?- le preguntó.
Daysi, bajó su vista. Nerviosa.
Vamos Daysi.... tú, puedes.
Apreté mis manos, nerviosamente, cuando hubo un gran silencio. Rogaba a dios, que hable. Que no se quedé callada. Que ya no había nada de que temer.
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QUIERO COMPLACERTE
RomansaHana, es una chica de 23 años que vive junto a sus dos hermanas pequeñas, luego de huir de su casa por problemas familiares que la hicieron más fuerte que nunca. Se enfrenta a la pobreza de su actual situación, trabajando en dos lugares para poder p...