5. MANOS ATADAS.

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Apolo Bahes.

Suelo pensar que cuando algo regresa o alguien lo hace, ese algo no anda del todo bien. Es curioso asimilarlo de esa forma teniendo en cuenta que muchos de nosotros no hacemos más que regresar todo el tiempo.

Regresamos a los lugares que más nos gustan, volvemos a ver a las personas que nos dan paz. Volvemos a nuestros recuerdos favoritos, comemos nuestras comidas preferidas, pero sobre todo solemos intentar regresar a ser nuestras versiones favoritas de nosotros mismos cuando recordábamos lo felices que éramos o lo maravilloso que veíamos todo a nuestro alrededor. Cuando lo que veíamos en el espejo nos gustaba mas que lo que vemos ahora, lo que nos escuchamos decir todos los días, con quienes nos juntamos y a quienes les hacemos compañía. Creo que al final de cuentas siempre queremos regresar a ser más que lo que al final de cuentas terminamos siendo.

—No quiero meterme de nuevo en ningún problema solo por ayudarlos, es como irme a muerte súbita.

—Y no lo harás, solamente es un favor que te estoy pidiendo. Esto es importante para todos, pero mas para Evan—James me habla desde la bocina del celular haciendo torcer los ojos con desdén.

—Escucha, Lily no es tonta, ya sabe todo sobre que la engañe una vez por Angie y siento que eso era algo que de verdad valía la pena a diferencia de esto.
—suspiro pasándome la mano por el cabello cuando niega—Voy a pensarlo, pero no prometo nada.

Sigue soltando que va a ayudarme y a darme un buen dinero si acepto a hacer lo que ya le dije que no voy a hacer. No tengo intención de caer en su jueguito de vuelta, no voy a ayudar a nadie mas y eso lo digo no solo para defenderme a mi si no para entender que realmente necesito dejar de intimar con Lily. Jamás creí que lo diría, pero no quiero estar cerca de ella, tengo dos miedos de hacerlo. Uno, que se de cuenta que volví para hacer prácticamente lo mismo que la vez pasada. O dos, que termine vengándose por haber hecho la opción uno.

Éramos buenos amigos eso ya lo sé, también sé que ella estaba enamorada de mi cuando yo ni siquiera pensaba que lo estaba. Y no, no creo que fuera su culpa, solíamos pasar mucho tiempo juntos. El único defecto fue que en su lugar yo estaba con alguien mientras ella pensaba que podríamos estar juntos. y exactamente ahora ya no tengo a nadie, pero ese secreto es únicamente mío y no me interesa ir a compartirlo con nadie más, mucho menos con Lily.

Entro a la cafetería de la tercera calle por la preparatoria. Mis padres están con la abuela así que me di el tiempo de venir a relajarme un poco, aunque eso no fuera tan fácil después de la llamada urgente de James que en realidad de urgente no tenía nada.

Apesta tener que ser el peón de alguien solo porque ya lo hiciste una vez. Y no quiero volver a serlo, no con todo este cuento de nunca acabar.

—¿Apolo?, ¿qué haces aquí? que sorpresa—Paulina me saluda desde el otro extremo del lugar haciéndome sonreír conseguida.

—Oye casi doy por hecho que ya estabas en la universidad. —camino a donde está sobre la barra.
—Dylan mencionó que tenías planes de irte.

Digo no muy seguro enseguida que la veo vacilar por un rato. Le da un tragó su malteada rosa mientras espero mi café ahora más incómodo.

—Dylan me dijo que no estaba enamorado de mi.
—vacila—En especial por todo esto de Mía y Brent.

Sé que es lo que hay detrás pero prefiero ignorarlo.

La ley de los chicos rebeldes©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora