ᘛ Catorce ᘚ

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Ya había pasado una semana y los puntos de la herida de Adrien ya habían prácticamente cicatrizado. Con su recuperación, se avecinaba el momento de la verdad para la azabache, quien cada vez se sentía más ansiosa al idear esa cita especial en la que le revelaría su identidad al motorista.

Después de pensarlo a conciencia, decidió que lo ideal sería hacerlo en una escapada a la zona del sur de Francia. Alquilando un apartamento acogedor en uno de los pueblos de montaña con encanto rústico.

Lo tenía en mente, y al imaginar ese escenario, no podía más que sonreír como a una boba enamorada. Solo faltaba poner en aviso al rubio, para que no hiciera planes para dentro de un par de semanas.

De mientras, y al meditar cómo plantear su ocurrencia, los días transcurrían con normal apacibilidad. El joven ya asistía a clases, y por su parte, Marinette pasaba tiempo con él en los descansos entre materias.

Era viernes, y como ya era costumbre, los dos quedaron a la hora del almuerzo. El muchacho le comentó que pasaría antes por la biblioteca para agenciarse de algunos tomos de sus asignaturas, por lo que ambos cambiaron el punto de encuentro a la entrada de la misma biblioteca.

En lo que esperaba a su novia, Adrien traspasaba algunos apuntes atrasados del cuaderno de la joven italiana que amablemente se había ofrecido a ayudarlo.

Estaba por terminar el último de sus apuntes, cuando repentinamente, alguien se sentó a su lado, haciéndolo girar el rostro para identificar de quien se trataba.

—Hola —Saludó la joven castaña mientras sonreía —¿Te falta mucho para terminar?

Adrien negó con la cabeza, regresando su atención y mirada a su cuaderno mientras continuaba transcribiendo las notas.

—Solo me falta una gráfica —Respondió el rubio con voz susurrante —Pero creo que con los datos que ya tengo puedo realizarla después.

—O podrías tomarle una fotografía a la mía.

—Lo dudo, tus datos están mal.

—¿Ah? ¿De qué hablas? —Inquirió la joven en medio de una risita.

—Digo que tuviste algunos errores en los cálculos y por eso es que tu gráfica tiene un pico tan alto —Respondió el al instante, señalando con su índice sobre la hoja a lo cual la muchacha se asomó, recorriéndose en su sitio para mirar más de cerca.

—Ya veo... ¿Podrías ayudarme a corregirlo?

Adrien dudó por un momento, fijando sus gemas en las de la italiana mientras que ésta sacudía sus pestañas ante él.

—Bueno... Supongo que podría.

Entretanto, Marinette llegaba a la entrada de la biblioteca con un poco de retraso al haberse entretenido conversando con Alya al salir de clase.

Miró en todas direcciones, sorprendiéndose de no hallar rastro del rubio en los alrededores, y por lo que revisó la hora en el móvil.

—Pero si ya han pasado más de diez minutos... —suspiró y se adentró en la biblioteca con incertidumbre—. Tal vez aún esté buscando los libros...

Fue pasando pasillo por pasillo, intentando dar con el paradero de su pareja entre alguno de aquellos rincones y secciones. Pero no había forma, no lo encontraba por ningún lado.

Respiró profundo y sacó de nuevo el móvil para intentar contactarlo. Aún y así, no llegó a marcar su número, que vislumbró al chico en cuestión acompañado de aquella hipócrita compañera suya en una de las mesas del lugar.

𝐁𝐀𝐃 𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆𝐒 | Adrinette | Feat Marichat8989Donde viven las historias. Descúbrelo ahora