Capítulo 23.

26.7K 1.5K 314
                                    

Estamos nuevamente en su despacho. El Alpha tenía mucho papeleo que hacer y pues como yo no tenía más nada que hacer, entonces me pidió que le acompañara.


¿Que por qué aún no me inscribía a la UNI? Pues por qué Kyle está paranoico con lo del Alpha Kilian. Que hablando de ello... aún no se me quitaba de la cabeza lo de la tal Lydia. No estoy celosa pues por qué eso pasó hace mucho y aún no nos conocíamos, pero aún está esa espinita que no me deja tranquila.

Lo bueno de todo es que él prometió contármelo.

-Mi luna, ven.- alzo la vista de mí libro al escucharlo hablar.

-¿Cómo?

-Que vengas aquí.- señala sus piernas mientras se acomodaba más en el sillón, hasta quedar recostado en éste.

Me levanto sin decir más nada y me encamino hacia él. Cuando llego, me siento y él inmediatamente me rodea la cintura con sus manos.

-¿Pasa algo?- pregunto, ya que no dice nada, solo está con sus ojos cerrados.

-¿Tiene que pasar algo para poder llamarte a qué te sientes conmigo?- abre sus bellos ojos y me mira confundido.

-No, no.- contesto rápidamente.- Solo que... Olvídalo.

Él sonríe.

-Bueno, dame un beso.- ¿Ordena?

Me acerco a él y le doy un pequeño, pequeñísimo beso.

-¿Eso es todo?, No señorita.- dice indignado.

Me toma del cuello y me acerca para besarme con más fuerza e intensidad.

Que rico.

-Así es como tienes que besarme. Soy un alpha, no me conformo con cualquier cosa.

Pero que cosas dice. Ruedo los ojos ante sus palabras egocéntricas.

Siento y noto que se queda quieto y con la mirada perdida. Frunzo el ceño, parece atormentado.

-¿Pasa algo?- decido preguntar.

-Quiero hablarte sobre Lydia.- ahora si me mira.- No quiero que haya secretos ni desconfianza entre nosotros.

¿Pero de que habla?

Esperen, si quiero que me diga, pero...

-Ya te dije que me puedes decir cuando quieras o te sientas listo.

-Pero quiero hacerlo ahora. Me puse a pensar que si tú fueras quien no quisiera contarme algo... no sé cómo reaccionaría.

Por fin lo entiende, pero no sé lo voy a decir.

Me acomoda mejor, de manera que quedo a horcajadas sobre él, pone sus manos en mí cintura nuevamente y antes de hablar me besa. Luego suspira pesadamente.

-Adelante, entonces.- le digo.

Él suspira nuevamente.

-Lydia era una ninfa. Cómo has de saber, ella era hermosa, las ninfas poseen una belleza única, pero son tan malignas que con ese rostro tan angelical que poseen... jamás lo pensarías, si quiera.

<<Yo en ese tiempo frecuentaba aún más los territorios nuevos que iba adquiriendo con el paso de los años, y en una de esas hectáreas, me encontré con una preciosa criatura que aparentaba estar herida.

Yo por supuesto me iba a dar la vuelta, no soy de esos que brindan su ayuda por qué si, entonces cuando me disponía a dar la vuelta, ella me suplicó que la ayudase. Cuando la vi, caí. Caí en su hermosura, aunque fuera falsa. Con el tiempo empezamos a salir y así. Nunca me acosté con ella, pero si la mantenía conmigo en mí manada. Incluso hasta la pensaba presentar como mi Luna.

La Luna y la Bestia. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora