Habían pasado dos días ya, pero yo seguía igual.A toda hora quería comer y cuando lo hacía, me iba en vómito. Era sumamente asqueroso.
Por otro lado, las constantes amenazas de Killian, de querer llevarse a mi luna lejos de mí. Ayer fui a los límites ya que me habían avisado que vieron a intrusos, fuimos y encontramos a dos cachorros, venían de la manada de Killian. El mayor decía, más bien imploraba que los dejase vivir en mi manada, que las cosas estaban muy malas en donde vivían, que su alpha mataba sin piedad, y que estaba reclutando a los más jóvenes porque según él, Killian venía con toda.
Por supuesto lo mandé a encerrar, excepto a la pequeña nena que traía con él, esa si me la llevo a mi casa mientras soluciono que hacer con los otros. Pensarán que es cruel de mi parte, pero es que en este momento no puedo confiar en nadie, están tratando de llevarse a mi mujer, no estamos hablando de cualquier persona.
Debía apresurarme, pues mi beta no vino conmigo, lo dejé al cuidado de Rose.
Cuando voy llegando, veo a mi bella dama salir por la puerta principal de la mansión, y detrás de ella, mi beta. De repente veo como éste se queda paralizado viendo en mi dirección. Empuja levemente a Rose y luego empieza a correr hacia mí.
-¡Mía!- su voz suena en un grito distorsionado.
Oh, no.
Llega hasta donde estoy y me arrebata a la bebé de los brazos. Me quejaría, ya que fue un poco brusco, pero sé de qué se trata. Mi beta ha encontrado a su mate.
Sonrío orgulloso por eso.
Veo como se queda embelesado viéndola y con sus nudillos soba levemente la mejilla de la pequeña criatura. La nenita sonríe y él me mira, como si se hubiese ganado la lotería o algo así.
Muy bonito y todo, pero por mí aguarda mi hermosa mujer. Así que sin duda y más tardanza, me encamino hacia la mansión, llego y su extraordinario aroma me pega de lleno, huele delicioso.
-¿Por qué no le hacemos el amor?- gruñe mi bestia.
-Creo que te tomaré la palabra.
Se ve preciosa en ese Jumpsuit blanco. ¿Que como sé que es esa prenda, si soy hombre? Pues mi luna se encargó de explicármelo un día.
Llego hasta donde ella y con ganas la beso. Le beso la cara, la boca, el cuello..
El cuello...
Trato de prestarle más atención a mí entorno, pero me acabo de dar cuenta de que su olor ahora está más dulce, más concentrado. La miro confundido, y cuando voy a hablar, la voz de mi beta me interrumpe.
-Alpha, ¿Mi mate tiene familia?
Rose enseguida mira a la bebé, cuando la nota.
-¡Una nena!- si no fuera porque la amo, y con ella sus gritos; me hubiese dejado aturdido.
Veo como ella corre en dirección a Samuel y enseguida intento frenarla, pero se me ha adelantado.
Intenta tomarla en brazos, pero Samuel le gruñe.
Oh, no, solo yo puedo gruñirle, y solo lo hago cuando le estoy haciendo el amor. ¡Solo yo puedo!
-Arrastra a ese Beta.- gruñe mi bestia interior.
-Con gusto lo haría, pero lo entiendo, yo reccionaría igual o peor que él, si se tratara de Rose.
-¿Qué pasa, Sam?- pregunta ella afligida.
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La Luna y la Bestia. ©
Werewolf¿Podría un ser amable, bueno y puro... amar a una bestia como yo? ... (Publicada el 19 de mayo del 2020) Disponible en Buenovela.