Hace 3 semanas y media
🔹 Mía 🔹
—Muchas gracias don Álvaro —me despido educadamente mientras nos bajamos del Uber. Esperamos que se vaya para despedirnos.
—Adiós Mía —se despide Blair con una sonrisa que le devuelvo— Recuerda lo que dijimos, que tomaré tu palabra, eh —río y asiento.
—Nos vemos, linda —le lanzo un beso al aire y esta suelta una pequeña risa fingiendo atraparlo y volviendo a lanzarlo lejos. Río negando divertida.Hago un último adiós con mi mano, y sigo mi camino hacia casa.
Hace algo de frío y la noche no está muy buena, por lo que las calles están oscuras. Pero nos dejaron lo bastante cerca a ambas para que solo debamos caminar unas 5 cuadras cada una.
Sigo mi camino en silencio, e intento apresurarme un poco porque empezaba a sentir el frío, y los focos delante de mí estaban muy débiles para iluminar correctamente.
Paranoicamente, comienzo a escuchar pasos detrás de mí. Volteo, y no alcanzo a ver quién era antes de caer al suelo debido a que jalaron mi pierna izquierda hasta hacerme caer.
Giro en el suelo para enfrentarle con el corazón acelerado por el susto. Mis ojos se abren impactados al ver de quién se trataba.
—Tu... Tú eres... —tartamudeo por el miedo.
—¿Sorprendida de verme? —Pisa mi talón, haciéndome soltar un grito ahogado— ¿Hace cuánto no nos veíamos? ¿Días, semanas, meses? —camina lentamente hasta quedar a mi lado y agacharse para verme a los ojos, bajo la oscuridad de la noche.
—Aléjate, déjame en paz —me levanto para sentarme, pero me toma de los hombros y me vuelve a apoyar en el suelo. Me remuevo y decido empezar a gritar.
—¡Shh! —con esfuerzo me pone una mano en la boca para evitar que siga chillando, y con la otra me muestra el arma que tenía en el jeans. Pensé en ver si podía tomarla y usarla en su contra, pero nunca he siquiera tocado una, por lo que las cosas podían salir peor.
—Por favor... —le pido, y suelta una risa— ¿Qué quieres? Ya dije que puedo ayudarte.
—¿Ayudarme? —Se pone de pie sin despegar su mano del arma— Tu lo único que haces es destruir, y vas por ahí con esa cara de santa —camina a mis pies, y recoge un bate de baseball que había traído consigo. Miro detrás buscando ayuda.
—No... ¡Qué haces! —vuelvo a sentarme para intentar correr, pero se apresura en volver a pisarme el tobillo. El dolor ya era muy fuerte y empezaba a subir por mi pierna.
—Te devuelvo la misma moneda —se acerca golpeando el bate en su mano, y se agacha nuevamente para sacar mi cartera y llevarse algunas cosas.
—Qué... Por favor —suplico con mi corazón saliendo por mi garganta.
—Lo siento tanto Spencer —dice antes de no darme ni tiempo de reaccionar ante su golpe con el bate.
Caigo con rapidez con el rostro pegado al suelo, y me protejo con mis manos para recibir otro golpe directo a mi cabeza dejándome completamente ida. Otro en mi estómago que me quita el aire, y finalmente uno en la garganta que me hace escupir toda la sangre acumulada.
Más y más golpes.
La vista era cada vez más borrosa, y cada vez podía verle menos cómo me golpeaba.
Ya ni me esforcé el protegerme, porque sabía que ya no podría salir de esta, por más que corriera, por las que suplicara y por más que pidiera ayuda.Así que esa misma noche, morí a manos de alguien que podría llegar a perdonar.
Actualidad
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ARCANO
Teen FictionCinco amigas, una muerte, y muchas complicaciones más cuando amenazas lleguen a sus puertas. Porque luego de esa muerte cosas arcanas sucederán. No siempre las tragedias unen a las personas. Pero solo las verdaderas amistades se quedan hasta el fi...