CAPÍTULO 7

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No me bañe. Se que soy muy perseguida, pero temía que hubiera cámaras en el baño. Y odiaría que me grabarán desnuda.

Tan sólo me quite la peluca y me vestí los más rápido que mis manos me lo permitieron. Quería huir de aquí.

Quería salir lo más antes posible.

Tomé mi bolso, y salí de la habitación que estaban ordenando los camarógrafos. Seguí derecho por un pasillo, hasta llegar a la oficina del dueño.

Toqué, y ante un "pase", me adentre.

-Toma asiento- ofreció.

- No,gracias. Debo irme- le hice notar mi prisa.

-Bien- se puso de pié, entregándome un pesado sobre de color marrón -Aquí está el dinero que acordamos- aseguró.

-Gracias- guarde el dinero en el bolso, y me encaminé hacía la puerta para salir.

-Si, algún día....- su voz me detuvo -Deseas regresar. Eres bienvenida- agregó.

Sonreí.

- No. No regresaré- prometí.

Abrí la puerta, y salí.

La noche, era lo único que reinaban las calles de la ciudad. Al igual que ese horrible frío. Saqué mi celular, notando que eran las 2 am. Muy tarde.

Comencé a caminar, rogando a Dios de que no me roben nada. De lo contrario, moriría.

Para mí suerte, no me robaron nada. Pero el dolor entre mis piernas era insoportable, sobretodo si caminé todo ese estrecho de regreso a casa.

Dejé las llaves y mi chaqueta.

Coloque el bolso a un costado y me dirigí a mi habitación. Abrí la puerta, tratando de no hacer mucho ruido para no despertar a Maya. Escogí algo de ropa interior y ropa de dormir.

Salí y me adentre a la ducha, quitándome el maquillaje. Lavando muy bien mi piel.

Me coloqué la ropa interior, la ropa de dormir, dejando lo demás para lavar. Al terminar, caminé de regreso a mi habitación, acostándome sobre mi amada cama.

-¿cómo te fue?- la voz de Maya,casi me mata del susto.

Pensé que estaba dormida.

-Normal- miré el techo.

-¿Normal? ¿te dolió? ¿te hizo daño? ¿se paso de la raya?- soltó la cataratas de preguntas.

Estaba preocupada. Una parte de mi, se sintió feliz al notar que era importante para ella. Y cuanto.

Me acosté de costado, de modo que quedamos cara a cara.

- Fue amable- confesé.

-¿amable?- sonrió -Vaya, amiga. Imaginé que dirías cosas horribles Todo,menos amable- se relajó -¿te gusto?- arqueo una ceja,curiosa.

- ¡claro que no!- exclame.

Mentí.

-¡vamos amiga!- se molestó -¿cómo lo hace? ¿qué hicieron?- preguntó, curiosa.

-ya...- le di la espalda - No te daré detalles- me molesté.

Hubo unos minutos de silencio. Lo que me hizo suponer que Maya ya se había dormido, lo cuál acabaría su interrogatorio....

- Te gusto- concluyó ella.

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Abrí mis ojos, encontrándome sola en la cama. ¿Y Maya?.

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